El tribunal a Elpidio Silva: “Su actitud es fraudulenta. Usted no suspende el juicio”
El tribunal que juzga a Elpidio José Silva abortó este martes su maniobra para retrasar el juicio hasta después de las elecciones al Parlamento Europeo, a las que el juez en excedencia pretende presentarse como cabeza de lista del Movimiento Red. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid declaró “injustificada” la renuncia presentada el lunes por el abogado Cándido Conde-Pumpido y le obligó a seguir defendiendo a Silva.
La sesión acabó con el acusado repitiendo en bucle que no tenía abogado, recusando al tribunal y negándose a declarar. La situación rozó el esperpento cuando el presidente del tribunal, Arturo Beltrán, le preguntó en varias ocasiones si iba a declarar, a lo que el acusado contestó una y otra vez que no podía porque no tenía abogado.
El juicio a Elpidio José Silva se celebrará, por tanto, sin su declaración. Tras renunciar al interrogatorio, a Silva solo le queda el último turno de palabra. Aún así, deberá asistir a las declaraciones de las acusaciones y los testigos. El primero, el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, que se sentará mañana ante el tribunal. Blesa pide 43 años de inhabilitación para Silva.
Fuera, Silva volvió a hablar a los medios: “Las condiciones que se dan en este proceso ahora mismo carecen de precedentes en todos los sentidos en cualquier país del mundo. No sé si en Corea del Norte habría una excepción a esto, lo ignoro, pero creo que también en Corea del Norte alguien que sea acusado tiene derecho a esto, lo ignoro, a un abogado y yo no lo tenía”.
Quien se arriesga a duras sanciones si no asiste a las próximas sesiones del juicio es su abogado, Cándido Conde-Pumpido. Beltrán explicó que el tribunal había consultado jurisprudencia del Supremo antes de rechazar su renuncia y que había concluido que no era “admisible”. El presidente del tribunal puso de manifiesto que si había optado por dejar de defender a Silva había sido porque sus intentos de que el juicio quedara anulado habían fracasado y no, como dijo, por haber defraudado las expectativas de su defendido. Qué expectativas podían ser esas, se preguntó el presidente, si “el 99 por ciento” de las cuestiones previas planteadas por las defensas son rechazadas en los juicios.
Beltrán no se quedó ahí y advirtió al joven abogado que podía incurrir con su actitud en una infracción disciplinaria sancionable con la multa equiparable a la más altas de las previstas para las faltas, así como una falta disciplinaria ante su colegio de abogados. Aún más, su maniobra podría incurrir en un delito recogido en el Código Penal con penas de multa de 12 a 24 meses e inhabilitación especial para empleo, cargo público, profesión u oficio de 1 a 4 años.
La decisión del tribunal causó momentos de tensión en la Sala. A la decisión razonada del tribunal, replicó Conde-Pumpido con su desacuerdo y aseguró que su defendido tenía “la última palabra”. Silva intentó intervenir sin autorización del presidente del tribunal, Arturo Beltrán, quien le recriminó su actitud. “No me siento defendido”, dijo Silva entre interrupciones. Y Beltrán replicó: “No es que vaya a tener la última palabra, es que no va a tener la primera. Que conste que no se siente defendido. Es irrelevante su voluntad. Usted no suspende el juicio, señor Silva. Son causas tasadas y su actitud es fraudulenta”. Solo cuando el presidente apercibió a Silva, este declinó a seguir interviniendo.
“Una rueda de prensa”
Conde-Pumpido explicó que no había previsto que el tribunal siguiera adelante con el juicio y que, por tanto, no había preparado la declaración de su defendido, prevista inicialmente para la sesión de hoy. Solicitó, por tanto, 30 minutos de receso. La fiscalía se opuso y expresó su sospecha de que abogado y defendido pretendieran utilizar el receso para “dar una rueda de prensa”. El juez, finalmente, concedió la pausa, pero prohibió al acusado y su abogado abandonar la sala. Fue entonces cuando se produjo un visible enfrentamiento entre abogado y defendido.
En la reanudación, Conde-Pumpido explicó que se había puesto en contacto con el Colegio de Abogados y que éste le había trasladado que su conducta no incurría en sanción ni delito y que debía permanecer durante la vista sin intervenir. “El Colegio de Abogados no tiene nada que decir en este juicio”, intervino el presidente del tribunal.
La tensión iba creciendo cuando intervino parte del público. “Esto sí que es un fraude”, “mañana le puede pasar a usted” y “esto está amañao” fueron algunas de las expresiones que se oyeron en dirección al tribunal. Beltrán expulsó de la sala por ello a dos hombres y una mujer de mediana edad. “No va a haber más expresiones de este tipo que no se salden con la expulsión. Tienen ustedes -dijo dirigiéndose al público- perfecto derecho de hacer lo que quieran, a juzgar al tribunal, en cierto modo están aquí para eso, el público es el juez del juez, pero no tienen derecho a dar gritos ni voces”, dijo el presidente.
A continuación, continuó el enfrentamiento entre Silva y Beltrán. “A todo efecto legal no tengo abogado en este proceso y usted me está coaccionando”, afirmó el acusado, antes de recusar a todo el tribunal entre aplausos del público. Silva adelantó que llegará hasta el Tribunal de Estrasburgo.