Méndez de Vigo asegura que las reválidas se van a hacer este curso “con toda tranquilidad”

Esta semana arranca el que probablemente será el curso más incierto para las familias, los estudiantes y los docentes. Ante las dudas sobre el futuro de la Lomce, el ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, ha querido dejar claro que los alumnos y alumnas de cuarto de ESO y segundo de Bachillerato harán en junio las evaluaciones finales de etapa previstas por la ley, aunque sin efectos académicos, excepto para acceder a la Universidad.

En declaraciones a TVE, Méndez de Vigo se ha comprometido a reunirse “a partir de ahora” con la comunidad educativa “para seguir escuchándoles, saber qué podemos hacer y mejorar la calidad del sistema educativo”, aunque da por hecho que la implantación de estos exámenes (en 4º de ESO y 2º de Bachillerato) no va a tocarse pese a que 12 comunidades autónomas han mostrado su rechazo y es posible que se nieguen a realizarlos.

El titular de Educación ha insistido, con todo, en lanzar un mensaje de “tranquilidad, seguridad y certeza” y se ha mostrado convencido de que se van a obtener los mismos buenos resultados del año pasado“, partiendo de ”la certeza que estamos haciendo las cosas bien“. ”Con toda tranquilidad las (reválidas) las vamos a hacer, aunque este año no tienen efectos académicos y permitirán ver que podemos cambiar y mejorar“, ha insistido.

Incertidumbre entre docentes y alumnos

El pacto PP-Ciudadanos incluía la “paralización” del calendario pendiente de implantación de la Lomce, pero el conjunto de la ley está en vigor desde este curso. El desarrollo de las polémicas reválidas, lo que quedaba por concretar, se aprobó por real decreto el 31 de julio con el objetivo de que se hicieran por primera vez este curso, tal y como prevé la ley.

La nueva reválida del Bachillerato requiere una preparación específica diferente a la de Selectividad y los docentes se encuentran con un inicio de curso marcado por la incertidumbre ante la ausencia de Gobierno. Todos los grupos, incluido el propio PP que la aprobó haciendo uso de su mayoría absoluta, aceptan cambios en la ley que empezarían por su paralización. Para que las reválidas no se lleven a cabo, habría que regularlo específicamente vía decreto. Modificaciones de más calado exigen de más tiempo al tratarse de una ley orgánica.