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“Ramón”, el defensor del medioambiente a golpe de trazo y humor

"Ramón", el defensor del medioambiente a golpe de trazo y humor

EFE

Madrid —

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A pesar de su apariencia infantil, sus viñetas pueden tratar la desaparición del Ártico o la desertización de Madrid entre otros temas que “asustan” y que pocos como “Ramón” pueden denunciar en pequeñas dosis de humor.

“Yo me imagino a la Tierra hasta las narices de nosotros”, destaca entre risas irónicas el ilustrador y padre de cuatro hipopótamos que desde El País Digital critican la “estupidez humana”.

Más conocido sólo por su nombre, Ramón Rodríguez explica a EFEverde que “Hipo”, “Popo”, “Pota” y “Tamo”, nacieron para protagonizar un cuento infantil, sin embargo fueron las páginas de actualidad, las que les dieron vida.

Así, lo que en un principio iban a ser mensajes ecologistas, ahora son una mezcla entre crítica social y protección medioambiental.

En este sentido, ha denunciado la ley de costas mediante cangrejos que optan por vivir en ladrillos en lugar de en conchas y la corrupción política mediante un nuevo contenedor de reciclaje.

Ramón no tiene miedo a confesar que “es muy difícil hacer viñetas” y que en un primer momento no sabía cómo dibujarlas, aunque con mayor orgullo recalca que “le han cambiado la vida”.

“Yo fui educado en la vieja escuela”, critica Rodríguez, a quien nunca le “plantearon el mínimo problema entre el ser humano y el medio ambiente” en su niñez. Su compromiso con el medio se forjó a base de informarse para luego dibujar.

Hoy, simpático o cercano son adjetivos que pueden describirle, no obstante lo más llamativo de este ilustrador es su acérrimo sentimiento ecologista.

Confiesa sentirse “frustrado” respecto a la poca conciencia ambiental española. Además, la suya es una lucha al estilo “de David y Goliat”, pues su mensaje se enfrenta a los intereses de grandes lobbies armados con “verdaderos ejércitos para desinformar”.

Ramón no se anda con remilgos. Habla claro y describe la actualidad en estilo directo “el calentamiento global es el acontecimiento más importante que ha ocurrido en la Tierra”.

Y es que al margen de grandes descubrimientos, revoluciones o guerras “ahora una especie está modificando el equilibrio del planeta en apenas dos siglos”.

Este dibujante no es un iluso, pues sabe que sus mensajes son difíciles de digerir y que para muchos resulta más sencillo creer a quien a uno conviene. Sin embargo, “no dejaré de poner mi granito de arena”, sentencia.

Las imágenes son armas eficaces para impactar y un buen vehículo para transmitir estos mensajes, explica Rodríguez, “y en pequeñas píldoras de humor, estos temas pueden atraer e incluso interesar a la gente”.

Un ejemplo: una viñeta en que el planeta aparece enfermo, probablemente ingresado en la “UCI” y el Sol, su compañero, se compadece de éste “la NASA estima que la vía láctea alberga 17.000 millones de planetas similares a la Tierra. ¡Ya es mala pata que te tocaran a ti los humanos!”

De hecho, en sus viñetas nunca aparecen humanos “salvo dos o tres excepciones”, pues este dibujante concienciado con el planeta prefiere dar voz a otros personajes. Incluso confiesa “prefiero pensar como un animal, aunque al final no soy más que eso”.

Ramón rodríguez no es un iluso, mas sí es optimista. El ilustrador confía en internet como fuente de comunicación veraz y contraste, pero sobre todo, cree en los niños.

Alaba la entrada del ecologismo en las escuelas y destaca que “hay niños de ocho años que saben más de cambio climático que nuestros políticos”.

Quizás por eso sea “Tamo”, el más pequeño de los hipopótamos, el que a veces precede a una pequeña mariposa. El pequeño insecto simboliza “perseguir un sueño” y eso es al fin y al cabo el porqué de sus viñetas “intentar que las cosas cambien”.

Por Laura Mas

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