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Tener trabajo ya no garantiza salir de la pobreza

Una persona sin hogar tumbada en la calle

elDiario.es

“Tener un trabajo no implica dejar de ser pobre”. Así lo ha advertido Cáritas este martes en la presentación de su informe de acción anual. En él ha concluido que el 53% de las personas que acuden en búsqueda de ayuda o acompañamiento a su organización vive en un hogar en el que al menos uno de los miembros tiene trabajo.

La entidad cristiana sin ánimo de lucro atendió en España durante 2014 a más de 2 millones de personas en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión, lo que según ellos supone una “estabilización” respecto al aumento de personas atendidas que se ha ido produciendo en los últimos años. 

En su memoria, Cáritas destaca que de los datos se desprende que “el acceso al empleo no parece ofrecer la suficiente protección ante la pobreza”, y añade que en más del 65% de los hogares en los que actúa hay personas en situación de desempleo y que en su mayoría - el 74,2%- son parados de larga duración.

Según los datos de la organización, 6 de cada 10 hogares han acudido a los servicios sociales públicos en busca de ayuda, y el 42,7% de lo ha hecho en otra entidad social. 

Llegan desde diferentes barrios

Durante 2014, los distintos grupos de trabajo de la entidad atendieron a 2.179.958 de personas de distintos perfiles. “El 73% de las personas socorridas son españoles o de algún país de la UE”, señalan en su memoria, en la que aseguran que a Cáritas “acuden personas procedentes de distintos tipos de barrios ya que la exclusión social está dispersa”.

Así, según aclaran, el 62% de las personas acompañadas viven en barrios o zonas que se encuentran en buenas condiciones, tratándose en su mayoría de núcleos familiares formados por parejas con hijos.

La organización concluye que las personas que acudieron a ellos en 2014 se encuentran en un 58,1% de los casos en situación de pobreza, de los cuales un tercio está en situación de pobreza moderada, y un 25% sufre pobreza severa.

Según el informe, un 23,8% de los hogares atendidos se encuentra en un contexto de exclusión compensada, un nivel que conlleva que la persona o familia está afectada por más de dos factores de exclusión social, es decir, que sufre de aislamiento relacional, pobreza severa, precariedad o falda de experiencia laboral, desempleo desprotegido o un nivel formativo muy bajo.

El dato más grave de exclusión se desprende del grado severo, que según Cáritas engloba al 44,6% de los hogares que la organización atiende, y que significa que casi la mitad de los núcleos familiares asistidos está afectado por cuatro o más indicadores de exclusión.

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