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Alfonso Alonso no prevé reunirse con la Plataforma de afectados de la hepatitis C

Alonso explicará en el Congreso los planes de su departamento el próximo jueves

Carmen Moraga / Raúl Rejón

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, no tiene en sus planes mantener una reunión con la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC), a pesar de las numerosas peticiones que los integrantes de este colectivo le han hecho llegar para plantearle su situación. La plataforma lleva semanas encerrada en el hospital madrileño Doce de Octubre y en otros centros de Cataluña y Andalucía.

Según fuentes cercanas al ministro, Alonso considera que el hecho de que vaya a haber un representante de los pacientes dentro del comité de expertos –que se creará el lunes– ya demuestra su voluntad de escuchar la voz de los afectados por esta grave enfermedad y de tener en cuenta sus opiniones. Se ahorra así un encuentro directo con el grupo más beligerante de afectados.

Este comité se constituirá en plena tensión con los miembros de la PLAFHC, que han protagonizado varias protestas ante el Ministerio de Sanidad y siguen organizando movilizaciones. De hecho, este sábado formarán una cadena humana que irá desde el hospital hasta el Palacio de la Moncloa. Su pretensión es entregar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una carta con sus reinvidicaciones.

A la marcha, que transcurrirá bajo el lema, “Díselo al Gobierno: tratamiento para todos”, se sumarán, según han anunciado, representantes de varios partidos políticos, como el PSOE, UPyD, IU o Podemos. Sus líderes ya han mantenido encuentros con la plataforma durante las Navidades o en los últimos días, como ha sido el caso de Podemos.

Una de las cosas que no está gustando nada al ministro es la postura de lucha que están adoptando contra el Gobierno los portavoces de la Plataforma, que han anunciado querellas contra su antecesora, Ana Mato, y contra él mismo por considerar que son los responsables del fallecimiento de los enfermos a los que no les ha llegado a tiempo el tratamiento. Tampoco le han gustado a Alonso las declaraciones de algunos políticos, como el secretario general del PSM, Tomás Gómez –que también ha amenazado con llevar el asunto a los tribunales–; o Pablo Iglesias, que organizó en la misma puerta del hospital Doce de Octubre una improvisada asamblea en la que propuso expropiar la patente del Sovaldi, el potente medicamento que elimina el virus de la hepatitis C, para abaratar su coste y que así pueda llegar a todos los enfermos que lo necesiten.

El líder de Podemos anunció también que el 21 de enero pondrán en marcha una caravana con dirección a Bruselas para que los afectados puedan reivindicar allí también sus derechos.

Alonso dejó entrever su malestar por todas estas manifestaciones durante la entrevista que realizó el lunes en el programa Los Desayunos de TVE, la primera que concede desde que fue nombrado ministro, en la que se quejó de las “presiones” que están llegando al Ministerio por diversas vías, en referencia también a la soterrada pelea que hay entre las farmacéuticas por la prevalencia de sus medicamentos contra la enfermedad.

A los portavoces de los grupos de la oposición tampoco les ha gustado el hecho de que el ministro concediera esta entrevista antes de su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso para desgranar los planes de su departamento, prevista para el jueves, día 15. En declaraciones a eldiario.es, el portavoz de Sanidad de la Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, ha considerado “un menosprecio” al Parlamento que Alonso hablara primero en la televisión pública antes de acudir al Congreso.

A su juicio, el Ministerio de Sanidad está haciendo una “pesima gestión” de todos los problemas con los que se está teniendo que enfrentar, incluida la crisis de la hepatitis C.

Al ser su primera comparecencia habrá cierta cortesía parlamentaria con el ministro. Pese a ello, desde el PSOE su portavoz, Jose Olmos, no dejará de reprocharle también la tardanza en comparecer y en dar respuesta a los afectados por esta enfermedad, para los que exigirá tratamiento urgente, sin exclusión. Desde UPyD también serán muy criticos y exigirán a Alonso un giro en la política de su antecesora, Ana Mato, porque consideran que “ha sido un desastre” y es la que “ha llevado a la quiebra al sistema sanitario”.

El día anterior a esta comparecencia, Alonso presidirá la reunión de la Comisión Delegada del Consejo Interterritorial con las comunidades autónomas en cuyo orden del día se ha incluido al final el estudio del Plan Estratégico Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C. También está previsto que se apruebe la relación de hospitales propuestos para tratamiento de casos confirmados de ébola, la creación del Registro Nacional de Enfermedades Raras y la distribución de fondos que recibirán las comunidades autónomas para afrontar estas enfermedades raras, entre otros puntos.

Pero la primera ficha que moverá el ministro tendrá lugar el próximo lunes con la constitución formal del comité de expertos, que estará coordinado por el prestigioso hepatólogo Joan Rodés, y que será el encargado de determinar a quiénes se debe prescribir los tratamientos más innovadores contra la hepatitis C. El comité estará formado por especialistas en la materia de ámbito nacional, representantes del Ministerio, de las comunidades autónomas y también de los pacientes. Así que salvo un cambio de criterio de última hora por recomendación de sus asesores, Alonso no se sentará a escuchar personalmente a la Plataforma de Afectados por la hepatitis C, que seguirá con su calendario de movilizaciones.

“Nadie nos ha invitado”

“A nosotros no nos han invitado, al menos de momento”, explicó el viernes por la tarde el portavoz de la Plataforma, Mario Cortés. Sus portavoces no paran de recordar que “cada día mueren 12 personas por la hepatitis C”, al tiempo que exigen que se les faciliten los medicamentos de última generación.

 

Su encierro ha colocado en primera línea la necesidad de solventar un problema sanitario que afecta de manera perentoria a miles de personas (unos 35.000 pacientes en mal estado) y se extiende a unos 800.000 infectados con el virus.

 

“Sabemos que es el momento de presionar porque es año electoral, luego se olvidarán”, contaba hace unos días a eldiario.es Antonio Fernández, uno de los afectados. Sus casos están dejando en evidencia las contradicciones de los responsables sanitarios (nacionales y autonómicos), que repiten que los tratamientos “llegarán a todos los que lo necesiten”. “Pero nosotros no vemos que habiliten el dinero para las medicinas”, insisten.

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