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Xenofobia y caridad: ayuda sólo para españoles

Fachada del Hogar Social Madrid 'Ramiro Ledesma', durante la pasada manifestación vecinal en contra el local./ Olmo Calvo.

Laura Olías / Alejandro Navarro Bustamante

La llegada de un grupo de personas de ideología neonazi al barrio madrileño de Tetuán, que ocupó un edificio a finales de agosto para formar un hogar social solo para españoles, ha convulsionado este distrito de la capital. La Policía ha presentado ante un juez una orden de desalojo del local, pero la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha afirmado que también se pedirá la desocupación del centro social La Enredadera, que lleva varios años trabajando en la zona y que impulsan varios grupos de izquierdas. Los vecinos de Tetuán alertan del peligro de centrar el debate en la ocupación y no en el discurso xenófobo del grupo simpatizante del Movimiento Social Republicano (MSR), un partido político con muchas similitudes con partidos facistas que toman peso en Europa.

El “Hogar Social Madrid Ramiro de Ledesma”, como han denominado al número 11 de la calle Juan de Olías, ofrece comida para personas necesitadas y tiene previsto organizar otras actividades de apoyo a la población más vulnerable. Eso sí, los beneficiarios deben ser españoles. “Ayudando a los nativos. En contra del racismo antiespañol”, defiende el colectivo fascista en uno de sus vídeos.

En cambio, los responsables del hogar social (que han bautizado su sede con el nombre del dirigente falangista) afirman que no son de extrema derecha, ni racistas, ni violentos. Así hablaba una participante del local en una entrevista en la Cadena Ser: “Yo no odio al inmigrante. Es una víctima más de este sistema. Pero el español también”. “Esta gente [los inmigrantes] han venido aquí y ahora tenemos que darles unos servicios sociales y, claro, eso se colapsa. Si las instituciones en lugar de hacer unas ayudas enfocadas a integrarles aquí, hicieran un plan institucional cooperativo de intentar darles a ellos los medios suficientes, para que en sus propios países puedan valerse por sí mismos...”, continuaba la joven militante del MSR.

“Es el discurso del Frente Nacional en Francia y de Amanecer Dorado en Grecia”, afirma Mikel Mazkiarán, secretario general de la federación estatal de SOS Racismo. “Tienen un mensaje que puede calar y muchos estudios de opinión así lo dicen. El mensaje es el de la preferencia nacional, 'los españoles primero', que es fácilmente aceptado por la población y que ya está muy extendido. Además, aumenta en épocas de crisis”, sostiene.

Las dificultades económicas propias de los tiempos de crisis dejan la vía libre a discursos xenófobos y han encontrado su espacio en partidos políticos ultraderechistas en varios países europeos, como Francia y Grecia, con un gran respaldo de la población. El Frente Nacional de Marine Le Pen fue la primera fuerza política en las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Amanecer Dorado ha llevado a cabo estas actividades de ayuda vetada a los inmigrantes como ahora ejerce el MSR español. En el plano político y electoral, estas opciones no han encontrado el mismo éxito en España.

“En España, estos grupos son minoritarios”, afirma Rosa Aparicio, presidenta del Foro de Integración de los Inmigrantes. “Han surgido algunos, por ejemplo en Cataluña con Plataforma per Catalunya, pero son excepciones”, continúa. En opinión de la investigadora del Instituto Ortega y Gasset, España ha sido “ejemplar” en la integración de los inmigrantes en comparación con otros países europeos, sobre todo, en tiempos de crisis. “No quiere decir que no haya movimientos racistas, pero no son generalizados. Socialmente en España la xenofobia no está aceptada. Está mal vista”, apunta.

Desde SOS Racismo coinciden con la socióloga, pero puntualizan. “En la sociedad es cierto que, en general, se rechaza la xenofobia, pero esto no nos puede llevar a la autocomplacencia ni a la tranquilidad. Hay una discriminación velada diaria: en las ofertas de trabajo, en el acceso a los servicios, a un alquiler”, dice Mikel Mazkiarán.

