Las chicas rinden más que los chicos... excepto en PISA
¿Por qué rinden más en los estudios las mujeres? ¿Tienen mejores actitudes y aptitudes para ello? ¿O es una cuestión cultural y social? Por un lado está la estadística, que dice, fría, que sacan mejores notas. Es un hecho. Por otro el conocimiento acumulado, que advierte de que los datos no entienden de matices y que la conclusión más evidente no tiene por qué ser la correcta.
“Verdaderamente no sabemos por qué. Sabemos que ocurre, que ya es algo. Es un tema muy nuevo y muy poco explorado”, resume Montserrat Grañeras, autora de la tesis Rendimiento en Educación según Patrones de Género por el centro de Gestión de la Calidad y el Cambio en la UPV.
Los datos, tozudos, muestran que las chicas superan a los chicos en todo el espectro educativo, desde Primaria hasta la Universidad, pasando por la ESO y el Bachillerato. En la Secundaria, el 80% de las jóvenes a las que correspondía por edad graduarse en 2012 lo consiguió. Sus compañeros varones se quedaron en el 69,9%. En Bachillerato las diferencias son aún más grandes: el 59% de mujeres consiguió el título frente a un 45,5% de hombres, según recoge la estadística de resultados académicos en Enseñanzas no Universitarias del curso 2011-2012 del Ministerio de Educación.
Es un ejemplo más de una circunstancia conocida. La cuestión en este asunto radica más en los porqués. El problema, que hay pocas respuestas. Grañeras, más que resolver dudas, plantea preguntas: “¿Procesamos la información de manera diferente? ¿Hay que seguir avanzando en cuestiones neurobiológicas o es cultural?”
Muchas teorías, pocas certezas
En la misma línea se expresa Sara de la Rica, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad del País Vasco e investigadora en la Fundación Fedea. De la Rica también sostiene que no se conocen con datos objetivos las razones de esta diferencia en el desempeño, pero hay teorías: “Hay muchas variables intangibles. Una teoría dice que las chicas maduran antes, esto lo sabemos. Se ponen más serias”.
Otra explicación es que las chicas han hecho una apuesta más reciente por la educación, y por tanto más firme. Los chicos siempre han tenido el camino claro: escuela y universidad. Ellas no, es más nuevo, y entonces ponen más esfuerzo. Hay explicaciones hasta del tipo anecdótico, como que a las chicas les gusta más el orden, etcétera, y entonces rinden más en este tipo de sistema“, cuenta. ”Hay gente, en general hombres, que arguyen que el sistema educativo es demasiado femenino“, cierra.
Juan Antonio Planas, presidente de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE) es uno de ellos. “La profesión docente es cada vez más femenina y los valores [que priman en las aulas] van en esta línea”, se explica. No es la única razón que este orientador en el IES Tiempos Modernos de Zaragoza encuentra para explicar esta diferencia de rendimiento.
Planas alude también a la precocidad en el desarrollo cerebral por parte de las mujeres. “En ciertas edades, se establece hasta un año de diferencia (en el desarrollo del cerebro). Hay áreas más relacionadas con el desempeño escolar, y las chicas se adaptan mejor. Además, las mujeres son capaces de aprender más por lo auditivo y los chicos por lo visual, y en los centros muchas instrucciones son auditivas”, argumenta.
Pero el mayor rendimiento femenino también incluye la universidad, donde estos factores ya no serían aplicables. En la última etapa del sistema educativo las mujeres no sólo tienen una mayor presencia (59,1% frente al 40,9%) sino que obtienen mejores notas medias. Ellas obtienen un 7,04 frente a un 6,94 de ellos, según datos del Sistema Universitario Español. La situación se repite en las carreras más técnicas, donde aunque la presencia de las mujeres es menor, siguen obteniendo mejores calificaciones que sus compañeros.
Sólo hay dos aspectos –registrados al menos– en el que las mujeres rindan peor académicamente que los hombres en España. Uno es la excelencia educativa, el nivel más alto. “Aunque el porcentaje de estudiantes excelentes es bajo, hay más chicos que chicas”, explica De la Rica.
La excepción a la regla
El otro es, dentro de la prueba de PISA, la parte de Matemáticas. “Y es un dato importante. Todo lo que tiene que ver con las Matemáticas luego dirige a carreras técnicas y a puestos de trabajo más cualificados”, valora la investigadora de Fedea. “Por eso luego no hay presencia femenina en ese tipo de puestos de trabajo”.
Exactamente la misma idea que lanza Grañeras. Aunque las respuestas no van mucho más allá. “No sólo se trata del rendimiento”, matiza. “Hay diferencias también en el aspecto actitudinal. La actitud de las chicas a priori respecto a las matemáticas es diferente que la de los chicos”, añade. Con las consecuencias mencionadas.
De la Rica realizó un estudio que publicó Fedea en el que se explica que hay dos corrientes que tratan de explicar esta diferencia de rendimiento en matemáticas. Por un lado están los que recalcan que principalmente son resultado de las diferencias biológicas y por otro los que destacan la importancia de las desigualdades de género culturales y sociales.
La investigadora destaca la importancia del tipo de educación que se recibe en casa. “En España, por ejemplo, que la madre trabaje mejora mucho el rendimiento de la chica, pero no del chico”, explica. El ejemplo –y seguramente la exigencia– de una madre con un empleo puede ser determinante, según sus datos. “Parece que hay un tema cultural ahí, una especie de norma que dice que no es tan importante que las chicas vayan a estos trabajos [relacionados con estudios técnicos]. Pero luego ves los países nórdicos, ejemplos de igualdad, y las chicas los hacen igual que los chicos. De ahí puede venir esta diferencia”, explica.
A este respecto, hay estudios internacionales que defienden que este aspecto está directamente relacionado con la igualdad. Esto es, las diferencias en el desempeño matemático entre chicos y chicas es menor cuanto mayor es el grado de igualdad del país.
Una de las cuestiones clásicas que surgen cuando se estudia el rendimiento por género es la segregación en las aulas, un tema que en España está de cierta actualidad por su polémica inclusión en la LOMCE. ¿Rinden mejor chicos y chicas por separado?
Como ocurre con casi todo en Educación, hay quien piensa que sí y quien piensa que no. Los expertos sostienen que no hay evidencia que respalde una u otra tesis con carácter definitivo. Un trabajo de Antonio Ciccone y Walter García Cortés, recogido en el mismo estudio de Fedea, destaca que “los niños tienden a obtener mejores resultados académicos cuando la proporción de niñas en su cohorte de edad es mayor. Por el otro lado, el rendimiento académico de niñas no varía de manera estadísticamente significativa con la proporción de niñas en su cohorte de edad”.
Sin embargo, relativo a este tema hay literatura para todos los gustos. De la Rica cree que, aunque la hubiera, la pérdida de rendimiento es más que asumible. “Para el rendimiento personal, es mejor que estemos juntos lo más pronto posible, el mundo es mixto y esto nos enseña a convivir con el otro sexo desde el primer momento. Si tiene una pequeña pérdida académica, no lo sé, pero sí tendrá una gran ganancia personal”, zanja.