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“Tras un accidente en acto de servicio, el Ejército me echó como a un perro”

Francisco Javier Fontao junto a su madre protestando en la sede de Defensa

Laura Galaup

Procedente de Cádiz, Francisco Javier Fontao llegó a la sede del Ministerio de Defensa con una esterilla, un saco de dormir, dos botellas de agua, una mochila y varias banderas de España. El lunes, a primera hora de la mañana, comenzó una acampada y una huelga de hambre para hacer presión y solicitar así su readmisión en las Fuerzas Armadas. “Tuve un accidente en acto de servicio y me han echado a la calle, como si fuese un perro. No tengo derecho a nada”, repite este joven gaditano de 29 años y padre de dos niños.

En 2011 sufrió un accidente por el que fue dado de baja como soldado de Infantería de Marina, sin tener derecho a ninguna prestación por la discapacidad que le provocó el incidente. Las lesiones que arrastra son visibles en cuanto se pone de pie. Desde entonces, en cada desplazamiento se apoya en un bastón.

Problemas de movilidad en pie y pierna

“Haciendo maniobras en el campo de adiestramiento de la Sierra del Retín, en Barbate, volcó el vehículo en el que viajaba. Iba en posición de tirador con una ametralladora. El conductor cogió una curva muy pronunciada, nos encontramos otro vehículo de frente y acabamos dando tres vueltas de campana. El peso del Hummer en el que viajaba, tres toneladas, cayó sobre mi pie y mi pierna; quedaron destrozados”, recuerda.

Los hechos sucedieron el 25 de junio del 2011 mientras servía en el tercio de la Armada en Cádiz, dos meses antes Fontao acababa de volver de una misión en Bosnia. Según cuenta, tras el accidente “todo fueron buenas palabras” por parte de sus superiores. “Me pidieron que no denunciase ni a mis compañeros ni al servicio, me aseguraron que no me iban a dejar tirado y que a mis hijos no les iba a faltar el pan”, apunta a eldiario.es desde el puesto en el que ha acampado.

“Pensaba que me iban a cuidar”

Así lo hizo, comenzó con las intervenciones quirúrgicas y la rehabilitación, sin pensar que su futuro laboral estaba lejos de las Fuerzas Armadas. “Al ser herido en acto de servicio y dar siempre mi vida por España pensaba que me iban a cuidar”, indica. Un año después del accidente comenzaron las primeras evaluaciones para decidir sobre su futuro laboral. “Todavía no me había recuperado, acudí a la primera con las dos muletas y con un par de operaciones pendientes”, explica.

Dos años después del accidente, Defensa dictaminó que era útil con limitaciones para el servicio. Le asignaron un destino al que no se incorporó porque continuaba con la recuperación para conseguir que su pie derecho volviese a estar operativo. Le reconstruyeron los huesos, la planta y parte de la pierna.

Su reincorporación nunca se llegó a producir, en marzo del 2016 la Subsecretaría de Defensa emitió una resolución en la que declaraba “la insuficiencia de condiciones psicofísicas en acto de servicio”. “Me dieron de baja porque decían que no podía coger peso, andar o hacer guardias”, relata.

Sin derecho a prestación por discapacidad

Le rescindieron el contrato sin que tuviese derecho a cobrar una prestación por la discapacidad adquirida mientras estaba trabajando. Según el Real Decreto 1186/2001 esta retribución se concede a partir del 25% y a él le otorgaron una valoración del 15%. “Hemos actuado conforme a la ley”, apunta una portavoz del Ministerio.

Esta decisión ha descuadrado las cuentas familiares, con una hipoteca y dos hijas. Por eso, ha decidido visibilizar su reivindicación ante la puerta del Ministerio. “Económicamente solo me concedieron 30.000 euros por rescisión de contrato. Hace nueve meses me dejaron de pagar y desde entonces estoy cobrando el paro”, añade.

“Estoy desesperado. ¿Dónde voy a encontrar trabajo? ¿dónde voy con mis hijos? ¿le digo al banco que no me cobre las letras de la hipoteca?”, apunta este gaditano que ha estado moviendo sin éxito su currículum, en una de las provincias con mayor tasa de paro del país.

“Quiero que me reabran el expediente de actitud psicofísica y me den un puesto acorde a la lesión que tengo. Puedo hacer labores administrativas, conducir o hacer otras funciones en el cuartel”, reseña. Asimismo, advierte a la ministra Mª Dolores de Cospedal que no se plantea ingerir alimentos ni levantar el pequeño campamento que ha montado frente a su Ministerio hasta que “no le den una respuesta sobre su caso”.

Recurso desestimado

Considera que esta reivindicación es la única opción que tiene para volver a las Fuerzas Armadas, después de que un juzgado contencioso administrativo desestimase en enero su recurso. Aunque ha insistido por esta vía, apelando esta decisión ante la Audiencia Nacional. “Estamos a la espera de que la justicia se vuelva a pronunciar, nunca le han dado la razón en los recursos que ha presentado”, añade una portavoz del Ministerio

Para que ningún compañero se vuelva a ver en esta situación, también solicita a Cospedal una modificación del Real Decreto 944/2001. Esta normativa, como ya informó eldiario.es, permite que Defensa pueda rescindir el compromiso, aunque esté en vigor, si los médicos militares consideran que el evaluado no reúne las condiciones psicofísicas necesarias para el servicio.

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