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Rajoy proclama que España ha “salido de la pesadilla” y que la “gran medida social” fue evitar el rescate
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha proclamado este martes que la “gran medida social” de esta legislatura fue no pedir el rescate y ha subrayado que el estado de España es a día de hoy “el de una nación que ha salido de la pesadilla”, “se ha rescatado a sí misma” y “goza de prestigio”.
Rajoy ha dedicado el eje central de su primera intervención en el Debate sobre el estado de la Nación a poner en valor la decisión de su Ejecutivo de no solicitar el rescate, a pesar de que, según ha resaltado, le “empujaban” y le “animaban” a que lo hiciera. “Fuimos prudentes”, ha repetido hasta en tres ocasiones desde la tribuna de oradores.
En este sentido, ha señalado que su Gobierno fijó unas “líneas rojas” porque un rescate es “implacable”, ya que “no considera la edad ni la condición social ni la fortaleza o debilidad de cada familia”. “Es una ayuda, pero una ayuda muy exigente que no deja opción para adaptarse a la austeridad ni margen para ayudar a los más débiles”, ha advertido.
Por eso, ha afirmado rotundo que la “gran medida de política social de la legislatura fue evitar el rescate”. “La mejor”, ha enfatizado, cosechando un fuerte aplauso de la bancada del Grupo Popular. Es más, ha subrayado que su Gobierno se negó a “salir de la crisis a costa de los pensionistas, los parados y la caja de la Seguridad Social”.
“DOS AÑOS ENTEROS A ENDEREZAR EL DESASTRE”
En el último Debate de la Nación de la legislatura, Rajoy se ha dedicado a hacer balance destacando que ha tenido que emplear dos años “enteros” a “enderezar” el “desastre” y “ajustar las cuentas”. Eso sí, ha presumido de estar cumpliendo los tres objetivos que presentó en su investidura: “detener la sangría del paro, estimular el crecimiento y acelerar el regreso de la creación de empleo”.
Abundando en esta idea, ha sacado pecho de haber sacado a España del “riesgo de quiebra” en el que estaba al inicio de la legislatura y de haber logrado “recuperar la confianza, el crédito y por encima de todo, la creación de empleo”. Según ha agregado, todos los países y todos los foros ponen a España “como ejemplo de recuperación”.
Rajoy ha admitido que hace tres años el Gobierno se enfrentaba a un panorama “invernal, gélido y desolador”, pero ha recalcado de las consecuencias que habrían tenido que sufrir los españoles si hubieran pedido el rescate.
“Queríamos sacar al país del atolladero, detener la destrucción de empleos, pero sin intervención exterior, sin dejar de actuar como país soberano y sin renunciar al control de nuestro destino”, ha aseverado, para reconocer que han sido dos años de “estrecheces, sin más apoyo que la esperanza”.
ELOGIO DE LAS CLASES MEDIAS
Rajoy ha repasado una serie de datos económicos que acreditan esa recuperación gracias al “esfuerzo” de los españoles que, según ha dicho, han demostrado que “no son niños” y pueden estar “orgullosos” de su actuación en estos años. Y ha tenido una “mención especial” para las clases medidas que han “soportado el coste de mantener” la cohesión social.
“El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer, pero el mérito corresponde a España y los españoles”, ha resaltado, para añadir que gracias a ese esfuerzo la economía creará entre 2014 y 2015 “en torno a un millón de empleos”.
Así, el jefe del Ejecutivo ha defendido que ya no necesita “traer promesas ni alentar esperanzas”, porque hoy hay “hechos ciertos que se palpan, se miden y se cuentan”. Y ha recalcado que no ha hecho falta “una década”, sino sólo tres años, una “velocidad sólo comparable” a la que España “se hundía” hasta 2011.
Aunque ha reconocido que “queda mucho por hacer”, especialmente en materia de empleo, ha recalcado que España está “mejorando y cubriendo las etapas de forma cada vez más rápida” y con un crecimiento “sólido y estable”. “Si no torcemos el rumbo se puede mantener y acelerar”, ha dicho.
Además, ha subrayado que para salir de la crisis, España no ha necesitado una década sino tres años. “Eso es lo que ha tardado España en levantarse después de la caída --ha exclamado--. España ha pasado de ser un país al borde de la quiebra a convertirse en ejemplo de recuperación en la que se fijan otros países de la UE”.
Y en este momento, ha proseguido, España ya no es “un problema para Europa”, no tiene que “dejar el euro” ni ocupa “titulares de prensa” salvo “para bien”. “Otros ocupan esos titulares”, ha manifestado, en alusión a Grecia.
“El estado que debatimos es el de una nación que ha salido de la pesadilla, se ha rescatado a sí misma, ha recuperado la confianza económica, goza de prestigio, vuelve a ser atractiva para los inversores, ha reordenado su funcionamiento y ve crecer el consumo”, ha indicado, para agregar que comienza a girar “de manera creciente la rueda de la actividad económica”.
SIN TOCAR EL ESTADO DEL BIENESTAR
Rajoy ha presumido de haber afrontado tres años “difíciles” sin tocar el Estado del Bienestar, ya que, según ha indicado, su objetivo era salir de la crisis sin “desgarros sociales” y sin “ahondar en las desigualdades”, algo que “no era fácil porque no había dinero”. “Hemos salido de la crisis sin renunciar a la cohesión social”, ha recalcado.
También ha puesto en valor los mecanismos que ha impulsado su Gobierno para ayudar a las comunidades y ayuntamientos, como el Fondo de Liquidez o el Plan de Pago a Proveedores. Así, ha dicho que en los tres últimos años, el Estado ha proporcionado a las comunidades más de 122.000 millones, de los que del 71 por ciento se ha destinado a financiar servicios públicos fundamentales en sanidad, educación y servicios sociales.
Y en 2005, ha continuado, el Ejecutivo está poniendo a disposición de las administraciones autonómicas y locales nuevos instrumentos de financiación y liquidez para “garantizar la prestación” de esos servicios básicos por un importe de 39.800 millones de euros.
OBJETIVO: TRES MILLONES DE EMPLEOS
Y ha querido poner fin a su discurso subrayando que es “digno” de destacar que España ha logrado “recuperar su vigor sin rupturas sociales ni territoriales” y que sea capaz de “sufragar su propio Estado de Bienestar y de proteger la unión y la igualdad de todos los españoles”.
Rajoy ha admitido que el país arrastra una deuda millonaria y una tasa de paro “inaceptable”, pero se ha fijado como objetivo crear tres millones de empleos netos “perfectamente alcanzable en los próximos años”.