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Susana Díaz advierte a Pedro Sánchez de que no le valdría la abstención de Podemos si no renuncia al referéndum

Susana Díaz y Pedro Sánchez en una imagen de archivo

Irene Castro

Pedro Sánchez permanece ajeno a los envites que lanza Podemos para sentarse a negociar ya su hipotética investidura. Este miércoles ha quedado claro con la presencia del secretario general del PSOE en una tamborrada en Donosti. “Hemos estado de relax”, confiesan en su equipo. Sánchez espera a que acabe “el tiempo de Rajoy”, y mientras tanto, la federación andaluza, la más poderosa del partido, lanza una advertencia que frustraría cualquier aspiración del candidato socialista. Susana Díaz ha dejado claro que Sánchez no puede ni sentarse con Pablo Iglesias si no renuncia públicamente al referéndum en Cataluña y que, si no lo hace, el PSOE no podrá siquiera aceptar llegar a Moncloa con el voto favorable de Albert Rivera y la abstención de Podemos y las confluencias.

Ese escenario es el que se está imponiendo en sectores del socialismo tras el acuerdo para la Mesa del Congreso. Tras ese pacto, el PSOE enfatizó el mensaje de que Sánchez intentará formar gobierno para garantizar el “cambio” mirando a “izquierda y derecha”. A su derecha está Albert Rivera. La posibilidad de que Sánchez llegue al Gobierno gracias a los 40 síes de Ciudadanos y la abstención del resto de la Cámara, excepto el PP, se ve mejor en algunos territorios con barones destacados, como el extremeño Guillermo Fernández Vara.

Sin embargo, el PSOE andaluz –que aporta 22 diputados al Grupo Socialista– ha dejado claro que para llegar a ese caso los de Pablo Iglesias tienen antes que renunciar pedir un referéndum en Cataluña. Así lo ha expresado el portavoz en el Parlamento regional, Mario Jiménez, que ha recordado que el PSOE “no se puede sentar a la mesa” para negociar con Podemos si antes no rechaza públicamente la “línea roja” que marcó en la misma noche electoral.

A lo que se refiere es a la imposición de los barones socialistas a Sánchez de que no puede siquiera negociar con Podemos si no deja pasar la consulta en Cataluña. “La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento solo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas”, reza la resolución que aprobó el Comité Federal.

Así las cosas, el PSOE andaluz no vería con buenos ojos que Sánchez cumpliera su objetivo de llegar a Moncloa gracias a la abstención de Podemos al entender que incumpliría el mandato que el Comité Federal de los socialistas ha dado a su secretario general. El PSOE-A entiende que esa abstención, pese a que Podemos no entrara en el hipotético Gobierno de Pedro Sánchez, sería “un cheque en blanco” que no van a consentir. Quieren que el pacto de investidura, igual que si fuera un pacto de gobierno, deje todo por escrito, “nítido y claro” como ocurrió en Andalucía, informa Olga Granado.

Ferraz confía en que desaparecerá la consulta

A 500 kilómetros de Sevilla, en la calle Ferraz, dan por hecho que la línea roja de Podemos se ha ido difuminando. “Los propios de Podemos están renunciando al referéndum. No hacen bandera de eso ahora mismo”, expresan fuentes oficiales del PSOE, que tampoco temen que el enfado manifestado por Podemos por el rechazo a que se constituyera en grupos diferenciados de sus alianzas territoriales vaya a tener consecuencias en las aspiraciones de Sánchez de llegar a Moncloa, pese a que Iñigo Errejón reconoció que los acontecimientos en el Congreso “alejan la posibilidad” de un acuerdo.

No obstante, en el PSOE se quedan con la segunda parte de la ecuación, en la que el número dos de Pablo Iglesias reconoció que el alejamiento no significa que no vayan a sentarse a dialogar: “Que expliquen de qué y para qué -agregó Errejón-. Tenemos plena disposición para hablar con todo el mundo para regenerar”. Y en esa clave están también los socialistas, aunque aseguran que no han comenzado a moverse. Podemos e IU también dicen que, hasta el momento, se han limitado a hablar de los grupos de la Cámara Baja.

“Hay que respetar los tiempos de la democracia y ahora le toca a Rajoy”, expresan fuentes de Ferraz, que no quieren entrar en “especulaciones” sobre si Podemos está más o menos cerca de apoyar a Sánchez, pero reconocen que “no tiene por qué ser imposible” el entendimiento. “No está ni más cerrado que antes”, dicen esas fuentes en referencia a la fecha en que el PSOE pactó con Ciudadanos que Patxi López se hiciera con la presidencia del Congreso, “ni más abierto”.

Lo que sí que reconocen en el PSOE es que han hecho guiños a Podemos y sus confluencias. “En el Senado hemos hecho lo que hemos podido”, señalan desde el entorno del candidato socialista sobre su apoyo a que Podemos y las confluencias dispusieran de dos grupos diferenciados. El PP ha vetado esa posibilidad.

Otro de los argumentos que hace pensar a los socialistas que Sánchez triunfará en su intento de alquilar la Moncloa es que, a su juicio, Podemos tendrá complicado explicar ante su electorado que se repitan unos comicios en los que hay más posibilidades de que el PP mejore su resultado y, por tanto, sus expectativas de mantenerse en el poder. “No sé si los votantes de Podemos estarán de acuerdo con que sus prioridades sean tener cuatro grupos y hacer un referéndum en Cataluña”, expresó Patxi López en una entrevista en eldiario.es. Es una afirmación repetida en las filas socialistas.

Sánchez está convencido de que puede llegar a acuerdos con los de Iglesias en torno a los ocho puntos que el PSOE ha fijado como prioritarios para negociar en la investidura, que incluyen la “agenda para la recuperación justa” y la lucha contra el fraude, un pacto por la educación, la ciencia y la cultura, un pacto contra la violencia machista o la reforma de la Constitución, entre otras.

“Hemos estado animados desde el minuto cero”, dicen en Ferraz, donde ven con buenos ojos las últimas manifestaciones de Compromís, IU y En Marea, que se han mostrado partidarios a apoyar a Sánchez si plantea un “proyecto de izquierdas” y si se compromete con mejorar la financiación de la Comunidad Valenciana, uno de sus compromisos de la campaña.

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