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“Me piden once meses de cárcel por intentar parar el desahucio de una anciana”

Atanás fue detenido durante el desahucio de Carmen Martínez en 2014

Marta Borraz

A Atanás Tutunarov la Fiscalía le pide once meses de cárcel por haber cometido un presunto atentado contra la autoridad con una falta de lesiones en un desahucio. Aquella mañana del pasado 21 de noviembre de 2014, Atanás se encontraba, como en muchas otras ocasiones, junto a otros activistas antidesahucios, intentando frenar el desalojo de Carmen Martínez, vecina del madrileño barrio de Vallecas que se convirtió en un símbolo de la desesperación y la angustia que supone perder la vivienda gracias a una foto de Andrés Kudacki.

Esta anciana, que tenía entonces 85 años, se vio obligada a abandonar la que había sido su casa durante 50 años por avalar con ella un préstamo de su hijo con condiciones desfavorables que finalmente no pudo devolver. La PAH consiguió paralizar el primer intento de desahucio, pero no el segundo y definitivo. La foto de Carmen, llorando junto a su cama, recorrió las páginas de todos los periódicos e inundó las redes sociales. Su caso desató una ola de solidaridad que incluso involucró al equipo de fútbol Rayo Vallecano, que se comprometió a pagarle un alquiler y aportó una gran cantidad de dinero a la cuenta bancaria habilitada para ayudar a la anciana.

Mientras, Atanás estaba siendo detenido por varios agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), que participaban de un gran despliegue policial. Los hechos ocurrieron una vez terminado el desahucio. Según la declaración de la policía, ese día Atanás propinó un empujón a uno de los agentes, comenzó “un forcejeo con los funcionarios presentando una resistencia contumaz y activa” y agarró por la muñeca a otro de los agentes.

“Es absolutamente mentira, fueron ellos mismos los que me pegaron a mí”, cuenta a eldiario.es Atanás, que será juzgado este mismo jueves. Él y otras cuatro personas se introdujeron en el patio interior de acceso a la vivienda de Carmen para subir al piso “y ayudarle a recoger sus cosas”. Fue entonces cuando un policía les impidió el paso, como relatan los agentes, y solicitó el apoyo de otro. Los dos a los que Atanás supuestamente agredió.

“Este último llegó y directamente dijo señalándome a mí 'este a los calabozos', yo pregunté por qué y contestó 'por payaso' y me dio un puñetazo en la boca”, explica. De hecho, cuenta con un parte médico al que ha tenido acceso eldiario.es, en el que un médico del servicio de urgencias del Hospital Universitario Infanta Leonor diagnostica a Atanás la rotura parcial de un diente, erosiones en las rodillas y una contusión en el pie derecho.

Estas lesiones, cuenta, “me las infligen los dos, que me arrastran hacia detrás de una esquina y comienzan a insultarme y a pegarme patadas por detrás”. Al poco rato, Atanás fue trasladado a los calabozos de la comisaría de Vallecas, donde estuvo retenido unas seis horas “negándome la asistencia sanitaria”, hasta que “tras mucho insistir, me llevaron al centro de salud, que me derivó al hospital”, recuerda.

Cuando Atanás sale de comisaría y recupera su teléfono móvil se da cuenta de que la mayoría de las fotos que ha estado haciendo durante el desahucio de Carmen han sido borradas. Poco después, decidió poner una denuncia contra los policías por lesiones, pero fue archivada, según le comunicaron, porque no era posible identificar a los agentes. “Aquel día, más de la mitad no llevaban placa identificativa”, sostiene.

“Fue una tómbola”

Atanás, que se implicó en la lucha contra los desahucios en 2013, cuando estuvo a punto de perder su casa, asegura que si le declaran culpable recurrirá la sentencia. “Fui a intentar ayudar a una persona mayor, no estaría conforme ni aunque me pusieran una multa de un euro”, declara. En su opinión, la policía le detuvo “como forma de asustar a la gente, para avisar de lo que te puede pasar si vas a un desahucio”. De hecho, asegura, “fue como una tómbola” y a las otras personas que estaban con él intentando acceder a la casa de Carmen no les detuvieron. “Me piden once meses por intentar parar un desahucio, pero podría haber sido cualquiera”.

A pesar de que sea declarado culpable no entrará en la cárcel porque no tiene antecedentes penales, pero el sufrimiento que ha vivido el último año le ha llevado a tener que tomar pastillas para poder dormir: “Soy incapaz con el miedo”. Atanás, que nació en Bulgaria, teme “que no me renueven la documentación por tener antecedentes, a pesar de que llevo 25 años aquí y vivo con mi hija”.

El desahucio de Carmen Martínez, que le conmovió especialmente, se convirtió también para él en un día señalado en el calendario. Sin embargo, no se arrepiente. “Ahora estoy orgulloso de lo que hice, de intentar ayudar a una persona mayor, de 85 años, que lleva toda su vida luchando por vivir con dignidad. ¿Si ahora no les ayudamos cuándo lo hacemos?”, se pregunta.

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