“Me hice activista después de que la policía me parara solo por ser negro”
Moha Gerehou, un oscense cuyos orígenes se extienden hasta Gambia, es el nuevo presidente de SOS Racismo Madrid, una asociación que cuenta con 23 años de historia, los mismos que los de su nueva cabeza visible, el líder más joven que ha tenido este colectivo. Combina esta labor con su trabajo de periodista de la sección de Economía de eldiario.es.
¿Por qué decidiste hacerte activista antirracista?
Empecé a participar después de que la Policía me parara en la universidad por el hecho de ser negro. No era la primera vez, pero esa fue la más descarada. Íbamos un amigo de piel un poco oscura y yo por la calle y nos pidieron la documentación. Cuando vieron que teníamos DNI español nos preguntaron si llevábamos droga. Les dijimos que no y sin cachearnos ni comprobarlo se fueron. A partir de ahí decidí hacer algo, no puede ser que me estén parando solo por mi aspecto.
Eres el presidente más joven que ha tenido la asociación, ¿las generaciones más jóvenes están más concienciadas contra el racismo?
Sí. Yo lo comparo con la generación de mis padres que, por ejemplo, cuando sufrían redadas racistas simplemente lo dejaban pasar y decían “es lo normal”. Pero ahora hay una segunda generación que se opone y cuando la gente sufre redadas racistas lo intenta denunciar de un modo u otro. De una generación a otra ha habido un cambio a mejor.
¿Cuáles son los retos actuales a los que se enfrenta la asociación?
Hay varias líneas de acción. Nos organizamos en distintas comisiones y una de las más importantes es la Comisión de CIE (Centros de Internamiento de Extranjeros). Evidentemente nuestro objetivo final es que estos centros cierren pero mientras tanto tenemos que ir consiguiendo pasos para que al menos las condiciones en estos centros mejoren. Por otro lado, también está el tema de las identificaciones policiales, sobre todo las macrorredadas racistas. Además, este año estamos incidiendo especialmente en las deportaciones exprés que se producen cuando, tras la identificación policial, las personas pasan directamente a ser deportadas sin que tan siquiera pasen por el CIE. Luego, en la parte comunicativa, queremos modernizarnos más. Tenemos cierta presencia en redes sociales pero queremos potenciarla. Y también queremos hacer más campañas de sensibilización para fomentar el debate social.
En febrero, SOS Racismo abrió una plataforma para denunciar los 'microrracismos'. ¿En qué consisten?
Podemos hacer una división entre un racismo institucional y otro social. El racismo institucional son medidas como la negación al acceso a la sanidad para los inmigrantes irregulares o la actual medida que impide a los menores extranjeros jugar al fútbol. Sin embargo, cuando hablamos del racismo social, hablamos de acciones más cotidianas que muchas veces pasan desapercibidas pero que, sin embargo, son racistas. Van desde un titular de un medio de comunicación que resalta la nacionalidad solo cuando los protagonistas de la noticia son extranjeros, a expresiones del tipo “eso es un trabajo de negros” que tienen que desaparecer por la connotación racista que tienen. Muchas veces son acciones que no se hacen con ningún tipo de intención racista pero que se han normalizado. Nosotros queremos que la gente sea capaz de verlo, de denunciarlo y de darle de visibilidad.
¿Te acercaste a ver la manifestación del grupo neonazi Hogar Social Madrid del pasado mes?
Sí, y lo que más me llamó la atención es que había nazis con un aspecto poco reconocible, y eso es preocupante. Su aspecto ahora es, entre comillas, normal. Me puse cerca de la Policía, así que ni me agredieron ni me amenazaron. Hogar Social en Madrid está canalizando ese brote de extrema derecha que es más visible en otros países. Nosotros entendemos que hay cierta libertad de reunión y libertad de expresión en la sociedad, pero también entendemos que, al igual que no se concibe que se pueda dar una manifestación que incite al terrorismo, tampoco debería darse una manifestación que incite al racismo o la xenofobia porque está atacando directamente principios básicos de los derechos humanos.
En Holanda o Austria han repuntado los partidos políticos ultraderechistas. ¿Requiere la lucha racista un mayor esfuerzo que nunca?partidos políticos ultraderechistas.
Entendemos que la lucha contra estos partidos o grupos de extrema derecha ha de ser una lucha de la sociedad en su conjunto. No puede ser solo de los colectivos antirracistas como SOS Racismo, tiene que ser una respuesta de toda la sociedad porque es algo que afecta a los derechos humanos. Es un deber atacar el racismo desde la sociedad en su conjunto.
¿Cómo se vive desde SOS Racismo el drama de los refugiados?
Hemos detectado en las redes sociales donde constantemente se relaciona a los refugiados con terroristas y se emiten mensajes que demuestran cómo ha crecido la islamofobia. Queremos combatir esos mensajes de odio, principalmente en las redes sociales y que la sociedad sea capaz de atajar este problema.
¿Hay una actitud diferenciada hacia los refugiados y los migrantes que llevan décadas viniendo a nuestro país?
Sí. Socialmente se ha dividido a los refugiados como “buenos” y al resto de migrantes como “malos”. Muchas veces, personas que vienen del África subsahariana, que es la que más se ha visibilizado en negativo, huyen de países que están en guerra o en situaciones insoportables y también se merecen asilo político pero a ellos directamente no se les abre ninguna vía para que puedan obtenerlo. Sin embargo, los refugiados, especialmente cuando provienen de Siria, son más atendidos y se empatiza más con su situación. No se puede hacer esa discriminación por nacionalidad.
De cara a las próximas elecciones, ¿qué actitud ves en los partidos políticos ante el racismo?
Con el tema de la inmigración ha habido cierto retroceso, en la valla de Melilla hemos registrado violaciones contra los derechos humanos constantemente. No hay una conciencia colectiva y la clase política no está tomando las medidas que debería tomar. El cierre de los CIE, el desarrollo de una ley contra la discriminación, la creación de vías seguras de acceso para los migrantes o la solicitud de asilo desde el propio país de origen son algunas de nuestras propuestas. El auge de políticas de extrema derecha está calando y puede ir a más. Hay que estar alerta, porque la situación puede ir a peor y tenemos que pararlo a tiempo.