El principal imputado de la trama eólica acusa al que fue consejero de Economía de repartir las autorizaciones de los parques
El principal imputado de la trama eólica, exviceconsejero y exsecretario general de Economía, Rafael Delgado, declaró este viernes durante cinco horas y media ante el fiscal Anticorrupción y la juez de Instrucción número 4 de Valladolid, que investigan el pago de comisiones de 80 millones de euros de las eléctricas a empresarios de Castilla y León y exaltos cargos de la Junta por las autorizaciones de parques eólicos.
Dos años después de que el caso saliese a la luz, Delgado acudía al juzgado “nervioso, enfadado con la Junta de Castilla y León, pero con muchas ganas de declarar”, según fuentes próximas. Desde las 10.40 de la mañana hasta las 16.00, contestó a las preguntas de la juez, el fiscal y la Abogacía del Estado y, aunque le ofrecieron hacer un receso, prefirió seguir sin pausa.
Su declaración fue contundente. Acusó directamente al que fue consejero de Economía y vicepresidente, Tomás Villanueva, de haber repartido las autorizaciones, de haberse reunido con eléctricas y empresarios regionales, y en definitiva, de ser el principal responsable de su situación procesal. Pero en ningún caso afrontó su responsabilidad o puso en duda la legalidad de los procedimientos con los que antiguos altos cargos de la Junta con los que él trabajó dieron pelotazos millonarios.
Delgado no fue directo describiendo la situación que se vivía en la Consejería de Economía, pero los documentos que aportó al juzgado el pasado martes sí dan una idea del modus operandi en la concesión de parques. Entre esos documentos hay correos electrónicos, algún fax y un dossier, en su mayoría dirigidos a Villanueva.
Las compañías eléctricas Endesa e Iberdrola trasladaban al consejero su intención de implantarse en la región y de asociarse, por indicación expresa de Economía, con empresarios de Castilla y León. También estos últimos se dirigían al consejero para recordarle los parques que tenían pendientes de autorización, los proyectos no relacionados con la energía eólica que iban a poner en marcha, e incluso las donaciones a la Fundación Patrimonio Natural, de la Junta, y en la que la mayoría de los 'eólicos' coincidieron en dar importantes sumas.
Aparecen también 20 correos que recibió Delgado del director general del Ente Regional de Energía (EREN), Ricardo González Mantero, y en los que claramente le indica qué resoluciones de avocación (Delgado asumió las competencias de los jefes de industria territoriales) tenía que hacer, parque a parque. Se refirió a él como una persona nombrada a dedo y al servicio de la Junta. González Mantero declaró dos veces ante el fiscal, la última fue en enero y fue para apuntar a Delgado como responsable de la trama.
Al fiscal Anticorrupción, que no entró a analizar de forma pormenorizada la documentación, le interesó la procedencia. Fue uno de los pocos momentos tensos de la declaración. Delgado se negó a precisar cómo había obtenido tantos papeles, pero comentó que se los habían facilitado trabajadores de Economía para ayudarle, ya que Villanueva no era bien visto.
Delgado explicó al fiscal que, tras dejar la Junta, y cuando ya estaba colaborando con empresas, Villanueva se encargó de que dejasen de contar con él. “Llamó a Everis -una empresa de Toro- para que dejase de ser consejero, y lo hizo con más, les decía que no me contratasen”, lamentó.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, defendió el pasado viernes a Villanueva, que hasta abril de 2015, poco antes de que estallase el caso, fue además de consejero, vicepresidente.
Un Jaguar, porque viajaba mucho a Madrid
Delgado tuvo que dar explicaciones sobre su patrimonio, una parte importante de la querella de Anticorrupción y que demostraría el nivel de vida que llevó en los años 'eólicos'. La casa que compró en Comillas (Cantabria) al principal beneficiario de la trama, el exconsejero de una de las empresas públicas de la Junta, Alberto Esgueva, se pagó gracias a una hipoteca. Si se la compró a Esgueva, dijo, fue porque le gustaba el sitio y su compañero estaba en plena separación.
Lo mismo hizo con otra casa de Esgueva en El Pichón (Simancas) que también compró a Esgueva tras vender la de Comillas al que el fiscal considera su testaferro y él su amigo, Jesús Rodríguez Recio. Sin embargo, a pesar de haberle comprado dos casas a Esgueva, nunca supo que había ganado 47 millones de euros y 3,5 respectivamente tras vender su parte de dos sociedades eólicas a las compañías eléctricas.
Delgado también tuvo que hablar del Jaguar que presuntamente le regaló el empresario de una eólica y del que aseguró que fue pagado por él mismo y que lo compró porque viajaba mucho a Madrid. La televisión Bangs and Olufsen de casi 20.000 euros, fue una inversión para una empresa que iba a montar con Rodríguez Recio, y la casa donde iba a montar esa oficina, la compró porque surgió la oportunidad después de una temporada como inquilino.
Rodríguez Recio también está imputado en la causa y será el siguiente en declarar. Pero es posible que la lista, con 21 querellados, aumente. Distintas fuentes consultadas por eldiario.es aseguran que la documentación aportada por Rafael Delgado sobre Villanueva hará necesaria su citación, posiblemente en calidad de imputado para dotarle de todas las garantías.