“Si Alpha Pam hubiera sido un chico español le habrían hecho la radiografía”

“A mí hablar de esto me hace daño, era mi hermano”. Kalidou Amadou Gaye, compañero de piso y amigo desde la adolescencia de Alpha Pam, se esfuerza por mantener la compostura en un locutorio de la localidad de Can Picafort donde vive. A su derecha, el brazo de su novia Jessica le calma. Pienso en la escena que poco antes me han relatado desde Médicos del Mundo: cómo él mismo encontró a su compañero tendido en un charco de sangre el pasado 21 de abril, muerto por tuberculosis. Ni se me pasa por la cabeza pedirle que me relate el momento, aunque sí le pido que me cuente el viaje a Dakar repatriando su cadáver.

“Fue muy duro. Para su familia yo soy otro hijo, cuando me vieron me abrazaron, no se creían que yo estuviera vivo. Vi a sus hermanos, su madre no soportaba verme, yo tampoco a ella los primeros días”. Me cuenta que en Senegal son muy religiosos y que no entendían lo que había pasado aunque se resignaban al destino de su hijo, al que no volvieron a ver desde que se marcharon juntos a buscar un futuro mejor, hace ya siete años.

“Se está hablando mucho de esto en mi país, mucho”.Hay silencios incómodos, es difícil saber cuándo termina el relato y comienza la búsqueda obscena del drama por parte del que pregunta, más aún cuando nos separan cientos de kilómetros y su mirada se pixela de tanto en tanto. Kalidou habla perfecto castellano, de vez en cuando el ruido del local me hace pedirle que me cuente las cosas un par de veces. Algunas preguntas son duras: el informe de investigación del Gobierno balear que me mandan desde el gabinete de prensa de la Consellería de Salut señala en varias ocasiones al mismo Alpha Pam y a su entorno como los causantes de lo ocurrido, ya que parece ser que a mediados de febrero se había activado un protocolo de búsqueda en la localidad tras diagnosticar a unos niños senegaleses con tuberculosis:

Kalidou ya había explicado en otro momento lo que le parecía un argumento absurdo: ambos estaban empadronados en Can Picafort hacía años y las autoridades tenían dirección y teléfonos de sobra para haberles localizado en caso de que se hubiera realizado la búsqueda. “Con ir a la plaza de Can Picafort y preguntar por el de las rastas, valía”. No parece muy desencaminado, cuando tecleando el nombre del pueblo en Google nos arroja un dato poblacional de 11.922 habitantes.

Me siento obligada a preguntarle también por un informe del propio hospital de Inca publicado antes de la destitución de su gerente Fernando Navarro, en el que relataban que a finales de febrero la policía municipal había localizado y escoltado a Alpha Pam hasta el ambulatorio (la misma consellería negará este dato por teléfono posteriormente, señalando al gerente destituido como responsable de esa información):

El papel del ambulatorio que se muestra en el vídeo va definiéndose como la clave de todo el caso: el 25 de febrero Kalidou acompaña a Alpha al ambulatorio de Can Picafort, y efectivamente en el informe del doctor que le atiende en urgencias se lee la sospecha de que se trate de un caso de tuberculosis, y se cita el contacto con otros infectados.

El test de Mantoux que se le practica da negativo pero se le deriva el 28 de febrero para un estudio más profundo –que incluye ya una radiografía– al hospital de Inca. Por segunda vez la Consellería de Salut incide en su informe en la actuación del mismo Alpha Pam y su entorno llegados a este punto: tardan un mes en acudir al hospital.

Teóricamente, aquel protocolo de salud pública activado desde la pediatría de Can Picafort seguía activo, y sin embargo en estas casi cinco semanas nadie se pone en contacto con Alpha o Kalidou en un pueblo que, recordemos, no llega a los 20.000 habitantes. A este protocolo parece ser que se ha referido Ana Mato en el Congreso al ser preguntada por el caso. O quizá al posterior a la muerte de Alpha cuando su entorno, entonces ya sí, fue rápidamente identificado y puesto en tratamiento.Kalidou me dice que prefiere no hablar de lo que están diciendo los gobiernos balear y español al respecto: “Yo sé lo que me digo, y si hablo de ellos me puedo cruzar”.

Kalidou es un hombre sensato que no me quiere contestar sobre lo que no conoce: buscando en el documento oficial de investigación y actuación del Gobierno balear, encuentro por tercera vez el dedo que señala a Alpha: se puede leer cómo la segunda visita al hospital a la que se refiere su entorno (supuestamente el 13 de abril, cuando parece ser que no le atendieron) no se realizó, tras buscar entre las cámaras de seguridad del edificio. Kalidou estaba trabajando y no pudo ir con él, por eso no quiere no hablar de este día.

Fuentes legales que están estudiando posibles personaciones particulares en el caso ya abierto en un juzgado de Palma confirman que los discos de grabación del sistema de vigilancia del hospital se borran cada dos semanas. Esto significaría que desde aproximadamente el 28 de abril no estarían disponibles, bastante antes de que se iniciara la investigación: el primer comunicado del Govern sería el viernes 3 de mayo, casualmente eliminado a los tres días.

Aquí está rescatado y se pueden leer contradicciones sensibles con las conclusiones finales de la investigación, semanas después. “El día 5 de abril fue el importante, el día que yo le llevé al hospital con el papel del ambulatorio para que le hicieran la radiografía. Se la tenían que hacer sí o sí, sí o sí”. A lo largo de la conversación vuelve cíclicamente a este momento, cuando le vio salir de la consulta de la doctora tras horas de espera, “Alpha no tenía ni fuerzas para abrir las puertas de cristal de urgencias”, solo cinco minutos después de entrar y con una bolsa de medicamentos, un diagnóstico de bronquitis y ni rastro de la radiografía:

El conseller de Salut Marti Sansaloni ha declinado la solicitud de entrevista y como dato para contrastar el testimonio de Kalidou solo tengo el informe oficial que concluye abriendo expediente por posible negligencia de los tres facultativos que atendieron a Alpha Pam el 5 de abril en el Hospital Comarcal de Inca (personal de administración, enfermero de triaje –prediagnóstico por categorías en urgencias– y doctora en turno) y la irresponsabilidad de gerente en la aplicación de la normativa del Real Decreto, lo que ha derivado en su destitución.

En los próximos días analizaré con personal sanitario y legal esta actuación y analizaremos si la negligencia administrativa y/o médica sólo es aplicable al hospital de Inca o hay casos de falta de asistencia sanitaria a inmigrantes en situación irregular más allá de este “caso excepcional” que es como la Consellería de Salut Balear se refiere a Alpha Pam.

Al poco de acabar esta entrevista recibo esta fotografía que me envía Kalidou con un mensaje: “No saben lo que dicen, mira: he encontrado el documento de Alpha cuando solicitó la tarjeta sanitaria”. Veo que es de marzo de 2010, lo que la invalida en cualquier caso como prueba legal de nada, ya que desde el 1 de septiembre de 2012 fue retirada la cobertura del SNS al colectivo de inmigrantes en situación irregular con la entrada en vigor del Real Decreto 16/2012.

Otra conversación ya sería si este papel testifica o no la moral o decencia de algunas medidas y decretos. “Gracias”, le contesto. Y me llega por teléfono un emoticono con una sonrisa desde su móvil mientras yo me quedo con una frase suya que me retumba en el cerebro: “Si Alpha hubiera sido un chico español le habrían hecho la radiografía. Se la habrían hecho, estoy seguro”.

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