El debate del agua privatizada ya empapa la futura campaña electoral
Es innegable que la gestión del agua siempre ha sido un tema comprometido electoralmente: lo saben en las comunidades del Levante donde trasvases, desaladoras, precios y canales de riego han movido votos a una y otra orilla. Siempre se hablaba de ríos. Ahora es el agua del grifo el que quiere jugar un papel importante en este intenso año electoral: el posicionamiento de los partidos sobre una gestión pública de la red de abastecimiento y saneamiento ciudadano sumará o restará votos. Y las diferentes siglas electorales son conscientes de ello.
El órdago lo ha lanzado Iniciativa Agua 2015, que ha promovido un pacto por el agua pública y ha pedido a las formaciones que se adhieran. El movimiento arrancó de la sociedad civil andaluza, se lanzó en Murcia en octubre, ha pasado también por Castilla La Mancha, se está debatiendo en Cataluña y ha logrado apoyos en Guipúzcoa. Ahora llega a Madrid, donde los últimos movimientos financieros hacen temer un avance de la privatización del Canal de Isabel II.
El empuje “ya no es ciudadano sino político. Queremos que quienes probablemente tengan peso en la próxima legislatura se comprometan a paralizar el proceso iniciado en el Canal”, sostiene Raquel García, de la Plataforma Contra la Privatización del Canal de Isabel II. PSOE, Izquierda Unida, Equo, Podemos y Ganemos Madrid han firmado el acuerdo, que ha sido presentado este martes. UPyD decidió sumarse a última hora, a pesar de que admiten no estar de acuerdo con todos los puntos.
“Hay que buscar la interacción del sector público y del privado”. Es la postura del Partido Popular y la dejó claramente expuesta el exministro Miguel Arias Cañete hace más de dos años en el Foro Mundial de Agua, celebrado en Marsella.
“Lo que pretende el PP es convertir el agua en un negocio, con los riesgos que eso implica, no sólo para las necesidades básicas, sino también en materia de sostenibilidad. La gestión pública es fundamental y debe estar en la agenda pública. Espero que, vistos los riesgos de privatizaciones en materias esenciales como la Sanidad y la Educación, se tome buena nota” explica la coportavoz de Equo en Madrid Inés Sabanés.
El aumento del precio del agua, los cortes por impagos que bien podrían tildarse como desahucios y la privatización de un servicio esencial para la vida, además de un derecho humano corroborado por Naciones Unidas en 2010, han provocado una preocupación cada vez mayor por la gestión de este bien común.
Gran articulación europea
El movimiento por el agua pública es uno de los mejor articulados en el ámbito europeo, como pudo comprobarse en el último Foro Social Europeo celebrado en Florencia hace dos años y también con el éxito de la primera Iniciativa Ciudadana Europea, que logró casi dos millones de firmas. El reto ahora es que esa articulación fluya hacia abajo. “Hasta ahora el tema del agua está siendo algo secundario, no somos como la Marea Blanca o la Marea Verde, pues no existe mucha conciencia de lo que significa que privaticen el agua, de lo que significa que privaticen un derecho humano”, reconoce García, trabajadora también del Canal. Añade que esta iniciativa y su aprobación en Madrid “van a generar un antes y un después”.
Poco a poco, la Marea Azul por el agua pública se ha hecho visible en diferentes puntos del país. Ha cosechado victorias, pero siempre a la estela de un amago real de control privado. “Nunca antes había habido una amenaza tan fuerte y es un asunto que hay que defender. No hay que olvidar que ha habido una gran respuesta ciudadana”, recuerda Guillermo Zapata, de Ganemos Madrid.
El camino comenzó a transitarse en 2012. En marzo de ese año, una gran consulta ciudadana dijo 'no' a la privatización del Canal de Isabel II: fue la respuesta de cerca de 165.000 personas, el 98,5% de quienes participaron. “Fue una de las primeras grandes movilizaciones y ha servido de ejemplo; con el agua hemos aprendido cómo se deben hacer las cosas. El problema puede ser algo menos visible que el de la Sanidad porque vas al hospital y hay muchas colas o listas de espera, mientras que el agua del grifo sigue corriendo, pero la defensa de este colectivo ha sido ejemplar. Y no ha habido un respaldo institucional que haya recogido esa demanda ciudadana”, añade Zapata.
Por eso ahora, logrado el apoyo social, el objetivo es ir más allá: aunar esfuerzos y que el vital líquido entre de lleno en el debate político de las elecciones, es decir, conseguir pactos y compromisos. “Desde Madrid vamos a proponer que vaya a los programas electorales y a las propuestas tanto autonómicas como generales. Es fundamental, no se puede hablar de un programa de gobierno sin hablar del agua pública”, sostiene Jesús Montero, de Podemos Madrid.
“Esto va calando. Estamos muy contentos porque ha crecido como una bola de nieve. Queremos meter la gestión pública en la agenda política, pero haciendo una revisión de ese modelo público para que sea eficiente, transparente y democrático”, remarca Luis Babiano, gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), una de las organizaciones impulsoras del pacto.
Creación de un Observatorio del Agua
El Acuerdo por la Gestión Pública en la Comunidad de Madrid tiene nueve puntos: recuperación de la gestión no mercantil y 100% pública del Canal de Isabel II; establecer un modelo cooperativo que refuerce el papel de los ayuntamientos; garantía de una dotación mínima de suministro y una política tarifaria; establecimiento de indicadores públicos de gestión y calidad; apuesta por el uso sostenible; establecimiento de una política de recursos humanos con derechos y condiciones laborales justas; promoción de la imbricación del Canal en la sociedad mediante la colaboración con universidades, colegios, ayuntamientos e instituciones; derogación de la llamada 'ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local' (“que fomenta la privatización de los servicios municipales”, según el comunicado hecho público).
Podemos Madrid destaca el noveno punto como un “interesante factor de innovación política”. Se trata de la creación de un órgano de participación social y ciudadana denominado Observatorio del Agua que garantice la pluralidad, la transparencia, la información y la participación ciudadana.
¿Y después qué? “Luego habrá que crear mecanismos de supervisión de los pactos y empezar a hablar de otros servicios públicos, como puede ser la recogida de basuras; es decir, crear un pacto que tenga un diseño de mínimos”, añade Babiano.
El PSOE también mete el agua en su discurso
“La primera tarea del agua es rejuvenecer incesantemente a este viejo mundo”, dijo el pasado viernes el naturalista Joaquín Araujo, Premio Nacional de Medio Ambiente, en la Asamblea de Madrid, donde se celebró la jornada 'La gestión pública del agua y el Canal de Isabel II'. El secretario general del PSOE en Madrid, Tomás Gómez, aprovechó este acto para recordar que “el Canal de Isabel II debe ser una empresa pública estratégica para el desarrollo económico y la creación de empleo en la Comunidad de Madrid”.
A juicio de los socialistas, “debe jugar un papel esencial en la ordenación del territorio, en el equilibrio medioambiental y en la calidad de vida de los madrileños”. “La primera propiedad del agua es que no es ni debe ser propiedad de nadie. No el agua 'de' nadie sino el agua 'para' todos. Es más, el agua para todo y para todos. La preposición 'de' es aterradora porque acorrala, destroza y, por supuesto, privatiza”, describió Araujo.