Las conversaciones intervenidas por agentes de la UCO en el marco de la Operación Lezo al director y al presidente de La Razón, Mauricio Casals y Francisco Marhuenda, apuntaban a que ambos directivos habían intentado presionar a Cristina Cifuentes para proteger a Edmundo Rodríguez Sobrino, enlace de Ignacio González en Latinoamérica y consejero del periódico. La causa contra ambos directivos del Grupo Planeta fue archivada el pasado 25 de abril, después de que la presidenta madrileña rebajase en su declaración por escrito las presuntas “coacciones” argumentando que este tipo de advertencias forman parte de la relación entre políticos y medios.
Este viernes, El País ha dado a conocer nuevos extractos de las conversaciones en las que se desvela que Mauricio Casals llegó a asegurar a Edmundo Rodríguez que no debía preocuparse porque “las pasará putas esta señora” y Francisco Marhuenda afirma que “hay que asustar” a Cifuentes.
La primera conversación publicada data del 29 de julio de 2016. Rodríguez llama a Mauricio Casals para explicarle que sufre una “persecución personal”.
Edmundo Rodríguez pide a continuación que Francisco Marhuenda interceda para decirle a Cristina Cifuentes que se deje de investigar y “olvidar el tema”. Varias horas después, Marhuenda llama a Rodríguez para decirle que se pone a sus órdenes.
Semanas después, el 10 de agosto, Francisco Marhuenda informa al consejero de La Razón de que se ha reunido con Cifuentes y, según le ha explicado, no tiene nada contra él.
El 10 de octubre, el consejero de La Razón llama a Mauricio Casals para informarle de otra reunión entre Cifuentes y Marhuenda. En ese diálogo, el presidente del grupo llegaría a asegurar que será todo el grupo mediático el que le defienda, incluida “Antena 3, Onda Cero y La Sexta”. Cinco días después, afirma: “No te preocupes, que las pasará putas esta señora”.
Según señala El País, de las conversaciones intervenidas se deduce que el Consejo de Administración de La Razón rechaza una campaña contra Cifuentes debido a su interés por ser adjudicatario de una nueva universidad planificada por el gobierno autonómico. Entonces, Casals cambia la estrategia y afirma que son “más peligrosos en el boca-oreja que en el periódico” para tranquilizar a Rodríguez.