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Economía contradice a Montoro: la ley que aliviará las deudas familiares sí incluye las hipotecas

El presidente del Gobierno, durante su intervención en el debate.

Luz Sanchis / Antonio M. Vélez

El decreto ley llamado de “segunda oportunidad” que ha anunciado esta mañana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “afecta a personas físicas y empresas e incluye las deudas hipotecarias”, según fuentes del Ministerio de Economía y Competitividad.

El departamento de Luis de Guindos contradice así a Cristóbal Montoro, que esta mañana ha asegurado a los periodistas en los pasillos del Congreso que el perdón de la deuda, que abre la puerta a la denominada dación en pago (y que no es competencia de su departamento, el Ministerio de Hacienda), no está pensado para préstamos hipotecarios sino “para otro tipo de créditos”. Montoro ha explicado que se trataría de facilitar una “reestructuración”, ya que “la deuda hay que pagarla”, y ha dicho que en cualquier caso “hay que esperar al desarrollo posterior” del decreto para conocer los detalles.

El decreto, que se presentará en el Consejo de Ministros de este viernes, facilitaría a las personas físicas liberarse de sus deudas sin recurrir a un concurso de acreedores y una vez ejecutadas las garantías y vendidos sus bienes. “Hasta ahora, incluso quien se veía obligado a vender sus bienes para pagar sus deudas, seguía siendo responsable de pagar la parte remanente. Esto condenaba a los hogares y empresarios a vivir con la losa de la deuda pasada incluso habiendo renunciado a sus bienes. Con esta reforma, en el marco de un procedimiento controlado judicialmente y con todas las garantías, será posible liberarse de esa losa”, ha dicho esta mañana Rajoy.

La prometida ley de segunda oportunidad, una ayuda de 1.200 euros a las familias monoparentales con dos hijos y una reducción de cotizaciones a las empresas por la contratación indefinida han sido las principales medidas que el presidente del Gobierno ha prometido en el debate. Como se esperaba, Mariano Rajoy ha reservado para la ocasión los anuncios con los que pretende convencer a los españoles de que voten al PP en las próximas elecciones.

Las iniciativas ya estaban anunciadas, pero los detalles estaban reservados para este martes con el objetivo de subrayar la “vocación social” del Gobierno como consecuencia de la recuperación económica. El jefe del Ejecutivo ha dado por inaugurada “una fase expansiva” de la economía y ha predicho un crecimiento del 2,4% que permite tomar medidas para premiar lo que él llama “esfuerzos y solidaridad” y los españoles llaman recortes.

Rajoy no ha sido muy preciso sobre cómo se producirán los “acuerdos extrajudiciales” entre deudores y acreedores ni cómo les afectará la Ley Concursal cuando no sea posible el acuerdo. Solo ha asegurado que esta reforma permitirá a hogares y empresarios liberarse “de la losa de la deuda” impagada “tras ejecutar sus garantías y bienes”.

Tres cuartas partes del discurso inaugural de Rajoy se han centrado en la economía, tanto para hacer balance de cómo se la encontró al llegar al poder como para encarar lo que falta de legislatura. El jefe del Ejecutivo ha subrayado que ha tenido que dedicar “tres largos años” a superar la crisis y que ese es el tiempo “que ha tardado España en levantarse después de la caída”, aunque ha repetido varias veces el último mantra de su partido: “Aún queda mucho por hacer”.  “Hoy bien podemos decir que ese futuro con el que soñábamos ha llegado”, ha sentenciado para cerrar un discurso muy aplaudido por los suyos.

Por el camino, Rajoy ha presumido de su gestión de la crisis y ha puesto el acento en que “no se han dejado de pagar ni las pensiones ni las prestaciones por desempleo” cuando peor estaba la situación y pendía sobre España la amenaza del rescate completo. “El rescate es implacable”, ha afirmado el presidente para presumir de que el país no lo pidió más allá del sistema financiero. En ese punto, ha recordado que muchos “glosaron las ventajas pero no hablaron de las contrapartidas” y que en el PP “fueron prudentes” en sus declaraciones, un mensaje que parecía dedicado a Luis Garicano, artífice del programa económico de Ciudadanos.

La corrupción que azota al PP no ha merecido más que dos minutos de un discurso de una hora y media larga. En ningún momento Rajoy ha insistido en sus errores o en su petición de disculpas a los ciudadanos, solo se ha referido al problema para elogiar su paquete de medidas presentado en el Congreso durante el año.

Rajoy ha dedicado la parte final de su intervención para atacar a los “demagogos” y a los “voluntarismos mágicos”. “Yo también podría decir a los españoles, como hacen otros, que el salario mínimo se duplica esta tarde, que las pensiones aumentarán un 5% mañana por la mañana, que todo el mundo tendrá una vivienda subvencionada... Dicen con razón que hablar es gratis”, ha dicho en referencia al discurso de Podemos. “Está claro que si lo hiciera yo sería un gesto de inconsciencia temeraria. Y, si lo hacen los demás, ¿qué es?”, ha preguntado Rajoy cosechando un gran aplauso de los suyos.

Como cierre, el presidente ha hecho su particular resumen, un tanto confuso, de cuál es el estado de España: “Si hace tres años estábamos obligados a soñar con un futuro que no existía, hoy bien podemos decir que ese futuro ha llegado y estamos dejándolo atrás”.

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