El semanario alemán Stern retrata la cara más oscura de Mallorca

Una fotografía del barrio de Llucmajor muestra bloques de pisos que nada tienen que envidiar a las favelas brasileñas. Dos menores sin camiseta en el barrio de Camp Redó que “saben quien manda allí: el clan de los bizcos”, es el primer fogonazo al abrir la revista. En otra imagen aparece un joven con el pecho descubierto y puesto de cocaína subido encima del techo de un coche en el “supermercado de la droga de Son Banya”. La prostitución y el control que sobre numerosas mujeres ejerce una banda de ciudadanos originarios de Nigeria también ocupa un lugar en el texto que acompaña las fotos.

Detrás de la playa es el título de un texto que repasa capítulos memorables de la historia balear como la detención y juicio de Francisca Cortés Pizarro, La Paca, acusada de tráfico de drogas. “Dicen que su hijo el Ico lloró en el juicio. Pero finalmente la empresa familiar siguió funcionando de la forma habitual”, explican los periodistas al público alemán. Y como si de una película se tratase, describen a continuación el increíble arresto de un cabecilla de la banda de moteros buscabroncas Hells Angels que había huido de Alemania; operación para la cual fueron necesarios 200 policías y la ayuda de un helicóptero.

Mallorca es uno de los destinos favoritos de los alemanes para veranear. Los germanos son también el mayor grupo de extranjeros en la isla. Tienen sus propios periódicos, tiendas e incluso carnicerías, en los que se habla en alemán. Esta es la cara amable de Mallorca, aseguran los reporteros Andreas Albes, Joachim Rienhardt y Stefan Schmitz que firman el reportaje. “En realidad la economía debería ir viento en popa”, señalan después de hacer un repaso a las personalidades multimillonarias que visitan la isla cada temporada.

La cara oscura que muestran es también la “corrupta casta política”, y explican por qué se detuvo a la expresidenta del Parlamento balear María Antonia Munar o cuál es la razón de que el expresidente Jaume Matas esté siendo juzgado (billetes de 500 euros que su mujer utilizaba para ir de compras incluidos). No faltan en el relato las vivencias de una de las 10.000 familias que han sido desahuciadas en los últimos tiempos, así como de uno de los casi mil interinos que no están dando clases. Los jóvenes que quieren marcharse, los que visitan cursos de alemán.

Conscientes de que la isla vive fundamentalmente del turismo, los autores advierten de que “los turistas están seguros a pesar de todo” y aseguran que ellos mismos seguirán veraneando en Mallorca.