El PSOE evita como prioridad de su reforma constitucional el debate monarquía-república
La posibilidad de convertir España en una república no es una prioridad para el PSOE de Pedro Sánchez. El líder socialista está dando los primeros pasos para plantear una reforma de la Constitución en la próxima legislatura pero en los cuatro ejes que centrarán la propuesta de su partido no está el cambio del modelo de jefatura del Estado. El PSOE se mueve en un terreno contradictorio en este debate: es un partido republicano pero que defiende el modelo de monarquía parlamentaria que avaló la Constitución de 1978.
La modificación del capítulo referente a la jefatura del Estado no está, al menos por ahora, en los planes de estudio del Consejo de 14 expertos que ha creado Sánchez para la elaboración de la propuesta de reforma constitucional del PSOE. Esa modificación -que se alejará de ser un proceso constituyente y se limitará a realizar cambios sobre el texto de 1978- girará en torno a cuatro ejes: el Estado Social, el reconocimiento de nuevos derechos y libertades, la configuración de un modelo federal y la mejora de la calidad democrática con la reforma de instituciones como el Senado.
El equipo elegido por el candidato del PSOE a la Moncloa no tiene, por tanto, en sus prioridades plantear cambios que afecten a la monarquía parlamentaria más allá de eliminar la discriminación machista en el acceso a la Corona. El debate se abrirá, no obstante, con toda probabilidad tanto en el seno del partido como en el Congreso si la reforma de la Constitución llega a tramitarse en la próxima legislatura.
Será en el Parlamento donde los socialistas tengan que dar una postura definitiva respecto al modelo que prefieren ya que casi con toda probabilidad otros partidos, como Podemos o IU si logra representación, sí plantearán el debate. El PSOE se define como un partido republicano pero no se ha mostrado nunca contrario a la monarquía parlamentaria al defender con vehemencia la vigencia de la Constitución de 1978.
Con la abdicación del rey Juan Carlos se produjo quizás la discrepancia más importante de los últimos años en el seno del partido. Algunos barones, como Ximo Puig (Valencia), Francina Armengol (Baleares), José Ramón Gómez Besteiro (Galicia) o Miquel Iceta (Cataluña) se posicionaron a favor de convocar un referéndum para consultar a los ciudadanos si preferían al monarca Felipe de Borbón u optar por una república. El debate se zanjó: la dirección socialista se posicionó en el marco de la Carta Magna.
Sánchez ha marcado las cuatro líneas “prioritarias” en las que trabajará el equipo de expertos hasta la presentación de su propuesta. El líder del PSOE quiere que la Constitución garantice servicios como la sanidad y la educación y que reconozca nuevos derechos. Pero el énfasis lo pone en la vía federal que los socialistas defienden. El objetivo del PSOE será proponer un modelo de mayor autogobierno, en el que se garantice la igualdad entre territorios, aunque se reconozca la pluralidad de las regiones. Otro de los aspectos que en Ferraz tienen claro es la necesidad de cambiar el Senado para que sea una verdadera Cámara de representación territorial.
La dirección del PSOE está convencida de que el escenario político que se abrirá en la próxima legislatura es perfecto para la reforma constitucional. Sánchez ha atacado a Rajoy por su “inmovilismo” pero también ha criticado, sin mencionarla, a la formación de Pablo Iglesias por querer hacer “una enmienda a la totalidad” de la Constitución. “Tanto error es no mover una coma, como tratar de liquidar la Constitución de la democracia”, ha defendido Sánchez este miércoles. El candidato socialista ha dejado claro que su reforma no será un cambio total porque “honrará la constitución de 1978” aunque sostiene que la “hará más fuerte”.