El amigo de Machado y otros siete asesinados del franquismo esperan respuesta de la justicia
Aparecieron. El amigo de Antonio Machado, el grupo de maestros y el vicepresidente de la Diputación de Soria, Abundio Andaluz, han sido recuperados de la tierra donde fueron arrojados por sus sus ejecutores franquistas. La policía judicial, presente en el trabajo arqueológico, ha emitido un informe sobre el que tendrá que pronunciarse la justicia española.
“Fosas vacías, heridas cerrada. Ahora a por la justicia”, resume la Asociación soriana Recuerdo y Dignidad, que ha liderado la búsqueda junto a la Fundación Aranzadi. Porque el fin de semana ha contado con la inusual presencia de miembros de la Guardia Civil, enviados por la jueza de Almazán para informar sobre los hallazgos.
Este caso supone una doble excepcionalidad. Es habitual que las fosas del franquismo no se denuncien, ya que los juzgados sobreseen estas causas por sistema amparándose en la Ley de Amnistía y en la teórica prescripción de los delitos. Como recomendó la Fiscalía General del Estado para torpedear también la Querella Argentina. Y, cuando abren un proceso -que luego recibe carpetazo judicial-, los jueces casi nunca han enviado a la policía judicial al lugar de los hechos.
Las exhumaciones, desarrolladas con éxito entre el 22 y el 24 de septiembre, han deparado además una sorpresa: otra víctima desconocida. Eran siete ejecutados, según la investigación previa. El político, en Calatañazor; y las dos 'fosas de los maestros', en Cobertelada, con cinco científicos y un agricultor. Pero ahí ha aparecido un cuerpo más del que, por ahora, se ignora su identidad.
El caso de 'la fosa de los maestros' ha pasado por un complejo proceso salpicado de abandono institucional y judicial. La jueza de Almazán llegó a atender la petición de abrir la fosa pero reculó tras una circular del Fiscal Jefe de Soria que pedía el sobreseimiento de la causa. Aunque la magistrada había reconocido que podía tratarse de “desapariciones forzadas en un contexto de crímenes de la humanidad”.
El revés no achicó a los impulsores de la búsqueda. La sociedad civil volvía a ejercer en solitario de garante de la memoria. Una vez más. “Las familias no pueden esperar más”, indicaba entonces el presidente del colectivo de víctimas, Iván Aparicio. Para el desarrollo de los trabajos incluso se han visto obligados a abrir una campaña de donaciones y contar con el apoyo de voluntarios.
Una fosa “judicializada”
“Estoy detrás de cuatro guardias civiles, uno de ellos hace de policía judicial, y han estado tomando fotografías y documentando todos los datos de la intervención para presentar un informe a la jueza de lo que ha pasado aquí”. Describe la escena, en conversación telefónica con eldiario.es, el portavoz de Recuerdo y Dignidad. El parte quedará entregado “junto al informe arqueológico y forense del antropólogo Paco Etxeberría”, añade.
Ahora esperan que la jueza “dé por válida” toda la información y abra una causa por crímenes contra la humanidad. Porque la 'fosa de los maestros' está “judicializada”, resume Iván Aparicio.
Los restos cadavéricos, en las tres fosas, han aparecido con evidencias de muerte violenta: disposición anatómica anómala, enterramiento sin ataúd, elementos balísticos, perforaciones craneales... Y objetos personales. Como las gafas de Abundio Andaluz. O abundantes raíces, un detalle habitual en en estas sepulturas a flor de tierra debido a la descomposición de los cuerpos.
La tumba de Abundio Andaluz Garrido, vicepresidente de la Diputación de Soria, estaba marcada con una gran cruz y unas gafas aparecían en la mañana del día 22. Como habían señalado los vecinos del pueblo, ahí estaban sus restos mortales. Al lugar de exhumación se acercaron “decenas de personas”, entre las que se encontraban el actual presidente de la institución provincial, el socialista Luis Rey, el alcalde de Calatañazor, Alfredo Pérez, y miembros de organismos de derechos humanos, caso de Amnistía Internacional.
Las nietas de Abundio, las autoridades presentes y los técnicos y voluntarios entonaron una canción escrita para el político asesinado, un fado dedicado a los presos políticos y culminaron cantando Grândola, Vila Morena. En la tierra donde Andaluz yació durante 80 años hay ahora enterrada una bandera republicana.
Un cuerpo medio devorado
El político era concejal por el Partido Republicano Socialista Radical que en 1934 se une con otras formaciones en Izquierda Republicana. Fue asesinado en agosto del 36 por falangistas con la compañía de un sacerdote, según los testimonios y tal como recoge el libro La represión en Soria durante la guerra civil. Fue ejecutado en la cuesta del Temeroso. Quedó malherido y se arrastró más de un kilómetro. Un pastor encontró el cuerpo yacente, medio devorado.
