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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Cinco grietas en el 'no' de Pedro Sánchez a Rajoy

Pedro Sánchez en la campaña electoral.

Irene Castro

El discurso de Pedro Sánchez –transmitido a través de sus portavoces ante el silencio que mantiene desde el 26J– en contra de facilitar un Gobierno del PP va acumulando grietas. A pesar de la rotundidad con la que Ferraz niega que vaya a permitir “por activa o por pasiva” que Mariano Rajoy siga en Moncloa, los socialistas aportan cada vez más indicios que apuntan a una posible abstención.

En el PSOE dan por hecho que el Comité Federal del próximo sábado, aunque no necesariamente lo hará por escrito a través de una resolución, apuntalará la postura de la dirección de votar en contra de la investidura del presidente en funciones y también marcará una postura de la voluntad de los socialistas de quedarse en la oposición pero evitar unas terceras elecciones. La ecuación puede ser imposible si Rajoy no logra sumar a Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, puesto que conseguir la mayoría simple (más síes que noes) solo le sería posible con el improbable apoyo de Convergència o la abstención del PSOE.

Sectores del PSOE dan por hecho que la última hipótesis acabará imponiéndose, aunque también hay dirigentes que admiten que no es el momento de manifestarlo porque el líder del PP tiene que “currárselo” primero con la derecha parlamentaria. Estas son las cinco señales que han emitido los socialistas para que acabe abriéndose la puerta del voto en blanco del PSOE o al menos de una parte de sus representantes en el Congreso.

Un replanteamiento en otro Comité Federal

La última dirigente en admitir públicamente que puede haber un replanteamiento de la postura oficial, por mucho que se haya acordado en el Comité Federal, ha sido la secretaria general de los socialistas de Euskadi, Idoia Mendia, muy próxima a Sánchez. Tras reunirse con él en la sede de la calle Ferraz, la dirigente vasca ha reiterado que la posición actual del PSOE es el 'no' a Rajoy. Sin embargo, ha abierto la puerta a un cambio de opinión según vaya avanzando el proceso de investidura y las negociaciones del PP.

Preguntada por la posibilidad de que se tenga que convocar otra reunión de ese órgano interno para plantear una abstención que permita que haya Gobierno y evitar unos nuevos comicios, Mendia ha contestado que “no lo descartaría”. “Creo que es bueno, no es malo, que el Comité Federal se reúna todas las veces que sea necesario, porque al final es el órgano entre congresos, ahí nos sentamos los responsables políticos y representantes de todas las federaciones y yo creo que es el lugar idóneo para adoptar una decisión de calado”, ha respondido la dirigente vasca, que rechaza así la posibilidad de que se celebre una consulta entre los militantes para que sean las bases las que marquen el posicionamiento de los diputados del PSOE.

Al final sí, pero no es el momento

La hipótesis de un cambio de posición ejecutada a través de una nueva convocatoria del Comité Federal ya la manejaban dirigentes de varias federaciones pero en privado. Los socialistas que sostienen que al final tendrán que permitir que siga gobernando el PP –“por responsabilidad de Estado” o “para impedir unas terceras elecciones” son los principales argumentos– consideran, sin embargo, que no es el momento de decirlo y que es un “error” manifestarlo públicamente. Así, aprueban la actitud de la dirección de descargar la presión sobre el PP, porque entienden que le corresponde amarrar todos los votos posibles antes de mirar al PSOE, que es su “alternativa”.

Más allá de que el cambio de opinión se produzca en un Comité Federal, la duda es quién será el primero en dar un paso al frente y defender la abstención. Los equilibrios de poder en el PSOE, que celebrará en los próximos meses el congreso en el que se dirimirá el futuro liderazgo, complican el proceso. Así, sostienen que el que lo diga primero se verá penalizado ante su militancia.

Las opciones de la hipotética abstención tampoco son claras: ausencia de diputados, negociada, que se abstengan los estrictamente necesarios para que la investidura salga adelante o que se abstenga un solo miembro de la dirección -en el caso de que Rajoy sume a PNV, Ciudadanos y Coalición Canaria- para escenificar la simbología de ese voto: no hay respaldo pero sí responsabilidad de evitar un nuevo bloqueo. Rajoy podría ser investido presidente con 175 votos a favor, 174 en contra y una abstención, aunque la opción preferida de Ferraz en ese caso es que fuera el parlamentario de Nueva Canarias quien vote en blanco o no llegue a tiempo al hemiciclo.

La receta de Fernández Vara: mínima abstención in extremis

A quien señalan los que hablan de “error” al plantear en este momento la abstención es a Guillermo Fernández Vara. El presidente extremeño ha defendido desde el día siguiente de las generales que el PSOE tendrá que acabar dejando que gobierne el PP. La amplia ventaja del PP sobre la segunda fuerza, 52 escaños y 2,5 millones de votos más que el PSOE, y la necesidad de evitar otras elecciones son los argumentos del barón socialista para defender “una mínima abstención a última hora”.

El consejo de un sabio

A Vara, que fue el primero en defender públicamente la abstención, se sumó recientemente Josep Borrell, que representa a una facción de la 'vieja guardia' pero que también forma parte del equipo cercano de Sánchez desde hace unos meses. El candidato socialista le fichó para el 'consejo de sabios' que le asesoraba en la campaña electoral y que pretendía emular el futuro 'Gobierno del cambio'. Borrell estaba destinado a la cartera de Exteriores en ese frustrado Consejo de Ministros.

El exministro dejó claro en un artículo publicado en El Periódico que el PSOE tendría que abstenerse si Rajoy no logra los apoyos para sacar adelante su investidura y así evitar unos terceros comicios. Borrell planteaba dos alternativas: que unos cuantos diputados socialistas se pongan enfermos para que haya menos parlamentarios en el hemiciclo o que se vincule la abstención a unas condiciones programáticas. La segunda es su opción preferida.

Sánchez se reunió en secreto con Felipe González, a quien el secretario general consulta con regularidad, según fuentes de su entorno. Nada ha trascendido aún de la opinión actual del expresidente tras el resultado electoral. El exdirigente socialista dijo en una entrevista en El País a principios de año que ni PP ni PSOE deberían impedir que el otro gobierne.

El desliz de Luena

En la resaca electoral no fue Vara el único que abrió la puerta a una abstención. El número dos del PSOE, César Luena, reiteró el 'no' a la investidura, pero acabó admitiendo, en una entrevista en la Cadena SER, que debería estudiarse otra posibilidad llegado el momento. Luego abstenerse es algo que tocará pensarlo en su momento”, expresó antes de reiterar que su “vocación es echar a Rajoy”.

Antonio Hernando, que ese día fue el portavoz de la Ejecutiva, desautorizó al número dos del PSOE y aseguró que había hablado con Luena y que subrayaba su 'no'.

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