Desalojada la acampada de parados en Vallecas
“Se ha asomado un hombre con casco y me ha dicho que tenía un minuto para salir”, dice Javier sobre el desalojo policial de la acampada de parados establecida en el madrileño distrito de Vallecas. “Justo cuando he salido me han rajado la tienda con una navaja”, asegura, en referencia a la policía, este joven en paro de 22 años.
A las 6:05 de la mañana, la entrada derrapando de una patrulla de la Policía Municipal en el parque del cerro del Tio Pio dio inicio al operativo de desalojo de los parados acampados allí.
Un despliegue conjunto entre la Policía Municipal y Nacional, en el que participaron al menos 16 vehículos, y que contó con el apoyo de unidades de antidisturbios de ambas fuerzas. Hasta 60 efectivos uniformados apoyados por agentes de paisano, registraron las dos colinas aledañas al parque y llevaron a cabo el desmantelamiento del campamento.
La iniciativa, organizada por la “Asamblea de parados del barrio de Fontarrón” de Vallecas, comenzó en la madrugada del domingo pasado para revindicar “trabajo digno y con derechos”.
“Han traído los botes de gas, las escopetas de bolas de goma... fue muy intimidante todo”, narra visiblemente angustiada Amparo, la 'cocinera oficial' de la acampada. “Nos han roto el monumento que habíamos hecho allí arriba”, comenta refiriéndose a los cuatro mástiles instalados en lo alto del cerro. Allí flameaban en pequeñas telas de colores las revindicaciones de los desempleados.
Benjamin va y viene entre sus compañeros, reunidos junto al café que les ha bajado una vecina. Este desempleado de 51 años señala con voz ronca que salieron tranquilamente de las tiendas, respetando las indicaciones de las fuerzas de seguridad. “Cívicamente para no darles pie a que nos pisoteen como perros”, remata.
La policía separó en grupos a las personas acampadas y procedió a su identificación. Tras negociar con las fuerzas de seguridad, los desempleados consiguieron recoger las tiendas, los enseres y la comida que tenían en el campamento; y de esa manera impedir que fueran tiradas a la basura por los agentes. Propusieron guardarlas en sus coches y en la iglesia del barrio.
“Les dije (a la policía) que tenía mi coche para guardar las cosas, pero que estaba un poco lejos. Me dejaron sitio para aparcar. Al salir, me han pedido los papeles del coche y han estado registrando por debajo de los asientos, el maletero, la guantera... todo”, explica Enrique, otro de los parados que pasó la noche en el parque. “No me dieron ningún motivo. Nunca me habían registrado el coche. Se siente extraño”, reflexiona con voz suave.
La cobertura del desalojo policial por parte de los periodistas presentes en el lugar, no fue fácil. “Nos obligaron a tirar las cámaras y los móviles al suelo. Una vez se llevaron nuestros DNI y nuestros carnet de prensa (del Sindicato de Periodistas de Madrid), dijeron que les mostrásemos las mochilas... nos las revisaron con una linterna”, afirma William Criollo, uno de los fotógrafos presente en el lugar.
Una actitud policial que recuerda la sufrida por el fotógrafo colaborador del eldiario.es Olmo Calvo en ese mismo lugar esta semana, y que fue denunciada por la Asociación Nacional de Informadores Gráficos (ANIGP-TV), la Asociación de la Prensa de Madrid, el Sindicato de Periodistas de Madrid y CC.OO.
“En el momento que llegó el despliegue policial salimos corriendo colina abajo (en dirección al campamento) y nos interceptaron seis policías de paisano, estábamos rodeados de ellos”, cuenta Isabel Carretero, fotoperiodista independiente que pasó la noche en el parque cerca del campamento junto a su compañero.
“Aquí solo hay dos cámaras”, informó por radio el policía de paisano que estaba identificando, le contestaron que esperase instrucciones del jefe de operativo“, prosigue William.
“Nos preguntaron cuantos móviles teníamos, y pidieron que los desbloqueásemos”, señala Isabel. Ella se negó, pero William accedió a la petición. “Lo desbloqueé, y no estaba grabando. ¿Cómo voy a estar grabando si está sonando el movil?”, se pregunta aún perplejo.
Tras diez minutos retenidos, los periodistas fueron expulsados de la colina por encontrarse en una “zona de seguridad”.
Los acampados están sorprendidos con el desalojo. Ayer había sido confirmada, a través de una llamada telefónica, una audiencia este viernes con la concejala popular de la Junta municipal del Distrito de Vallecas, Eva Durán. La cita había sido solicitada hace un mes y medio. Tras una improvisada reunión celebrada esta mañana, los desempleados han decidido convocar una protesta frente a la Junta municipal de distrito esta tarde a las 18 horas, y mantener la convocatoria de asamblea en el parque del Cerro del Tío Pío a las 19 horas.