El Ayuntamiento de Madrid repondrá la placa de los carmelitas fusilados tras quitarla por una “confusión”
El primer “vestigio franquista” que ha retirado el Ayuntamiento de Madrid en cumplimiento de la decisión del pleno del Consistorio del pasado 22 de diciembre y la Ley de la Memoria Histórica, ha resultado no ser un vestigio franquista que haya que retirar. El consistorio dirigido por Manuela Carmena ha rectificado y repondrá la placa que conmemora el fusilamiento de ocho religiosos carmelitas después de quitarlo en el cementerio de Carabanchel bajo (Madrid). Como el propio ejecutivo local reconoce, esa placa queda fuera de la Ley de la Memoria Histórica y no se debe retirar.
El motivo es que la ley especifica en su artículo 15 que hay que quitar las insignias “de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Y añade: “No será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados”.
Ese es el caso, ya que simplemente están escritos los nombres de los asesinados. Al final se lee “en el XXV aniversario de su inmolación”. La insignia se retiró el viernes pasado, fue la primera del plan municipal, y este martes por la tarde la delegada de Cultura, Celia Mayer, defendía ante la prensa la decisión pese a las críticas. ¿En base a qué? A la palabra “inmolación” y basándose en que fue colocada durante la dictadura, un motivo cronológico que por otra parte no recoge la ley.
Otra de las controversias de la placa de los carmelitas ha sido el modo en el que se ha quitado. El de Carabanchel es un cementerio de carácter privado, que pertenece a la diócesis madrileña. “Vino una furgoneta del Ayuntamiento y se la llevaron. No pidieron permiso ni comunicaron nada”, señaló uno de los operarios del cementerio. Según la Ley de Memoria Histórica, en caso de que el lugar sea de titularidad privada, la administración ha de pedir permiso. En la misma comparencia de este martes y antes de la rectificación, Mayer defendía que la placa era de propiedad municipal.
El Arzobispado de Madrid había mostrado horas antes su malestar en una nota y añadía: “Entendemos que se trata de una confusión, pues supondría una inadecuada aplicación de la Ley de Memoria Histórica, dada la exclusiva condición de víctimas de los carmelitas, pacíficos testigos de la reconciliación a la que todos debemos contribuir”.
Justamente la palabra “confusión” es la que ha utilizado el Ayuntamiento de Madrid para explicar, en un comunicado horas después de la comparencia de la delegada de Cultura, que devolverá la placa a su sitio, aunque no ha especificado cuál ha sido la confusión o quién la ha cometido. Fuentes municipales explicaban a eldiario.es antes de el comunicado que este cartel se citaba en un informe relativo a la Memoria Histórica del año 2013, cuando gobernaba el consistorio el anterior equipo, el de Ana Botella. De ahí puede haber salido la confusión.
El PP había anunciado este martes, antes de la rectificación del Ayuntamiento, que “con nocturnidad y alevosía, e incumpliendo no sólo la Ley de Memoria Histórica sino el acuerdo que se aprobó en el Pleno el pasado 22 de diciembre, se está aplicando de una forma sectaria la Ley de Memoria Histórica”. Antes de conocer que se repondrá la placa había citado a los medios a la presentación de una denuncia en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla.