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Solo7, un “grafitero” por la paz electoral entre las chabolas de Nairobi

Solo7, un "grafitero" por la paz electoral entre las chabolas de Nairobi

EFE

Nairobi —

Cuando la violencia postelectoral en Kenia de finales de 2007 y principios de 2008 comenzaba a arrasar el país, un pintor de señales, Solo7, tomó un cubo de pintura blanca y un pincel y decoró los muros de las chabolas de su barrio con un mensaje claro: “Se busca Paz. Viva”.

Cinco años, unos 1.500 muertos y cientos de miles de damnificados después, las paredes del barrio chabolista de Kibera, en la capital keniana, lucen aquellas y otras pintadas similares del mismo autor, dedicado ahora casi por completo a promover la paz de cara a los delicados comicios que Kenia celebrará el próximo 4 de marzo.

“En 2013, vota Paz”, se puede leer ahora, en una versión actualizada de su mensaje pacifista electoral, entre la uralita, el barro y el jaleo cotidiano de Kibera, escenario de varios de los mortales disturbios tras las polémicas votaciones de 2007.

En ellas, el actual presidente saliente y entonces candidato a la reelección, Mwai Kibaki (de la mayoritaria tribu kikuyu), se atribuyó la victoria, mientras que el líder opositor y ahora primer ministro, Raila Odinga (de la tribu lúo), también reclamó para sí el triunfo.

En medio de acusaciones de fraude, estallaron violentas revueltas entre los kenianos de ambas tribus que también afectaron a otras etnias del país.

“Estaba en la calle y vi a seguidores de Odinga, de distintas tribus, gritando: 'Sin Raila, no hay paz' (en protesta por la victoria concedida a Kibaki). Iban armados con palos, bates, cuchillos... Y mi miedo fue -recuerda el pintor- que esa gente molestara a los que no estuvieran con ellos”.

“Así que me uní a ellos y comencé a corear sus consignas. Quería simpatizar con ellos para conocer sus intenciones y saber dónde iban”, relata a Efe Solo7, un emigrante del oeste del país, de la tribu lhuya, que se gana la vida pintando carteles de estilo naíf para peluquerías, carnicerías o minibuses.

“Saquearon un taller mecánico, robaron neumáticos, les prendieron fuego y los lanzaron dentro de un mercado (que planeaban asaltar)”, continúa Solo7.

Cuando el saqueo empezó, el artista tomó un pedazo de carbón y comenzó a escribir en varias tiendas “votante del ODM” (siglas en inglés del Movimiento Democrático Naranja, el partido de Odinga): “Y luego vi -apunta- que esos tenderetes no habían sido robados”.

En ese momento, Solo7 descubrió la fuerza que una pintada podía tener: “Me di cuenta de que las señales podrían gritar más alto que las palabras”.

Entonces, el improvisado activista vio en la prensa que un portavoz del ODM pedía a sus seguidores que se movilizaran de forma masiva para protestar por la supuesta victoria amañada de Kibaki.

“Pensé que mucha gente moriría (como consecuencia de esas manifestaciones). Y que, si con las pintadas con un trozo de carbón logré que muchas tiendas no fueran saqueadas, ¿por qué no tratar de salvar vidas de gente inocente con un cubo de pintura y una brocha?”, recuerda.

Desde entonces, las precarias paredes de Kibera se fueron llenando de mensajes pacifistas, tanto en swahili como en inglés y firmados por un chico con rastas apodado Solo7, a los que la gente se fue progresivamente adhiriendo, y él asegura que aquello sirvió para frenar de algún modo la masacre.

Solo7 es Solomon Muyundu (ambos nombres de 7 letras), nacido el séptimo hijo el 7 del séptimo mes de 1977, y, aunque confiesa su apoyo al candidato presidencial Odinga, asegura que no votará más que por un proceso pacífico.

Ahora lleva meses coordinando una iniciativa para prevenir la violencia electoral y, con los antecedentes de 2007 y 2008, ha querido anticiparse a posibles acontecimientos.

Con un cubo de pintura en la mano y media sonrisa en el rostro, Solo7 comenta: “El color que más me gusta (para las pintadas) es el blanco, porque los muros de las construcciones de Kibera son oscuros y así se ven mejor. Y también porque el blanco es el color de la paz”.

Javier Triana

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