¿De qué sirve el miedo en campaña electoral?
La política es un estado de ánimo y el miedo ha sido tradicionalmente el principal sentimiento usado por los partidos políticos para intentar condicionar el voto. El filósofo Amador Fernández Savater ha escrito en varias ocasiones sobre la relación del miedo y el nacimiento de la democracia en España. En conversación con eldiario.es, Savater explica que “la Transición había funcionado por el miedo a ETA, al Ejército, y ofrecía derechos que protegían a la sociedad de esos miedos”. “Ahora, sin embargo, esa cultura de la Transición ya no protege, más bien al contrario”.
El debate protagonizado este martes por Esperanza Aguirre y Manuela Carmena en Telemadrid ilustra el uso del miedo en su máxima expresión. La presidenta madrileña se empeñó en vincular a su rival con posturas extremistas y señaló su supuesta comprensión con el terrorismo de ETA y los GRAPO. ¿Sirven las insinuaciones de Aguirre para sus fines electorales? Los expertos opinan que no.
“Creo que no beneficia a Aguirre recurrir a ETA en esta campaña”, asegura David Redoli, presidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP). El profesor de la Universidad Carlos III Lluis Orriols añade que los estudios sobre comportamiento electoral “muestran en general que el terrorismo ha tenido poco efecto sobre el voto de los ciudadanos”.
La utilización del miedo no tiene una temática única. En Galicia, el nacimiento de nuevas ofertas políticas en torno a las mareas ha agitado el uso de otros temores. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha dedicado buena parte de la campaña a decir que, si el PP no obtiene mayorías absolutas, Galicia se convertirá en Venezuela. Amador Fernández Savater pone en duda la estrategia del gallego: “Venezuela queda más lejos que una hipoteca y, en la gestión del miedo, la distancia tiene mucho que ver”.
Podemos, la formación liderada por Pablo Iglesias, no tardó en dar su propia versión del papel del temor en el equilibrio del poder. “El miedo ha cambiado de bando”, repitieron hasta la saciedad los de Iglesias durante semanas en un claim asumido por la cúpula del partido para uso indiscriminado cada vez que tenían cerca un micrófono.
La política busca el susto del votante cuando los resultados se presentan ajustados. Así lo sostiene Redoli. Este sociólogo y politólogo especializado en comunicación política recuerda que estas campañas son habituales: “David Cameron hizo uso de ella en las últimas elecciones británicas” y “este tipo de campañas se usan cuando no hay claridad en el resultado electoral”.
¿Sobre quién influye el uso del temor? Lluis Orriols cree que el miedo “tiene un efecto movilizador sobre los propios votantes y un efecto desmovilizador sobre los votantes más moderados que podrían decantarse por la opción contraria”. “Las campañas negativas deprimen la participación y aumentan la desafección política de los ciudadanos”, explica. “No ayudan a generar un clima favorable alrededor de la política”.
Los resultados que ofrezcan las urnas este 24M serán los que respondan a la pregunta que no contestan con rotundidad los expertos. Solo el recuento electoral dirá si el PP ha acertado con su discurso del miedo. Solo los votos dirán a qué tememos y si la política puede seguir jugando a ese juego del paternalismo y la custodia de los terrores ciudadanos.