Abundio Andaluz estaba casado con Petra Ezequiel Vega, tenían seis hijos. Andaluz intentaba “cambiar el mundo”. Todos los restos óseos serán llevados a la Universidad del País Vasco donde serán sometidos a un “riguroso análisis forense, antropológico y genético”. La idea es contrastar los datos con los descendientes ya localizados.
En la actualidad, estos casos de fosas del franquismo están recurridos ante el Tribunal Constitucional. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Soria sobreseyó en julio la causa interpuesta por desaparición forzada de Abundio Andaluz. La ASRD, en nombre de la familia del vicepresidente, recurrió el Auto a la Audiencia Provincial, que también cerró el caso. La asociación recuerda que son crímenes de lesa humanidad, que incluyen la desaparición forzada como delitos continuados, que no prescriben.
El amigo de Machado
Como el asesinato del amigo de Antonio Machado, el maestro Francisco Romero Carrasco. Natural de Badajoz, vivía en Guadalajara, donde ejercía en la Escuela Normal, antigua escuela de magisterio. Tenía 57 años el día que fue muerto a tiros.
Era un reconocido matemático antes de la proclamación de la Segunda República. Y en 1919 creó, junto a Machado, la Universidad Popular de Segovia. Un espacio de enseñanza con un objetivo claro: “exponer elementalmente aquellas enseñanzas que puedan ser inmediatamente aprendidas y utilizadas por los obreros”.
Romero fue director de las colonias de la Institución Libre de Enseñanza y había estudiado metodología de las Matemáticas en Francia, Bélgica y Suiza. El golpe de Estado estalla cuando acaba de obtener una beca, que nunca pudo disfrutar, para continuar su formación e investigación en Europa, añade el periodista Carlos Hernández en el reportaje En busca del amigo de Machado y otros cuatro maestros asesinados por el franquismo.
“El maestro sigue enseñando”, dice a pie de fosa Víctor Illa, sobrino de Eloy Serrano Forcén, otro de los científicos ejecutados. La exhumación lo mantiene sumido en una extraña mezcla de felicidad y tristeza pero, como subraya a este periódico, le demuestra “que aunque estas personas estuvieran aquí enterrados, todavía estamos aprendiendo mucho de ellos: decencia, compañerismo, solidaridad”. Y la dignidad que niega a las víctimas el país de la desmemoria.
Inculcar a los niños “ideas disolventes”
Eloy Serrano tenía 22 años cuando cae ejecutado. Escribía en periódicos como La Voz de Soria y El Defensor Escolar. En sus artículos recuerda al maestro de La lengua de las mariposas... Animaba a los pueblos a abrir escuelas. Avisaba del “peligro para Europa” encarnado en “Hitler y Mussolini”, recuerda su familiar.
No tenía antecedentes y era un convencido republicano. Sus ideas y sus actos se convierten en sus 'delitos'. Todo el proceso exhumatorio parte de la solicitud hace siete años para rescatar los restos de este maestro de Cobertelada. Desde entonces, arrancaba la búsqueda culminada ahora con éxito.
En la misma fosa ha aparecido Hipólito Olmo Fernández, de 43 años y maestro en Ajamil (La Rioja). En su expediente de responsabilidades políticas se describe como “se embargan los bienes que se encuentran una vez abierto el domicilio con la llave que tiene la Guardia Civil”. Su separación oficial del magisterio se incoó, como al resto de maestros asesinados junto a él, después de ser asesinados.
Elicio Gómez Borque vivía en La Seca. Tenía 23 años. Se le acusa de no ir a misa y pertenecer a la FETE. El cura lo acusa de marxista, propagandista del Frente Popular y de que aplaudió el asesinato del político fascista José Calvo Sotelo. Como dato anecdótico, planchaba sus camisas y colaboraba en las tareas del hogar, algo poco habitual en la época.
Victoriano Tarancón Paredes era maestro en Perdiguera. Como el resto, queda a disposición de la Comandancia Militar de Soria. Está acusado de indiferencia en materia religiosa y de propagar el laicismo. “Había inculcado en los niños ideas disolventes”, dicen sus captores. Los maestros eran una amenaza para el fascismo.
Martín Artola Morrás tenía 35 años. La investigación recaba menos datos de esta víctima. “Probablemente se trate del mendigo al que hace referencia el libro La represión en Soria”, indica la asociación. “Fueron fusilados, como si fuera una cacería, uno a uno, según corrían hacia arriba del paraje 'los Tomillares'”, reza la obra.
Los crímenes se cometieron al anochecer y a la mañana siguiente fueron inhumados por vecinos de Cobertelada. En una de las dos fosas se esperaba encontrar sólo al amigo de Machado. Pero ahí ha aparecido otra víctima inesperada.
Como escribió el poeta en uno de los pasajes más conocidos del Epitalamio para las bodas de Francisco Romero. En honor a su amigo, un homenaje extendido ahora al resto de asesinados. “(...) su eternidad menuda grano a grano. / (...) -nunca olvidéis la hipérbole del vándalo- / y un mundo cada día, pan moreno / sobre manteles blancos. / De hoy más la tierra sea / vega florida a vuestro doble paso”.