Además, el portavoz de SOS Racismo llama la atención sobre algunos discursos acerca de la inmigración por parte de los partidos tradicionales españoles, como respecto a la frontera sur de Ceuta y Melilla. “A veces puede calar en terreno legislativo, como la exclusión sanitaria de los inmigrantes en situación irregular”, añade. Sugiere también no bajar la guardia con los pequeños partidos con discursos xenófobos, como MSR, España 2000 y Plataforma per Catalunya: “Van de abajo a arriba, desde lo local y ya tienen el respaldo de algunos municipios”.

El foco en la ocupación

Víctor, un miembro de la Asamblea Popular de Tetuán, cree que la convivencia en el barrio era buena hasta la llegada del grupo neonazi. Los vecinos y colectivos antifascistas mostraron su oposición al nuevo centro social en una manifestación el 31 de agosto y volverán a hacerlo este domingo 14, a las 18 horas. “Vienen a desestabilizar”, opina el vecino, que no considera casual la formación del Hogar Social Madrid. El edificio elegido por este grupo fascista está situado en un distrito con cerca de un 20% de población inmigrante. Y a escasos metros de La Enredadera, otro local ocupado, en este caso desde hace cuatro años por un grupo que defiende los movimientos sociales desde la izquierda.

La equiparación por parte de las autoridades de los dos locales ocupados preocupa a los vecinos, que han lanzado un comunicado de apoyo a La Enredadera, y en el que advierten de la aparición de episodios violentos. Un joven fue agredido el pasado sábado cuando repartía octavillas antifascistas y otro hombre de origen chileno recibió una paliza días después, aunque no ha presentado denuncia por la agresión. Además, corrió la noticia de que un ciudadano dominicano había sido apuñalado por varios nazis, pero los hechos fueron negados más tarde por la víctima ante la policía. El joven se cortó con una botella al tropezar cuando corría “porque había oído a alguien gritar: '¡Que vienen los nazis!”, recoge El País. “Hay miedo, los vecinos tiene miedo con la llegada de esta gente”, indica Víctor.

Por otra parte, también ha habido ataques –lanzamiento de objetos y cócteles incendiarios– por parte de antifascistas a la sede Ramiro de Ledesma. El miembro de la Asamblea Popular de Tetuán cree que las noticias de estos disturbios en algunos medios están perjudicando a La Enredadera. “Es mentira que los atacantes sean personas de La Enredadera. Allí se reúne la gente de Stop Desahucios, hay un banco de alimentos, actividades culturales...”, explica Víctor.

La respuesta de Cristina Cifuentes a estos altercados ha sido repartir la responsabilidad entre los dos edificios ocupados. “El conflicto es permanente entre ambos centros. Uno está ocupado por nazis y el otro por gente de ideología contraria. Queremos que se desalojen porque ambos contribuyen en igual medida a la situación. Se trata de la ocupación de un espacio. La Policía ha instado ahora el desalojo de La Enredadera”, indicó este miércoles la delegada del Gobierno en Madrid.

“Esto no es un problema de ocupación; es un problema de discriminación, de unas personas que han llegado aquí y están excluyendo a una gran parte del barrio. Dicen que son 0% racistas, 100% identidad. Pero es una identidad única; no caben más identidades”, critica Víctor.

Mikel Mazkiarán subraya los peligros de una respuesta política difusa, que desvíe la atención “del verdadero problema, que es la xenofobia y no la manera en la que estas personas se han instalado en el barrio”. El portavoz de SOS Racismo recuerda la importancia de que estas conductas encuentren una clara oposición en las instituciones, “porque el caldo de cultivo en España para que proliferen estas ideas lo tenemos: altas tasas de paro, cada vez más pobreza, etc. No hay que relajarse”, concluye.

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