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Rajoy se lanza a una carrera contrarreloj para evitar una derrota en las generales

Rajoy saluda a Sáenz de Santamaría en el acto organizado por Expansión.

Gonzalo Cortizo

A Rajoy ya no le sirve su palabra para garantizarse una posición de fuerza ante las próximas elecciones generales. El presidente del Gobierno necesita hechos para llegar a esos comicios con cierto control de daños, tras la sangría de votos sufrida por su partido en las últimas citas con las urnas. Ese es el motivo que le ha llevado a anunciar por sorpresa una rebaja de impuestos en principio prevista para el próximo año. Se trata del primer capítulo de una campaña electoral que se da por inaugurada con la rebaja del IRPF como primera parada. 

Frente a la estrategia del PP, el principal partido de la oposición califica la rebaja como “parcial”, acusa a Rajoy de electoralismo y tacha de “populismo” su decisión de bajar impuestos. 

Al presidente del Gobierno le quedan tres armas para llegar entero a la pugna electoral: el BOE, los presupuestos y cierta capacidad de control sobre el calendario electoral. El líder del Partido Popular ha decidido utilizar todas esas bazas al tiempo y se ha embarcado en una carrera contrarreloj con un único fin: construir de aquí a noviembre el relato de un país en recuperación y hacer dudar a los votantes tradicionales del PP que en las últimas elecciones optaron por flirtear con la abstención o con otras opciones como Ciudadanos.

“Podríamos estar ante el ciclo expansivo más largo de nuestra historia”, señaló Rajoy este jueves en el acto convocado por el diario Expansión y que el presidente eligió para anunciar su rebaja de impuestos. El PP y el Gobierno anuncian grandes raciones de optimismo para los próximos meses. 

Pero la palabra de Rajoy ya no vale como dique para evitar la pérdida de votos. El presidente necesita hechos y éstos han tomado forma este jueves con los 10 euros al mes que el Gobierno pondrá de media en el bolsillo de los trabajadores a partir de la nómina de julio. En Génova son conscientes de que por delante tienen una carrera para recuperar el afecto de los votos perdidos a cambio de optimismo y anuncios económicos. 

A partir de este anuncio, se esperan más noticias durante la tramitación de los presupuestos que el PP quiere llevar al Congreso antes de disolver la Cámara y convocar elecciones. La ley más importante del año será la mayor apuesta electoral de un Rajoy que ha puesto al Gobierno a trabajar en su agenda como candidato.  

En sus cálculos, en el PP son conscientes de que una mayoría absoluta se presenta imposible tras las próximas generales. Rajoy tiene como objetivo superar al PSOE en votos. Con un solo voto más que el segundo, el líder del PP confía en despejarse el camino para repetir cuatro años más en La Moncloa. Nunca en democracia se han producido acuerdos que impidan gobernar a la lista más votada en escenario de comicios a la Moncloa. Rajoy confía en que esa dinámica se repita tras la convocatoria a las urnas. Por ahora las encuestas le garantizan ese primer puesto.   

Sobre el calendario electoral, no hay pistas. Ni un detalle sobre fechas. Nada sobre adelantos. El silencio habitual, tan fértil para los opinadores y constructores de quinielas. Rajoy mantendrá la incógnita. Gestionar las dudas es una de sus especialidades.

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