Los científicos rechazan en la calle la reducción en un 36% de los recursos en investigación desde 2009
En unas horas se celebra la Noche de los Investigadores, pero los profesionales de la ciencia tienen pocos motivos para festejarla. Esta tarde, la Marea Roja ha salido a la calle para rechazar el expolio al que Gobierno está sometiendo a las partidas destinadas a I+D+i. Según un estudio del Área Europea de Investigación que abarca el período entre 2007 y 2011, España ocupa el puesto 22 de los 28 estados miembros en gasto público en investigación. En los laboratorios, estas cifras se traducen en una reducción del 36% de los recursos destinados a ciencia en los últimos cinco años, según los convocantes, y 4.000 investigadores menos de los 13.500 que forman la plantilla en el CSIC.
Solo el año pasado, el buque insignia de la investigación pública en España perdió 1.100 profesionales. Unos recortes que han impactado especialmente en el personal más joven que no había hecho más que comenzar su carrera en la ciencia y que, ya en este primer estadio, se ven obligados a probar suerte en países con apuestas más sólidas por la investigación.
Las condiciones precarias de los que logran dedicarse profesionalmente a la investigación científica, además, funciona como un revulsivo para las generaciones venideras. Según la encuesta sobre percepción social realizada por Fecyt a lo largo de la última década, aunque la mayoría de los jóvenes en España creen que la profesión de investigador compensa, reconocen que ni está bien pagada ni cuenta con el suficiente reconocimiento social.
El gasto total en I+D en España fue en 2012 de 13.392 millones de euros. O, lo que es lo mismo, un 1,30% del PIB. Con este panorama, parece poco probable alcanzar el objetivo marcado desde la UE de destinar antes de 2020 un 3% del PIB a estos presupuestos. Para lograrlo, el Ejecutivo tiene en marcha dos herramientas –la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020 y el Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2013-2016– que definen un marco general, en el primer caso, y actuaciones más concretas, en el segundo, para organizar el sistema I+D en estos próximos años. Desde la comunidad científica, aunque se reconocen algunos esfuerzos del Gobierno en la elaboración de estas propuestas, la preocupación prioritaria sigue siendo el dinero que se va a dedicar a estas políticas.
En las universidades, los números tampoco salen. Entre 2011 y 2013, el presupuesto a nivel estatal en I+D para las universidades ha pasado de 348.686.166 euros a 158.622.269 euros, lo que supone un recorte global de 190.063.904 euros. Es decir, un porcentaje del 55%, según una respuesta parlamentaria enviada por el Gobierno al diputado del PSOE por Málaga, Miguel Ángel Heredia.
En la Complutense de Madrid, entre otros centros universitarios, se teme que los recortes provoquen la extinción de los grupos de investigación de segundo nivel que, con la situación actual se ven obligados a “trabajar a ritmos más lentos y a duras penas pueden asistir a congresos internacionales para presentar sus avances”. Así lo explicaba Francisco Tirado, vicerrector de Investigación en la UCM en conversación con eldiario.es.
En esta universidad, considerada un referente de la investigación en España, hay hoy al menos 200 personas menos contratadas para desarrollar proyectos que en 2008: si entonces se contaban más de 1.000, en la actualidad la cifra fluctúa entre los 600 y los 800 profesionales.
Con consignas similares, científicos de otros países europeos, como Francia e Italia, también han empujado esta tarde en la calle contra la tijera en ciencia. Es solo el inicio de una serie de marchas que están convocadas hasta el 17 de octubre, un día antes de la convocatoria europea contra los recortes en la investigación.