Tomás Gómez da libertad de aval y de voto al PSM ante el temor a una división interna
El secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, siempre se ha caracterizado por decir lo que piensa, aunque le cueste caro. Pero en el inicio de todo este proceso de primarias del PSOE para elegir al futuro secretario general ha estado callado.
Unos lo achacan a sus malos resultados electorales en la Comunidad de Madrid en las últimas elecciones europeas (logró un 18% de votos, cinco puntos por debajo de la media del PSOE a nivel nacional); otros, a que no le gustan ninguno de los cuatro candidatos (él también estaba a favor de la operación Susana Díaz), pero la verdadera razón es que ahora cualquier pronunciamiento suyo en favor de los aspirantes podría crear una escisión en el PSM.
Por ello, Gómez y la dirección del PSM han decidido, de momento, no apoyar a nadie y dar libertad de aval y de voto a los militantes socialistas madrileños.
El coste interno de que él se pronunciara a favor de uno de los candidatos podrían conducirle al fin de su ya débil liderazgo tras los resultados electorales que va cosechando en Madrid.
No obstante, fuentes cercanas al líder madrileño sitúan su decisión en que Gómez siempre ha optado por la libertad de voto de la militancia, sin que sea condicionada, y que él apoya el proceso democrático emprendido salga quien salga.
Pero, posiblemente, no sea el único secretario general del PSOE que opte por esa posición. La debilidad de los actuales barones socialistas es tal que casi ninguno está para echar un pulso en favor de nadie sin que se incendie su federación. Sobre todo, después del desembarco en favor de Susana Díaz, que acabó frustrado por su retirada.
La presidenta de la Junta de Andalucía también dijo que iba intentar mantener una posición neutral y, salvo guiños pequeños de asistencia a un acto de un candidato o al de otro, no hay pronunciamientos públicos notables entre lo barones del PSOE.
En todo caso, la elección de nuevo líder para el PSOE está en una primera fase, que sólo pasa por la recogida de avales. El 2 de julio empieza oficialmente la campaña, hasta el día 13, cuando se votará y se conocerá al futuro secretario general del PSOE.
Las cosas se pondrán más serias en estos once días cuando se sepa, de verdad, quiénes tienen los avales. Y, luego, las ganas de ganar, o de que gane uno u otro, conducirán a posturas más arriesgadas. De momento, los secretarios generales del PSOE optan por lavarse las manos.