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Ada Colau: “Los nuevos datos sobre desahucios demuestran que los bancos han mentido”

Activistas de la PAH se enfrentan a la policía en el intento de desalojo de una casa en la calle Ofelia Nieto (Madrid) / Fotografía: Olmo Calvo

Sofía Pérez Mendoza

¿Cómo se explica que el número de desahucios se multiplicara cuando la presencia social de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) alcanzaba el punto de máxima visibilidad? Mientras ganaban el pulso a la opinión pública y también a políticos y banqueros, los desalojos forzados seguían aumentando. Y ahora los datos del Banco de España lo confirman. Solo en los seis primeros meses de 2013 se produjeron 19.567 entregas, en relación a las 23.337 viviendas entregadas en todo 2012.

“Aunque no se nos puede olvidar que estas cifras las proporcionan los bancos, esas entidades que han demostrado que mienten, los datos siguen siendo significativos y ponen sobre la mesa una realidad social que se confirma con solo mirar cómo han aumentado en el último año el número de personas vinculadas a la Plataforma. Hoy hay 206 delegaciones y no paran de llegar afectados”, explica la portavoz Ada Colau. Además, “en las cifras -recuerda- no se contemplan los desahucios crecientes por problemas con el alquiler, cuando muchas veces son las propias entidades las que están detrás de la propiedad de estas viviendas”. Según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el 58,23% de los desahucios en el segundo trimestre de 2013 se debieron a problemas con el alquiler mientras que un 36,23 % se produjeron por impago de la hipoteca.

Cuando a comienzos de 2013 Ada Colau subía al estrado del Congreso de los Diputados, las responsables de los bancos relacionaban los desalojos con segundas viviendas; un argumento que “ellos mismos han tenido que desmontar forzados por la realidad”. De acuerdo con los datos del Banco de España, el 79% de los desahucios que se produjeron en el primer semestre de 2013 supusieron la pérdida de la vivienda habitual, lo cual demuestra, según Colau, que “las personas que se hipotecaron en medio de la burbuja inmobiliaria eran gente trabajadora, sin intención de especular”. Así, un 83% de las hipotecas que terminaron en entrega judicial en 2012 se habían originado en 2007 o anteriores.

El problema aumenta; la atención mediática desciende

Aunque los datos desmienten un descenso en el número de desahucios, la capacidad de negociación sí ha ido ganándose día tras día, concentración tras concentración. “Ahora somos más fuertes, tenemos más capacidad para negociar con los bancos. Solo nuestra presencia les somete a presión y les hace más proclives a dialogar con los afectados”, expresa la portavoz. Y esa presión que obliga a actuar también impulsa, sin quererlo, la invisibilización del problema. Ahora que las cámaras no capturan a activistas encadenados a las casas y que los micros se han apartado de los portales, el drama de los desahucios no ha desaparecido.

Y este rebaje de la atención mediática también encuentra su explicación en los números. Si en 2012, la policía escoltó a las comitivas judiciales en 346 casos, en el primer semestre de 2013 se registraron 88 intervenciones. “Cada vez es más impopular que los agentes actúen en los desahucios, aunque tampoco podemos pensar que solo los desalojos con presencia policial son los graves. Todos someten a los afectados a una violencia extrema”, sostiene la cara más visible de la PAH.

De las viviendas desalojadas, solo el 6,7% estaban ocupadas en el momento del desahucio. Según la experiencia de Colau, “nadie quiere exponerse a esa situación tan violenta, nadie quiere ponerse en peligro”. Los que sí lo hacen se someten al riesgo por extrema necesidad, porque es su última opción antes de quedarse en la calle.

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