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Decenas de curas piden al Papa que destituya al arzobispo de Granada

El arzobispo Granada Francisco Javier Martínez.

Jesús Bastante

Decenas de laicos y sacerdotes de Granada han enviado varias cartas al Papa Francisco y congregaciones de la Santa Sede reclamando una visita apostólica a la diócesis, para auditar unas cuentas cuyas deudas podrían alcanzar los 40 millones de euros. Del mismo modo, se pide al Papa el cese del arzobispo Javier Martínez.

“Querido Papa Francisco: Soy .... que preocupado por la grave e insostenible situación de la diócesis de Granada (España) desde hace años, debido a la actuación de su Arzobispo, monseñor Javier Martínez, me permito escribirle esta carta”. Así empieza la misiva, a la que se adjuntan diversos informes sobre la situación económica de la diócesis y su endeudamiento, que podría alcanzar los 40 millones de euros.

En la carta, sacerdotes y laicos denuncian “el comportamiento errático del Sr. Arzobispo” cuya conducta es calificada de “irascible, despótica, autoritaria y contradictoria”. En la misma, se hablan de la “quiebra” de la diócesis “desde la llegada de monseñor Javier Martínez”, una situación que se ha visto “agravada en los últimos meses por varios casos de abusos sexuales, y que escandalizan a la buena gente de esta Capital”.

“Se adeudan más de 40 millones de euros, por el despilfarro, gastos innecesarios y sin control, sueldos elevadísimos a colaboradores de confianza del Arzobispo (todos de Comunión y Liberación), realización de construcciones injustificadas y sin utilidad, gastos de viajes del Arzobispo desorbitados (el último año, sólo en viajes, 20.000 euros), etc”, apunta la carta, que también incide en que las actividades pastorales “están prácticamente paralizadas”.

En contra de las normas de la Santa Sede

En cuanto a los abusos sexuales, los firmantes denuncian el “incumplimiento de las normas de la Santa Sede sobre pedofilia”. “Vuestra Santidad ha tenido que intervenir personalmente para que se prestara atención y se agilizara la denuncia formulada por un joven”, recuerda el escrito, que añade que, “pese a su intervención, la víctima de esos crueles abusos fue recibida por el Arzobispo casi un mes después de la llamada que Vuestra Santidad realizó a dicho joven, sin que Mons. Javier Martínez haya adoptado ninguna medida canónica, hasta el día de la fecha, contra la totalidad de los sacerdotes denunciados, como está ordenado por la Congregación para la Doctrina de la Fe”.

Los firmantes de la carta también insisten en la “falta de colaboración con las autoridades civiles y judiciales, para que, como Vuestra Santidad ha dicho recientemente, se conozca la verdad y se esclarezcan los hechos delictivos denunciados”.

“El Sr. Arzobispo alude siempre a normas de la Santa Sede, pero no está observando el protocolo de la Conferencia Episcopal ni el de la Congregación para la Doctrina de la Fe”, añade el escrito, que incide en que “hay gran malestar en las autoridades civiles ante su negativa a facilitar documentos e información”.

La intención de la carta, explican sus firmantes, es la de “colaborar con la Iglesia de Granada, que tanto está sufriendo, y para que se conozca por la jerarquía la realidad de nuestra diócesis, paralizada en su actividad pastoral y profundamente dividida por la actuación de nuestro Obispo”. Por ello, “me atrevo a sugerir la conveniencia, por razones pastorales, de cambiar a otra diócesis al Sr. Arzobispo, Mons. Javier Martínez”.

Un agujero millonario en las cuentas

Entre los datos aportados por estos laicos y sacerdotes de Granada se encuentran algunas cifras relativas al endeudamiento de la diócesis. Así, en el Banco Popular existiría una póliza de préstamo por diez millones de euros (9,8 millones dispuestos), además de una hipoteca de la que se deben 18 millones más. A ello hay que sumar otros 5 millones en Caja Rural. La deuda real viva, siguiendo las cifras -además de otros datos que no han trascendido- estaría en el entorno de los 35-40 millones de euros, como se resalta en la carta. Ninguna de dichas cantidades figura en los presupuestos diocesanos, pero sí, desde hace unas semanas, en los archivos de la Santa Sede.

Según fuentes vaticanas, el arzobispo tuvo conocimiento de la existencia de estas cartas en su reciente visita a las congregaciones del Clero y Doctrina de la Fe, donde también se le informó de las sanciones canónicas a los implicados.

Como viene siendo norma habitual, el Arzobispado de Granada contestó con una nota en la que desmiente que el arzobispo haya estado en Roma “la pasada semana”, aunque no dice nada de los primeros días de enero, que es cuando pudo producirse dicha visita. Por contra, anuncia que “el Arzobispo de Granada se desplazará a Roma próximamente durante unos días para llevar a cabo en diversas Congregaciones de la Santa Sede diferentes gestiones acerca de la vida diocesana”.

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