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Rajoy descarga la responsabilidad en un tesorero que hoy tiene demencia y en Esperanza Aguirre

Mariano Rajoy comparece en la Audiencia Nacional por Gürtel.

Pedro Águeda / Marcos Pinheiro / Rodrigo Ponce de León

El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha seguido este miércoles el guión que la formación trazó cuando el caso Gürtel se convirtió en el caso PP en el año 2013, tras la publicación de los ‘papeles de Bárcenas’. Durante su declaración ante el tribunal, Rajoy ha asegurado que la gestión económica del partido, allí donde los investigadores ubican la caja B, era responsabilidad exclusiva del tesorero, un señor que hoy tiene 89 años y demencia senil, Álvaro Lapuerta. Él se dedica exclusivamente a la política, ha insistido.

A esta descarga de responsabilidad, Rajoy sumó a Esperanza Aguirre, un quebradero de cabeza para su liderazgo en el PP durante años. En este caso, lo ha hecho al reconocer que Lapuerta le trasladó, en presencia de la entonces ‘lideresa’, que había sospechas de irregularidades en las gestiones de los ayuntamientos de Arganda del Rey y Majadahonda, en la Comunidad de Madrid.

La reunión, ha dicho Rajoy, duró “cinco minutos”, y él se limitó a indicar a Aguirre que se preocupara del problema y lo solucionara. Esos dos municipios han resultado ser el nido donde creció la trama Gürtel sin que él, ha admitido, se preocupara de saber qué ocurrió después de aquellas supuestas directrices a la presidenta del PP madrileño.

Rajoy ha tenido oportunidad de desplegar su tesis de que él rompió el nexo de la Gürtel con el PP. Según ha dicho, Lapuerta le comunicó en 2004 que “proveedores” del partido estaban utilizando el nombre de la formación sin permiso para hacer negocios. No había pruebas de delitos, ha añadido, por lo que ordenó a Lapuerta desprenderse de esos empresarios. Esa es la versión para justificar que no investigara internamente ni denunciara, ha explicado.

“Desconozco las actividades de Correa porque ni lo conocía, ni estaba en las actividades a las que hacía referencia. Lo siento, pero las cosas son como son y no como a alguno le gustaría que fueran”, ha dicho el presidente del Gobierno.

Según declaró el investigador principal en una jornada anterior, la Gürtel siguió trabajando para el PP después de 2004, concretamente en actos de Madrid y en la organización del Congreso de Valencia de 2008, en el que Rajoy resultó reelegido. “No tuve conocimiento porque yo no me preocupo de esos temas. Esta misma semana he estado en un acto del PP en Bilbao. ¿Alguien puede imaginarse que yo sé quién ha organizado el acto? Yo digo unas palabras, hablo con la gente...”, ha referido el presidente.

Bárcenas se queda en casa

Rajoy no se libró de hablar de Luis Bárcenas, el extesorero al que la Fiscalía pide en este caso más de 40 años de cárcel y que se revolvió con la filtración de la contabilidad paralela del partido. Como el resto de la cúpula de Aznar que ha declarado en el juicio, Rajoy ha evitado señalar al extesorero, número dos en aquellos momentos de Lapuerta.

Rajoy ha asegurado en todo momento desconocer la existencia de esa la caja B. “Jamás me he ocupado de ninguna cuestión de contabilidad. Lo único que me importaba a mí era que los informes del Tribunal de Cuentas fueran positivos, que nos dijeran que las cuentas estaban bien y punto. Porque, vuelvo a insistirle, mis responsabilidades son políticas, no de contabilidad”, ha asegurado Rajoy.

El abogado de Bárcenas, Joaquín Ruiz de Infante, ha protestado en varias ocasiones por que esta cuestión, objeto de otra causa, se colara en el interrogatorio. El presidente del tribunal, Ángel Hurtado, lo ha permitido, pero ha cortado cuando los abogados pretendían descender al detalle. Bárcenas había dicho a su abogado que acudiría a presenciar la declaración de Rajoy, pero esta mañana le ha telefoneado asegurando que por la noche había cambiado de opinión, según el letrado.

