“Excluir a las personas con discapacidad del conocimiento científico puede convertirlas en personas dependientes”
Ciencia inclusiva. La diversidad funcional se ha traducido, también, en una exclusión del conocimiento. A pesar de que la divulgación se ha venido multiplicando, la información científica sigue siendo de difícil acceso para grandes colectivos.
El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Miguel Gómez, asegura que “hay que convencer a los científicos de la necesidad de hacer más divulgación y de que ésta se más inclusiva”. Gómez preside Ciencia sin Barreras, un asociación de investigadores de varias universidades españolas que pretende hacer que la divulgación sea más inclusiva y esté más adaptada.
Para este profesor, hacer que las personas diversas tengan herramientas con las que avanzar en su conocimiento es evitar que terminen siendo sujetos dependientes. Es una vía hacia la autonomía. “Los divulgadores científicos tienen que salir de su zona de confort e ir a buscar al público, en lugar de esperar a que el público venga”, reclama.
¿Por qué es importante hacer divulgación inclusiva?
Hemos observado que uno de los efectos de la exclusión social de las personas con discapacidad es que también se les impide el acceso al conocimiento y se minusvaloran sus capacidades, lo que termina generando personas subsidiarias y dependientes. Mientras más conocimiento tenemos más libres somos, tenemos más posibilidades a la hora de tomar decisiones y, en definitiva, más posibilidades de estar integrados en la sociedad.
Pero eso es aplicable a todas las personas, no solo a las que tienen diversidad funcional
Por supuesto, a nosotros no solo nos preocupan las personas con diversidad funcional, sino también aquellas personas que tienen dificultades de acceso a contenidos científicos, ya que hay toda una serie de colectivos que no lo tienen fácil para acceder a este tipo de información, ya sea porque viven en medio rural, porque están en prisión, etc.
No es solo un problema relacionado con la discapacidad, sino de falta de acceso al conocimiento. Nuestro objetivo final es ser capaces de diseñar actividades de divulgación inclusivas y que puedan valer tanto para llevarlas a un colegio de primaria, a una prisión o a un público con alguna diversidad funcional. Además, es curioso como, en ocasiones, el público que no tiene una discapacidad reconocida termina descubriendo que las adaptaciones que se han hecho en una actividad también le resultan beneficiosas.
Por lo que dice, la inclusión del conocimiento está algo olvidada.
Ciencias sin Barreras nació porque un grupo de personas vimos que existía un hueco que apenas se cubría. Nos dimos cuenta de que en muchas de las actividades de divulgación que se organizan no se suele tener en cuenta a las personas con diversidad funcional o a las que tienen problemas de acceso a los contenidos, ya sea por una discapacidad o por otro tipo de problemas. Además, veíamos que se hacían actividades adaptadas o inclusivas en el campo del ocio, pero no en el de la información y la divulgación científica.
¿Y cómo se llena ese hueco?
La asociación funciona de dos maneras, dando soporte a proyectos que piden investigadores individualmente y proponiendo sus propios proyectos. Por ejemplo, hemos conseguido financiación de la Universidad Complutense y también de instituciones europeas como la Sociedad Geológica de Londres y la Unión Europea de Geociencias.
¿Para qué tipo de proyectos?
Ahora mismo tenemos dos proyectos de innovación educativa financiados por la Universidad Complutense que son Geodivulgar y I am able. Este último es un proyecto de divulgación de química que está dirigido a personas con discapacidad intelectual y que se lleva a cabo en centros de educación especial, donde se hacen diversas actividades. Geodivulgar es un proyecto más amplio dentro del campo de la geología y tiene un parte que se llama Geología para Todos, que se dedica a hacer todo tipo de actividades diseñadas para que puedan participar personas con diversidad funcional.
El proyecto financiado por la Sociedad Geológica de Londres consistió en realizar excursiones sobre geología para personas sordociegas. Mientras que el que subvencionó la Unión Europea de Geociencias era un proyecto similar orientado a personas con algún tipo de discapacidad visual.
También está In Space, que es una iniciativa que parte de investigadores de la Agencia Espacial Europea y en la que nosotros participamos o Astronomía Accesible, un proyecto cuyo objetivo es hacer actividades de divulgación de astronomía para personas con baja visión o ceguera.
¿Cómo se desarrolla un proyecto de este tipo?
Como cualquier proyecto de divulgación, hay que tener en cuenta las necesidades del público, da igual que sean personas con sordoceguera o que no tengan ningún tipo de discapacidad reconocida. Muchas veces en las actividades de divulgación se pretende que sea el público el que se adapte a la actividad y no al revés. Hay un lema en el foro europeo de discapacidad que dice ‘nada para nosotros sin nosotros’, porque muchas veces cuando se preparan actividades para estos colectivos, se hace sin tener en cuenta a las personas que lo van a recibir.
En ocasiones se critica a los divulgadores por no tratar de llegar a otro tipo de público ¿también es de esa opinión?
Es obvio que para realizar cualquier actividad tiene que haber una persona que quiera realizarla y otra que quiera asistir. Pero también es cierto que a veces los divulgadores nos tenemos que salir de los canales habituales para tratar de llegar al mayor número de gente posible. En el caso de la diversidad funcional está claro que muchas veces el propio canal de comunicación puede resultar un problema. Por ejemplo, si hablamos de personas con sordoceguera, si no vamos a buscarlas difícilmente se van a enterar de que existe una oferta. Algo que tenemos claro en la asociación es que los divulgadores científicos tienen que salir de su zona de confort e ir a buscar al público, en lugar de esperar a que el público venga a nosotros.
¿No cree que en España cada día se hace más divulgación de calidad?
Sí, eso es cierto, pero sigue sin haber un reconocimiento por parte de la administración y sigue siendo una actividad que no está bien reconocida en el ámbito científico. Creo que hay que hacer un llamamiento a los científicos, porque necesitamos que se conciencien no solo de la necesidad de la divulgación, sino también de la obligatoriedad de la divulgación.
¿Crees que la divulgación debería ser obligatoria?
En cierta medida, porque debemos tener en cuenta que el trabajo de los científicos está financiado mayoritariamente con fondos públicos, de forma que la sociedad tiene todo el derecho a saber qué se está haciendo con su dinero. Además, si los científicos queremos que la ciencia ocupe un lugar importante en la sociedad, tenemos que explicar qué es lo que hacemos. Por supuesto, para eso los organismos reguladores y las instituciones se tienen que dar cuenta de que si no se valora la divulgación, es menos probable que los científicos dediquen su tiempo a dedicarse a ello.