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Aumentan a 21 los muertos por el tifón Hagupit en Filipinas
Al menos 21 personas murieron y más de un millón se vieron forzadas a abandonar sus hogares en Filipinas por el paso del tifón Hagupit, que ha dejado extensas inundaciones en el archipiélago asiático, informó la Cruz Roja.
“De las 21 muertes de las que se nos ha informado, 16 de ellas fueron a causa de una riada que provocaron las intensas lluvias en la localidad de Borongan, en Samar Oriental”, dijo a la emisora local ANC el presidente de la Cruz Roja filipina, Richard Gordon.
La tormenta, bautizada por las autoridades locales como Ruby, se acerca lentamente -a 10 kilómetros por hora- a la capital del país, Manila, donde se está evacuando la zona costera y se ha anunciado la suspensión de clases a todos los niveles así como el cierre de las oficinas públicas.
A pesar de que los vientos de Hagupit han disminuido desde los 160 a los 105 kilómetros por hora en el último día, el Consejo de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres del país insiste en que la tormenta aún supone una importante amenaza.
La lentitud con la que se desplaza, apuntan los expertos, hace que Hagupit permanezca más tiempo sobre una zona en concreto, por lo que la posibilidad de inundaciones y de deslizamiento de tierras es mucho mayor.
En concreto, Manila, por donde se cree que pasará Hagupit esta noche, es una de las ciudades con mayor densidad de población del mundo, lo que unido al mal estado de las infraestructuras lleva a que se produzcan importantes inundaciones varias veces al año.
Por ello, la ciudad de prepara a conciencia para recibir la tormenta tropical, que podría causar también un incremento en el nivel del mar de hasta 1 metro.
“Nos estamos preparando para lo peor porque hay que estar listos para cualquier cosa que pueda suceder”, dijo al diario local Inquirer el alcalde del distrito de Makati, donde se encuentra el centro financiero de Manila.
Mientras, las regiones golpeadas por Hagupit el pasado sábado comienzan a recibir ya la ayuda humanitaria, informó este lunes el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Gregorio Catapang, en una rueda de prensa.
“Uno de nuestros aviones c-130 ya ha aterrizado en el aeropuerto de Borongan, cargado de personal y ayuda humanitaria, y hay uno más que ya está en camino”, afirmó Catapang.
Por su parte, el ministro de Energía, Jericho Petilla, apuntó que la isla de Samar, una de las que más ha sufrido el embiste de Hagupit y que también fue de las más afectadas por el tifón Haiyan, en noviembre de 2013, sigue sin corriente eléctrica.
“Incluso antes de que el tifón tocara tierra, ya había muchas zonas que se habían quedado sin luz, pero ahora mismo la isla entera está sin corriente eléctrica”, explicó Petilla en una rueda de prensa.
Aparte de informaciones puntuales sobre algunos estragos ocasionados por el tifón, el Gobierno filipino aún no ha publicado un informe oficial sobre los daños causado por la tormenta, pero asegura que en principio los preparativos parecen haber dado resultado.
“Esta vez las autoridades locales se han preparado mucho mejor de lo que lo hicieron antes de Haiyan, el año pasado, y la gente se ha mudado voluntariamente y eso, de momento, parece que ha dado buenos resultados”, dijo ayer a los medios locales el portavoz de la Presidencia, Edwin Lacierda.
Las autoridades filipinas apuntaron que hasta el momento se han ofrecido para ayudar en la recuperación de las zonas afectadas once países: Australia, Japón, Estados Unidos, Indonesia, Tailandia, Reino Unido, China, Malasia, Singapur, Canadá y Brunei.
Según previsiones de la ONU, más de treinta millones de filipinos se verán afectados por los fuertes vientos, lluvias, inundaciones o aumentos del nivel del mar causados por Hagupit.
Entre 15 y 20 tifones visitan cada año Filipinas durante la temporada lluviosa, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
El año pasado, Haiyan, uno de los tifones más potentes de la historia, arrasó Filipinas y causó 6.300 muertos, más de mil desaparecidos y catorce millones de damnificados.