“Me he enterado de la anulación de la matrícula por Internet”
Alumnos que les suben las tasas universitarias y se tienen que poner a trabajar en lo que sea para poder pagarlas. Como tienen que trabajar, no pueden asistir a clase, y por no ir a clase suspenden la asignatura porque el profesor exige asistencia obligatoria. Este es un ejemplo del ahogo que están sufriendo los universitarios por culpa de la crisis económica, pero hay muchos otros, que estos días simbolizan un grupo de alumnos encerrados en el rectorado de la Universidad Complutense de Madrid.
El rectorado de este centro universitario lleva desde este jueves al mediodía tomado por un grupo de estudiantes que han decidido encerrarse en apoyo de los estudiantes expulsados o en riesgo de expulsión por no haber pagado el segundo plazo de las matrículas (la media anual de pago está en unos 1.200 euros) y que tenían que haber desembolsado el pasado febrero. Movimientos estudiantiles como Toma la Facultad han difundido la protesta por el campus y las redes sociales.
Los afectados en total serían cerca del millar y, de momento, sólo han conseguido una prórroga para el pago hasta el 30 de mayo. La Complutense ha admitido que ha expulsado por este motivo ya a algunos, pero sin especificar el número. “Todo ello es consecuencia de la desproporcionada subida de los precios públicos de los estudios universitarios efectuada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid y de la disminución del número de becas por parte del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, lo que ha impedido que los alumnos o sus familias puedan afrontar el pago”, ha señalado el centro universitario en un comunicado. La Complutense procederá a la reactivación inmediata de la matrícula, una vez que el estudiante lo solicite, tras haber procedido al pago de las cantidades adeudadas. La Universidad intentará contribuir a la búsqueda de soluciones para aquellos casos especialmente graves que obliguen a los estudiantes a abandonar sus estudios“, añade el comunicado.
Víctor Espejo, de 18 años y estudiante de Filosofía, nos explica en este vídeo los motivos del encierro:
Irene, de 27 años, es una de las que ha tenido que ponerse a trabajar para pagarse los estudios de Trabajo Social. “No he querido pedirle dinero a mis padres, no puedo depender de ellos”, cuenta. Ella, como los otros afectados, tampoco recibió aviso de que la habían anulado la matrícula por no pagar el plazo del pasado febrero.
La mayoría se ha enterado al intentar entrar al llamado Campus Virtual, un espacio de la web de la Complutense, y ver que no podían acceder. “Ya había pagado 900 euros de los 1.200 del total de la matrícula”, señala Irene. Junto a ella está Ayatima, tinerfeña que está estudiando en Madrid el grado de Relaciones Internacionales: “Tengo beca del ministerio de Educación, si me la quitan estoy perdida, no podría seguir estudiando”. Otra de las afectadas, que prefiere no dar su nombre, estaba indignadísima porque no la habían avisado: “Me he enterado por internet, porque no funcionaba el Campus Virtual ¿en serio que no podían habernos avisado en persona?”.
Hoy ha habido una reunión entre representantes de alumnos y de representantes de la Complutense. A la salida, a las 20.00 los estudiantes han hablado en asamblea de la negociación. En resumen: la universidad está arruinada y no puede asumir de momento la creación de un fondo de emergencia, como proponen los alumnos, para ayudar de manera solidaria a los afectados.
Lo que propone la universidad es hablar con la Delegación de Hacienda de la Comunidad de Madrid para ver si, superados los escollos burocráticos, es posible prorrogar el pago hasta septiembre. Los reunidos han señalado entre otros motivos la necesidad de sumir más apoyos a la protesta.
En apoyo de los alumnos varios profesores han acudido a la asamblea. Mar, profesora de Sociología, cree que las demandas de los estudiantes “son muy legítimas y viables”. “El fondo de emergencia para dar becas a estos alumnos en apuros se ha hecho en otras universidades como la Autónoma o la Politécnica”, señala.
A su lado, otros docentes como Jesús, de la facultad de Matemáticas, o María José, de Económicas, asienten. “Lo que no es de recibo es cómo han comunicado las anulaciones, no han dicho nada y se han enterado los alumnos al entrar en la página web”, se queja Jesús. María José añade que en su clase, a principio de curso, se dieron de baja 10 estudiantes por no poder afrontar el pago de la matrícula. “Hay que solucionar esto ya, es urgente, no se puede esperar a una solución económica para el año que viene porque los alumnos van a perder el curso”, concluyen.