Un 42% de los españoles dijo en 2014 que el debate del estado de la nación solo sirve para aburrir a la gente
El debate sobre el estado de la nación interesa poco a los ciudadanos. Así lo reflejan las encuestas que realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para preguntar a la opinión pública qué les ha parecido la sesión parlamentaria. Una mayoría de los encuestados respondió el año pasado que la discusión no es interesante, que no se tratan los asuntos que preocupan a la ciudadanía y que no es útil. Un 42% consideró que estos debates “no sirven más que para aburrir a la gente”.
Los líderes políticos se preparan a conciencia para el enfrentamiento que mantienen con sus adversarios en una sesión que se prolonga durante dos días. El presidente defiende su gestión, mientras la oposición le afea todo lo que ha hecho mal. En febrero de 2014, un cuarto de los españoles no se enteró siquiera de que se celebró un debate sobre el estado de la nación, según la encuesta del CIS.
El 60,5% de los ciudadanos considera que estas sesiones parlamentarias tiene poco o nada de interés. Sólo un 10,4% de los encuestados el año pasado contestó que estos debates son muy eficaces para que la gente “se entere de las cuestiones políticas”.
Frente a ese pequeño porcentaje, una amplia mayoría no los ve útiles. En concreto, un 45% dijo que son interesantes pero que no tienen utilidad y un 42,6% optó por que son debates “que no sirven más que para aburrir a la gente”.
Cerca del 73% de los españoles expresó, además, que los asuntos que se trataron en el hemiciclo no son los que “realmente” interesan a los ciudadanos. Entre los temas que destacaron en sus respuestas se encontraban la crisis económica, el desempleo y la política económica. El 86% de los encuestados dijo que los reproches y acusaciones entre unos y otros predominaban en los discursos frente al 8,5% que opinó que se habían dado propuestas para solucionar los problemas del país.
De los encuestados que tenían conocimiento del desarrollo del debate, un 47% no lo siguió en directo frente al 61,4% que sí lo hizo (fundamentalmente en la televisión y por la radio), aunque más de la mitad lo hizo con poco interés. La mayoría de quien no lo vio se justificó en que tenía otras obligaciones y prioridades. Un 20,6% admitió que no le interesaba y un 16,7% lo evitó porque le desagrada la confrontación política.
Mariano Rajoy venció en aquella ocasión por primera vez a Alfredo Pérez Rubalcaba en un cara a cara, según los encuestados. Aun así, el presidente del Gobierno no logró convencer a los ciudadanos. Un 69% le recriminó que no tuviera sensibilidad hacia los españoles y un 70% dijo que no era realista.