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Así funciona el servicio de comida a domicilio de Carmena para niños sin recursos

Carolina Martínez / Alejandro Navarro Bustamante

Una de las promesas de Manuela Carmena durante la campaña electoral fue acabar con la malnutrición infantil en la capital. Para ello, prometió la apertura de los comedores escolares en verano. Este plan no se llevó a cabo “por falta de tiempo” tras la incorporación en junio del nuevo gobierno municipal. Lo que éste ha hecho es ampliar el plan aprobado por el antiguo gobierno de Ana Botella el verano pasado. Se trata de un servicio de comida a domicilio para niños sin recursos en los que una empresa contratada por el ayuntamiento acerca a los hogares de los menores menús para garantizar que coman y que lo hagan de manera equilibrada.

El compromiso de Carmena fue un aumento de la franja de edad de los destinatarios, que el año pasado estaba entre los 3 y los 14 años, y que este verano alcanza hasta los de 18. El segundo, la ampliación al servicio de cenas.

La alcaldesa marcó un aumento presupuestario que superaba en 130.000 euros la inversión del año anterior. Este presupuesto pasaría de 258.000 euros a 388.500. Un techo para la partida que nunca se ha hecho efectivo. Finalmente, el Ayuntamiento ha decidido quitarle el techo presupuestario al proyecto y que todo el que solicite el servicio lo tenga. De esta manera, hasta que el servicio de 'catering' no finalice el próximo 10 de septiembre, y los niños no regresen al colegio, no habrá manera de saber cuanto dinero total se ha invertido. 

Los servicios sociales han diseñado una dieta que ofrece 13 alternativas distintas que se adaptan a las necesidades de cada menor. Entre ellas hay opciones para celíacos, para intolerantes o sin cerdo, como ha podido comprobar eldiario.es en una visita al centro logístico desde donde salen los menús.

Estos menús cubren entre el 60 y el 70% de las necesidades energéticas de los niños si éstos hacen las dos comidas principales a cargo del Ayuntamiento de Madrid. Una comida que cuesta 3,87 euros al consistorio y que consta de un primer plato que incluye verduras o legumbres, un segundo con carne o pescado, yogur y postre.

Hasta el momento, 2.117 niños han solicitado la ayuda local para comer, de los cuales 146 también reciben menú de cena. Esta cifra podrá variar dependiendo de las necesidades de las familias, que pueden seguir solicitando o cancelar la ayuda alimentaria hasta el 10 de septiembre, fecha en la que empieza el curso escolar y se reanudan las becas de comedor.

“Los solicitantes de las ayudas son familias muy jóvenes o monoparentales que no tienen medios económicos o con ingresos muy bajos. Suelen ser perceptores de la renta mínima de inserción”, explica la trabajadora social del Ayuntamiento de Madrid Mar Barberán, que concreta que se trata de familias grandes con una media de tres hijos cada una. Y recalca que “aunque el plan se dirige a menores de entre 3 y 18 años, también atendemos a niños más pequeños que lo necesiten y les adaptamos la dieta a sus necesidades”.

“Hay familias en todos los distritos, y hay que puntualizar que los servicios sociales del Ayuntamiento no son el único servicio al que la gente acude”, explica la trabajadora municipal, que recalca que es muy difícil contabilizar a la gente que necesita este tipo de ayudas porque no todos acuden a ellos. “Muchos solicitan ayuda a una o varias ONG y esto complica el recuento”, apunta Barberán, que señala a la ayuda de estas organizaciones como una posible causa por las que en el distrito de Ciudad Lineal no se haya solicitado comida para ningún niño

Así reparte el Ayuntamiento la comida a domicilio

Fuente: Ayuntamiento de Madrid | gráfico: Belén Picazo

 

Reparto y control de comidas

El reparto de la comida se hace tres veces a la semana. En un horario de 9 a 14 horas de la mañana dependiendo del distrito en el que esté el menor. Un auxiliar de intervención encargado de comprobar que los alimentos se estén consumiendo y conservando adecuadamente, se encarga tanto de la distribución de los alimentos como del análisis del consumo y la conservación de los menús, así como de alertar al trabajador social del distrito de cualquier tipo de problema que pueda detectar en el hogar.

Desde el Consistorio, a través de un convenio con las empresas encargadas de la elaboración y distribución de las comidas, se encargan también de que las familias tengan los medios necesarios para la conservación y preparación de esta comida, que puede perdurar hasta 10 días en el frigorífico sin estropearse. “No todas las familias tiene frigorífico o microondas, así que en el acuerdo con la empresa se pacta que ésta prestará a aquellos que lo necesiten los electrodomésticos necesarios”, explica la trabajadora del Ayuntamiento María del Mar Beltrán, quien puntualiza que “este año se han dejado siete frigoríficos y 63 microondas que se deberán devolver a la empresa cuando acabe el servicio”.

El objetivo es evitar la estigmatización del menor

Aunque fuentes del Ayuntamiento aseguran que han llevado a cabo esta medida por falta de tiempo y que el año que viene se plantean hacerlo de otra manera, nadie se atreve a especificar cuál es la medida más adecuada para combatir este problema.

La nueva alcaldesa, en unas declaraciones en las que explicaba el proyecto el pasado junio, señaló que “el llevar a cabo los catering a las propias familias quizá sea menos estigmatizante”, comparando este método con la apertura de comedores escolares durante el verano.

Pero desde el Consejo General del Trabajo Social tampoco creen que éste sea el modo más apropiado para combatir la malnutrición infantil en la época estival. “Para nosotros la medida ideal es darle una  ayuda económica a las familias que se destine a la cobertura de las necesidades primarias, dentro de las cuales la primera es la alimentación”, explica la directora del Consejo, Ana Isabel Lima, quien defiende que darles a las familias “todo hecho es menos educativo”, y que debería estudiarse la opción de a través de vales de comida cada familia hiciese la compra y gestionase su propia alimentación.

Carmena también prometió un mapa de la pobreza

En pleno debate sobre la mejor forma de acabar con la malnutrición infantil, la alcaldesa Manuela Carmena prometió la elaboración de un mapa que reflejase la situación de la pobreza en Madrid, en le que los datos del Ayuntamiento se cruzasen con los de las distintas asociaciones para dar una visión real de la situación de la capital y combatir los problemas causados por la falta de información fiable.

Fuentes del Ayuntamiento aseguran que los sociólogos municipales ya están trabajando para recopilar estos datos, aunque todavía no se hayan puesto en contacto con las distintas organizaciones que tratan la problemática para contrastar o pedir datos que amplíen su información.

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