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El proyecto participado por Ramón Espinar plantea abrir Podemos Madrid a “otros actores del cambio”

Los diputados Ramón Espinar y María Espinosa, tras la barra de la caseta de Podemos en las fiestas de Alcalá.

Aitor Riveiro

Podemos Escucha, el proyecto para la Asamblea Ciudadana de Podemos Madrid en el que participan el portavoz en el Senado, Ramón Espinar, y las diputadas autonómicas María Espinosa y Elena Sevillano, entre otros, certifica en los documentos que ha presentado al proceso que el llamado modelo Vistalegre ya no es válido. Aunque reconoce sus éxitos señala también su incapacidad para el nuevo tiempo político que se abre. Uno de los elementos centrales de la fundación de Podemos era la verticalidad y centralidad en la toma de decisiones. Pero también la creencia de que era una herramienta única para lograr el cambio. Una percepción que, en mayor o menor medida, ha ido decayendo. El documento de Podemos Escucha, que parte del éxito de las autonómicas y municipales de 2015 en la región, se plantea la necesidad de que el partido se “componga con otros actores del campo político del cambio para ganar la Comunidad de Madrid en 2019”.

“Podemos no compone en solitario —aunque sea la organización con mayor alcance y recursos— el campo político del cambio en nuestra región”, apunta la reflexión política con la que arranca el documento. Como ejemplo, “las experiencias de las Candidaturas de Unidad Popular (CUP)” que lograron importantes triunfos en mayo de 2015. El de Ahora Madrid, por encima de todos, pero también el de importantes municipios de la región. Unas candidaturas que, un año después, sirvieron de palanca para que fraguara Unidos Podemos.

Esas experiencias, prosigue el documento, “remiten a pensar en un modelo complejo de geometrías variables para la construcción de los referentes electorales en el futuro”. Y concreta: “Necesitamos generar estructuras organizativas flexibles, que se añadan a las estrictamente orgánicas, que no supongan una parte 'de' Podemos, pero sí puedan ser espacios de coordinación 'con' Podemos y el resto de actores”.

“Necesitamos definir políticamente y concretar socialmente cómo, con quién y hacia dónde vamos a dirigir nuestros esfuerzos”, añade.

También en el plano político Podemos Escucha aboga por convertir Podemos “en una herramienta doble” con una pata en la calle y otra en la institución. “De un lado, un movimiento popular capaz de articular demandas ciudadanas para convertirlas en políticas públicas que resuelvan problemas o en contestación social a las instituciones que viven de espaldas a la ciudadanía; de otro lado, Podemos debe ser una herramienta de gobierno”, apunta.

Ambas ideas se compadecen con las propuestas por el secretario general del partido, Pablo Iglesias, en el debate abierto en el seno de Podemos tras el 26J. También la última gran idea fuerza política del documento de Podemos Escucha: “La clave de nuestro tiempo político no es conjurar el miedo rebajando los umbrales de incertidumbre de los poderosos, sino aumentando las certezas y la confianza de la gente corriente —con hechos y prácticas concretas— en que Podemos es una herramienta de cambio político y no 'un partido más”.

Órganos de intermediación territorial

La fórmula para imbricar en una sola estructura a lo que Podemos Escucha llama las “fuerzas del cambio” es a través de los Espacios Abiertos del Cambio, “donde habite la diversidad y las peculiaridades de cada pueblo o localidad”.

La idea es que esta estructura de debate sirva no solo para las candidaturas realmente unitarias, sino también en aquellas localidades donde se presentaron listas distintas al fracasar la confluencia. Un ejemplo entre muchos: Torrejón de Ardoz.

“En estos espacios tendrán cabida partidos, organizaciones sociales y personas que compartan la apuesta municipalista y los mínimos programáticos y éticos que han impulsado la irrupción de las CUP”, apunta el documento.

A nivel puramente orgánico de Podemos los cambios son menores. El más importante es la creación del Consejo Territorial, un estamento del partido que permitiría la interlocución del Consejo Ciudadano Autonómico con la organización a nivel municipal y comarcal. Pero no solo.

Esta idea está presente en otros documentos pero Podemos Escucha apuesta además por integrar a los círculos en un órgano que además tendrá competencias concretas: capacidad de decisión y veto en los fondos que el partido destina a la organización a nivel local y sobre la dirección política en materia municipal.

“Los Círculos deben dejar de ser poco más que comités de apoyo de los comités electorales y convertirse en actores políticos en los barrios y pueblos”, apunta el documento. Una reivindicación ya habitual en Podemos que se ha intentado abordar en otras ocasiones con poco éxito.

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