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Maillo viaja a Murcia para convencer a Pedro Antonio Sánchez de que dimita

Pedro Antonio Sánchez junto a Mariano Rajoy y Ana Pastor, durante una Junta Directiva del PP.

Rodrigo Ponce de León / Aitor Riveiro

El presidente de Murcia se aferra a su cargo a dos días de que arranque el debate de la moción de censura que ha presentado el PSOE contra él. Pedro Antonio Sánchez no tiene intención de dimitir, pese a que el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco remitió el lunes a los tribunales murcianos una parte del caso Púnica que le salpica. Velasco y las dos fiscales que llevan el caso creen que Sánchez pudo cometer tres delitos: fraude, revelación de información reservada y cohecho.

Tanto es así que el vicesecretario general de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, ha viajado a Murcia este martes para convencer al presidente regional de que debe dimitir tras la acusación del juez Eloy Velasco.

Martínez-Maillo presidirá una reunión de la Junta Directiva del PP murciano convocada a las 12.45 donde la asistencia es obligatoria para todos los miembros de la Ejecutiva del partido en esta región. La llegada del vicesecretario general de Organización a Murcia para presidir una Junta que se había anunciado que dirigiría Pedro Antonio Sánchez es un golpe en la mesa de Génova.

El presidente de Murcia se ha enrocado en su puesto y la dirección nacional del PP no está dispuesta a perder el Gobierno de Murcia por la resistencia del actual presidente de esta comunidad.

Por su parte, PSOE, Ciudadanos y Podemos negocian a tres bandas un acuerdo para destituir a Sánchez, mientras el PP regional cierra filas con su presidente y la dirección nacional se esfuerza en definir un plan B para retener el Gobierno regional.

La nueva situación procesal del Pedro Antonio Sánchez no solo ha complicado el futuro del líder del PP murciano. También ha tensado las relaciones entre la formación regional y los dirigentes populares de la sede central de la calle Génova en Madrid.

Frente a las declaraciones de “apoyo unánime” o “nuestro único plan es Pedro Antonio Sánchez” que diferentes cargos del PP murciano se encargaron de trasladar en diferentes encuentros con los medios de comunicación, en la sede nacional del partido se insiste en la necesidad de tener a mano una alternativa.

“Si hay algún cambio en relación a la situación procesal del presidente de Murcia, podremos cambiar nuestra opinión”, declaró el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. Pedro Antonio Sánchez no acudió el lunes al Comité Nacional Ejecutivo del partido porque tenía que preparar su intervención en la moción de censura que se votará este jueves.

Los frentes judiciales del presidente de Murcia “están pesando ya demasiado” entre los barones regionales del partido conservador, aunque no tanto para que se sacase el tema durante el Comité Ejecutivo Nacional. Durante esa reunión se desconocía el auto del juez Velasco.

El viaje de Maillo de este martes no es el primero. El vicesecretario de Organización del PP ya viajó a Murcia hace unas semanas para tratar de convencer a sus colegas de la necesidad de encontrar a un sustituto de Pedro Antonio Sánchez antes de perder el Gobierno de una autonomía. “El PP no puede dar esa imagen de debilidad en estos momentos”, asegura un diputado de esta formación en el Congreso.

PSOE, Podemos y C's mantienen sus posiciones

La decisión del juez Velasco no ha movido un ápice las posiciones de los cuatro principales actores murcianos. Tanto el PSOE como Podemos apuestan por un “gobierno alternativo” al del PP que dirija la región hasta las próximas elecciones autonómicas, previstas en mayo de 2019.

Ambos partidos han negociado un programa mínimo de 21 puntos para apoyar al secretario general del PSOE en Murcia, Rafael González Tovar, como presidente. El Consejo Ciudadano de Podemos ya ha dado su visto bueno al documento, que en la tarde del lunes aprobará previsiblemente el Comité Regional del PSOE.

Tanto PSOE como Podemos defienden la necesidad de asegurar la gobernabilidad de Murcia hasta las próximas elecciones autonómicas, en mayo de 2019. En opinión de ambos partidos, la convocatoria de unos comicios ahora dejaría a Murcia con un gobierno paralizado prácticamente hasta el final de la legislatura. Los plazos legales de disolución de la Asamblea, de convocatoria de elecciones y de elección de un nuevo ejecutivo regional llevarían el final del proceso a mediados de 2018.

El secretario de Organización estatal de Podemos, Pablo Echenique, ha ratificado este lunes la posición de su partido. “En estos momentos la opción de entrar en un Gobierno en Murcia no está encima de la mesa”, ha apuntado Echenique en una rueda de prensa. Podemos ha defendido desde el principio de la crisis que la negociación sería en dos fases: primero concretar la moción de censura y luego abordar la posibilidad de un Ejecutivo de coalición. Algo que no es imprescindible para el partido de Pablo Iglesias, que hasta ahora ha rechazado formar parte de todos los gobiernos regionales del PSOE que ha apoyado.

También mantiene su posición Ciudadanos, que solo apoyaría la moción de censura si se acuerda la convocatoria inmediata de elecciones. Una “inmediatez” que podría irse a los seis meses para evitar que los comicios caigan en pleno verano. Ciudadanos ha vetado además la entrada de Podemos en el hipotético Gobierno de González Tovar.

Las conversaciones dos a dos (PSOE-Podemos; PSOE-Ciudadanos) se mantendrán con toda probabilidad hasta el jueves, día que se vota la moción de censura. Ese día se podrán dar únicamente tres opciones. La primera, que gane el , bien porque cede el PSOE y admite un gobierno técnico corto, bien porque cede Ciudadanos.

La segunda, que gane el no, lo que dejaría las cosas tal y como están y con la opción de que el presidente de Murcia acabe con un juicio oral abierto en su contra. Sería una suerte de patada a seguir ante la imposibilidad de encontrar una solución y solo postergaría el debate.

La última opción, la más complicada, sería que Pedro Antonio Sánchez dimita en el último momento, lo que dejaría a la Región de Murcia en un difícil escenario jurídico, ya que la Asamblea debatiría y podría votar una moción de censura de un presidente que ya no lo es.

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