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Los Foros de la Memoria exigen por escrito a la Iglesia que pida perdón por su papel en la represión franquista

El Papa recuerda la beatificación en Almería de "mártires" de la Guerra Civil

Jesús Bastante

Este sábado, a las 11.00, el palacio de Vistalegre de Madrid acogerá una nueva macrobeatificación de mártires católicos de la Guerra Civil. El cardenal Amato, delegado del papa Francisco, presidirá una ceremonia en la que subirán a los altares 60 sacerdotes, religiosos y laicos de la Familia Vicenciana, asesinados “por odio a la fe” entre julio de 1936 y enero de 1937.

Aprovechando este acto de homenaje, la Federación Estatal de Foros para la Memoria, ha denunciado que “resulta sorprendente, viniendo de una institución que ha manifestado con vehemencia su oposición a la recuperación de la memoria democrática en nuestro país, con el argumento de que constituye un atentado contra la reconciliación y el perdón, y únicamente busca reabrir heridas cicatrizadas”.

El cardenal de Madrid, , Carlos Osoro, que acoge la ceremonia de beatificación apuntó la semana pasada que estos mártires católicos eran hombres y mujeres que “murieron amando y perdonando”.

En una carta abierta, enviada al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, la Federación ha denunciado la “participación de la Iglesia católica en la represión durante la Guerra Civil y el Franquismo”, y ha instado a los obispos a pedir perdón.

“Creemos que el acto del próximo 11 de noviembre constituye una ocasión inmejorable para que la Iglesia Católica pida perdón al conjunto de la sociedad española por su participación en la represión durante la guerra civil y la posguerra, así como por su connivencia con la dictadura franquista y por los beneficios obtenidos de esa colaboración”, prosigue el escrito, que denuncia cómo “en 1936 la jerarquía católica legitimó la rebelión militar contra las instituciones democráticas legales, convirtiendo la guerra en 'Cruzada de Liberación Nacional' prestando con ello un enorme servicio a la causa de los militares golpistas”.

“Denunciantes y delatores”

Un papel, el de la Iglesia, clave para la represión franquista, que se dio de múltiples formas. La Federación Estatal de Foros para la Memoria cita unas cuantas, que van desde la “asistencia espiritual” durante las ejecuciones franquistas a la “participación de órdenes religiosas en la represión de los/as presos/as políticos/as en el interior de cárceles, campos de concentración, destacamentos de trabajo forzado, etc...”. También, añaden, la “participación de párrocos como denunciantes y delatores”, extendiendo durante años“una atmósfera de terror en la sociedad”.

“La Iglesia católica proporcionó el núcleo de la ideología legitimadora del golpe militar y de la dictadura que, durante cuarenta años, secuestró la soberanía popular”, recalca el escrito, quien responsabiliza a la institución de la elaboración “de la base del sistema ideológico totalitario del régimen, el nacionalcatolicismo”, que supuso “una absoluta represión social, moral e intelectual desde el púlpito, pero sobre todo por medio del monopolio absoluto de un sistema de enseñanza represivo, alienante, clasista y sexista”.

A su vez, el foro denuncia el “papel central” de docenas de religiosos “en la siniestra trama de robo de bebés, que tuvo su origen en el secuestro de los hijos e hijas de las presas políticas, y cuya verdadera magnitud sólo ahora está empezando a intuirse”. El propio cardenal Blázquez recibió hace meses a las asociaciones de bebés robados, que reclamaron la apertura de los archivos eclesiásticos para encontrar a los responsables y alcanzar respuestas, sin que hasta la fecha esto se haya producido.

“La Iglesia no ejerció este papel desinteresadamente, sino a cambio de inmensos privilegios tanto económicos como de poder y de capacidad de influencia social, que el actual régimen democrático no ha cuestionado en los 38 años transcurridos desde la muerte física del dictador”, concluye la denuncia, que reclama que la beatificación de este sábado “es una excelente, aunque tardía oportunidad, para que la Iglesia católica española y en su representación la Conferencia Episcopal, hagan una declaración pública y nítida por la que pidan perdón públicamente al conjunto de la sociedad española, tanto por su participación en los crímenes franquistas como por su colaboración con la dictadura que sojuzgó a la sociedad española entre 1936 y 1977”.

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