El Congreso debate hoy sobre una ley que ya no existe
El Parlamento ha vivido esta tarde una escena absurda. En el pleno se decidía si se tomaba o no en consideración una iniciativa sobre la reforma laboral. No sobre la última aplicada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Sus señorías hablarán de la que José Luis Rodríguez Zapatero aplicó en 2010. La Iniciativa Legislativa Popular de este martes es la propuesta de los sindicatos y la avalan más de un millón de ciudadanos con su firma.
El PP ha rechazado tomarla en consideración, frente al respaldo de la oposición, incluidos los socialistas, y la abstención de CiU, que permitan la tramitación de la iniciativa, apelando a la necesidad de “reabrir el debate de la reforma laboral, que se ha cerrado en falso”, para intentar configurar de forma consensuada un nuevo marco laboral y de negociación colectiva.
En los discursos desde la tribuna se han sucedido las críticas a las reformas laborales tanto de 'populares' como de socialistas, y se ha subrayado la necesidad de recuperar los derechos de los trabajadores, “pervertidos bajo la afirmación falsa de que el mercado era demasiado rígido”, lo que impedía la creación de empleo y conllevaba más despidos.
La decisión del PSOE de asumir la defensa de la iniciativa que los sindicatos promovieron contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido muy cuestionada por los grupos minoritarios. “Mucho morro”, ha escrito el diputado de IU Ricardo Sixto en Twitter. “Qué cachondos”, ha añadido Chesús Yuste, de la CHA, “nos podríamos haber ahorrado aquella huelga”.
El ritmo de los trámites en el Congreso no es precisamente ágil, pero en este caso, el adelanto electoral impidió que el texto llegase al Pleno cuando ya no es Zapatero el que está al frente del Gobierno. Las iniciativas políticas de este tipo deben superar los trámites de la recogida de firmas suficientes (al menos medio millón) y su registro en el Congreso. Para eso, su contenido no tiene que afectar a una ley orgánica. Luego, los grupos parlamentarios deciden si se tramita o no en la Mesa del Congreso. Si es así, se la considera “calificada”.
Aunque los ciudadanos cada vez presionan más para que el Congreso escuche sus reclamaciones, el éxito de las ILP ha sido escaso hasta ahora. De las 66 registradas desde 1984, solo una ha llegado a prosperar hasta acabar en ley. Y fue porque su contenido, las deudas de las Comunidades de Vecinos, era similar a otra propuesta que ya estaba en trámites y quedó incluido en la Ley de Propiedad Horizontal y Arrendamientos Urbanos. Desde 1988, ninguna otra ha salido adelante.
El PSOE acepta la tramitación de la crítica para “favorecer el debate”
¿Qué sentido tiene intentar debatir sobre una reforma que ya ha sido reformada? ¿De qué serviría si el PP decidiera apoyar que siguiera adelante? A efectos prácticos, de nada, porque la ley ya es otra. Cuando la presentaron, el 1 de diciembre de 2010, los sindicatos esperaban que se debatiera antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2011. Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, pedían que el Gobierno “se diera una oportunidad a sí mismo”.
Algunos grupos parlamentarios no la consideran del todo inútil. El plan de la izquierda minoritaria es votar a favor porque ya lo estuvieron en su día. El del PSOE, en cambio, es “favorecer el debate” y comparar la suya con la del PP. “Ojalá estuviera en vigor la de Zapatero”, ha deseado el secretario de Organización del PSOE, Óscar López. Si el PP rechaza la propuesta, la situación será todo menos lógica, ya que los conservadores votaron en contra de la Reforma Laboral de Zapatero.