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Los antidisturbios desalojan un banco en el que 40 encerrados intentaban parar un desahucio
Antidisturbios de la Policía Nacional han desalojado a la 1:30 de la madrugada a 40 personas encerradas en una sucursal del BBVA, en la plaza del Jardinillo de la capital alcarreña, en la que llevaban desde el mediodía del viernes con el objetivo de paralizar el proceso de desahucio de una familia formada por una pensionista y su hijo, que tiene una discapacidad.
A esa hora los efectivos de dos furgones de antidisturbios de la Policía Nacional han entrado en la sucursal bancaria para desalojar a los encerrados, a los que han ido identificando según salían.
Durante el desalojo se han producido forcejeos en el interior de la sucursal y a sus puertas, donde durante todo el encierro se han concentrado alrededor de 40 personas que han coreado gritos de apoyo a los encerrados y en contra de la policía y los bancos.
Según ha explicado a la Agencia Efe tras el desalojo Mario Magán, uno de los portavoces de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Guadalajara que ha realizado la protesta, “en el banco no han querido despertar a quién podía tomar la decisión de resolver esto y nos han echado por la fuerza”.
Según Magán, el banco ha ofrecido a María Benítez, la pensionista de 74 años cuyo desahucio se quiere paralizar, el usufructo de su vivienda mientras viva “pero para ella el problema es que el único sitio en que puede vivir su hijo, que tiene una minusvalía reconocida, es su casa”.
Por este motivo su objetivo es que la entidad condone la deuda y salde la hipoteca quedándose con el piso que su hijo compró y dejando a su madre con su vivienda.
Según ha explicado a Efe la interesada, en 2005 presentó su vivienda como aval de la hipoteca que su hijo Pedro firmó para adquirir un inmueble y que dejó de pagar tras perder el empleo.
En 2011 el hijo perdía la vivienda y el banco inició el proceso de desahucio de María y que su vivienda, tasada en 40.000 euros, redujera los 130.000 euros pendientes.
Durante el encierro al menos tres trabajadores de la entidad han permanecido en la sucursal aunque han declinado hacer declaraciones a la resolución del encierro.
Por otra parte, durante el mismo una de las encerradas ha tenido que abandonar la sucursal después de sufrir una bajada de azúcar por la que ha necesitado atención sanitaria.