La universidad perdió más alumnos en el último curso que en los dos anteriores juntos
La tendencia decreciente se inició en 2012 pero se ha acelerado. El curso universitario comenzaba con la reciente aprobación de un real decreto que permitía la subida de tasas y que provocó el incremento del precio de las matrículas que, en algunas comunidades, llegó incluso a duplicarse. Prácticamente toda la comunidad educativa coincidió en afirmar que el llamado 'tasazo' causaría la “expulsión de muchos alumnos de la universidad”. Los datos lo han corroborado: solo en el curso 2014-2015 –con el tasazo a pleno rendimiento–, 55.487 alumnos menos, una cifra superior a la de los dos cursos anteriores juntos, cuya suma de caída de matrículas llegó a 39.956 respecto al ejercicio 2011-2012.
Según el avance estadístico que anualmente elabora el Ministerio de Educación en 2012-2013 el número de estudiantes de grado y primer y segundo ciclo cayó un 1,5% (22.054 alumnos de más de 1,4 millones de matrículas) y en 2013-2014, un 1,2% (17.902). Sin embargo en el último curso, la caída ha alcanzado el 3,9% y dejado el total en 1,3 millones.
El mayor peso de esta pérdida de alumnos lo ha padecido la enseñanza pública. Las cifras evidencian que las tres cuartas partes de la caída se da en estas universidades : un 77% (42.578) de los más de 55.000 alumnos se han perdido en centros públicos. Allí es donde realizan la carrera el 88% del total de estudiantes españoles.
“La caída se debe a las políticas del Gobierno del PP”, analiza Julio Serrano, secretario de Universidad de la Federación de Enseñanza del sindicado CC OO. En concreto se refiere a la subida de las tasas universitarias y al endurecimiento de los requisitos para poder obtener una beca de las que otorga el ministerio para paliar el encarecimiento de la educación superior. “Las personas con menos recursos, que son además las más afectadas por los recortes de los últimos años, tienen dificultades para estudiar”, sostiene. “En época de crisis el Gobierno debería haber reforzado las becas y no penalizar al que más la sufre”, prosigue.
Aumento de estudiantes...hasta 2012
“Estas dos políticas concretas están teniendo mucha repercusión en las familias; los datos no son casuales”, comenta María Rodríguez, presidenta de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE). De hecho, el decreto impulsado por el exministro de Educación, José Ignacio Wert ha funcionado como un tapón. El número de alumnos de grado y primer y segundo ciclo seguía una tendencia creciente hasta ese momento. Entonces comenzó a descender. En total, la universidad ha perdido 95.443 alumnos desde entonces. De ellos, 86.230 corresponden a la universidad pública. La privada, por su parte, también ha experimentado el curso pasado, y por primera vez, un descenso de 12.909 estudiantes.
Para el Ministerio de Educación, la disminución “se debe principalmente a la caída de la población joven en España” y, en menor medida, “al cambio en la duración de los estudios universitarios”. Un argumento que “no es válido”, en palabras de Serrano, puesto que “la población de entre 18 y 24 años ya caía en 2009 y, sin embargo, el número de alumnos universitarios seguía aumentando”.
El real decreto aprobado en abril de 2012 “de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo” autorizó a las comunidades autónomas a subir las tasas universitarias para acercarse al precio real. Cada una lo hizo en diferente medida, de forma que estudiar una carrera puede ser tres veces más caro en Madrid y Cataluña que en Galicia o Andalucía. Por ejemplo, el precio del crédito en la capital en carreras de menor experimentalidad y en primera matrícula casi dobla al del curso 2009-2010 al pasar de los 15,58 euros a los 27.
Así, un grado en Derecho cuesta ahora 6.480 euros, mientras que por el mismo número de créditos (240), el alumno pagaba en 2009 3.739 euros. Eso siempre que se matricule una sola vez de cada asignatura, porque el precio de las segundas, terceras y cuartas matrículas también ha experimentado una importante subida. Si un estudiante de un grado en Ingeniería Agrícola tiene que afrontar una segunda matrícula, le toca abonar 342,78 euros por una sola asignatura de seis créditos. Y 642,84 si lo hace por tercera vez.
“Además, aunque haya más número de alumnos becados, la cuantía es menor”, explica Serrano. De hecho, en el curso 2013-2014 percibieron, de media, 1.869 euros, un 27% menos que dos años antes. Desde la llegada del PP al Gobierno la cifra de estudiantes que perciben beca es mayor, pero el gasto total del Ejecutivo ha descendido: mientras que en el curso escolar 2011-2012 unos 442.000 becarios recibieron 1.134 millones de euros, en el último año con datos disponibles, 473.000 becarios percibieron 884 millones de euros.
“Lógicamente, las personas que han tenido más problemas para continuar en la universidad son aquellas que acceden a la pública porque su nivel económico es más bajo”, insiste Rodríguez. Por otro lado, hace hincapié en que además de alumnos que han tenido que abandonar sus estudios, también hay otros que se han visto obligados a reducir su carga de asignaturas. Un fenómeno que califica como “la pescadilla que se muerde la cola, porque alumnos que deben matricularse de menos materias porque no tienen dinero, con menos probabilidad accederán a la beca porque no llegarán al mínimo de créditos que exige el ministerio para recibirla”.
El número de alumnos de máster se incrementa
La tendencia se invierte en el caso de los posgrados, que salen beneficiados. La cifra total de alumnos que cursan un máster continúa aumentando, a pesar de la subida de precios. Este último curso ascendió en 16.962 estudiantes (11.572 en la universidad pública y 5.390 en la privada), lo que representa un 13,8% más de estudiantes respecto al anterior. Las diferencias entre comunidades autónomas siguen siendo notables: mientras que el precio del crédito para un máster relacionado con, por ejemplo, Comunicación Audiovisual o Turismo se sitúa en la Comunidad Valenciana en 19,30 euros, trepa hasta los 47 en la Comunidad de Madrid (28,24 euros en 2011-2012).
¿Por qué no ha dejado de incrementarse el número de matriculados a pesar de que los precios se han llegado a duplicar en muchas regiones? Para Julio Serrano, “con las licenciaturas la gente entendía que ya había completado su formación, pero con los grados que instauró el Plan Bolonia parece que no”. En opinión del portavoz sindical, “en algunas carreras es casi obligatorio porque los máster especializan, algo que antes se conseguía con las carreras de cinco años”. Pero, además, esgrime otra razón: “la falta de expectativas laborales hace que mucha gente que antes no se lo hubiera planteado, se decida por cursarlo”.