En uno de los momentos álgidos del interrogatorio, que se ha prolongado durante dos horas, el abogado de los socialistas madrileños le ha preguntado por aquellos SMS de apoyo al extesorero.

“Hacemos lo que podemos”, decía uno de esos mensajes, enviado en abril de 2013, cuando el descubrimiento de las cuentas en Suiza de Bárcenas complicaba su situación judicial. “¿Qué hacían?”, le ha preguntado sin rodeos el letrado Wilfredo Jurado. Y Rajoy ha contestado que nada porque ese mensaje “no significaba nada”.

Bárcenas salió del partido con un pacto durante una reunión en la que participó el extesorero, su mujer, Javier Arenas y Mariano Rajoy. Para el presidente del PP, se trató de un encuentro de carácter humano para que una persona con treinta años en el partido se despidiera. Solo al final, ha dicho Rajoy, el tesorero pidió que se le mantuviera chófer, coche y despacho. “Nos pareció razonable”, ha dicho Mariano Rajoy, a pesar de las sospechas que ya se cernían sobre Bárcenas, que habían hecho insostenible su continuidad, al menos pública, en Génova.

Desde la primera palabra pronunciada se ha atisbado que Rajoy ha preparado a conciencia su declaración como testigo, no como acusado. “Perfectamente”, ha respondido a la primera pregunta del abogado José Mariano Benítez de Lugo, en representación de Adade, la asociación que ha logrado que el presidente del PP y el Gobierno se siente ante el tribunal a dar explicaciones, aunque sea ocho años después de que estallara el caso Gürtel.

Benítez de Lugo le había preguntado si recuerda el organigrama del partido en la época de los delitos que se juzgan, entre 1999 y 2005. En esa primera parte del interrogatorio, Rajoy ha recitado cargos, campañas electorales, fechas y responsabilidades.

El Partido Popular se sienta en el banquillo del caso Gürtel por haberse beneficiado de 245.000 euros de la corrupción en los ayuntamientos de Pozuelo y Majadahonda durante la campaña municipal de 2003. En aquel momento, Rajoy era vicesecretario general, un puesto sin responsabilidad alguna destinado a miembros del Gobierno, según Rajoy. Sin embargo, Benítez de Lugo ha arrancado al presidente que los “servicios económicos” reportaban al comité ejecutivos sobre las campañas electorales y que él era uno de los miembros de ese comité.

Rajoy se ha mostrado irónico, e incluso displicente, en algunos momentos del interrogatorio de Benítez de Lugo. El veterano letrado le ha insistido en que si ningún cargo recibía cantidad alguna en b, “tampoco recibía ningún sobre con esa cantidad evidentemente”. Rajoy ha contestado: “No parece un razonamiento muy brillante”.

Cuando le ha preguntado por quién había pagado un viaje familiar a Canarias, Rajoy ha dicho: “Mi partido hasta donde yo sepa”. “¿Hasta cuándo sabe usted? Hasta el final. Y la contestación tiene que ser gallega porque no la podría hacer riojana”, ha contestado el presidente.

Se oculta al entrar y salir

Rajoy ha entrado y salido de la Audiencia Nacional por el acceso al aparcamiento, a diferencia del resto de acusados y testigos, que deben hacer el último tramo andando hasta la puerta principal. Ya en el interior le ha recibido el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro. Aunque se había especulado con que saliese a recibirle fuera, al final se han encontrado dentro del edificio, en una de las dependencias de esta sede.

El presidente del Gobierno, como estaba previsto, no se ha sentado donde el resto de testigos, en una silla delante de los acusados y frente al tribunal. Los jueces acordaron que declarase en otro lugar para “preservar su imagen institucional”, así que Rajoy ha contestado a las preguntas desde una mesa colocada a la derecha del tribunal.

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