Cómo afecta el petróleo barato al medioambiente
El petróleo está barato. El precio de uno de los combustibles fósiles causante de buena parte del calentamiento global discurre por el fondo de la tabla histórica. En 2015 cayó un 24%. A petróleo más asequible, más uso de petróleo. Estas son las ventajas e inconvenientes para el medio ambiente de la caída del precio del crudo.
El petróleo más contaminante y dañino
El barril de petróleo a 30 dólares hace que cada uno de esos barriles sea menos rentable. Algunas de las nuevas técnicas para extraerlo del subsuelo, como el fracking o las arenas petrolíferas, son muy costosas así que se convierten en operaciones menos atractivas. El crudo mezclado con arenas bituminosas (tar sands) produce un combustible un 23% más contaminante. A día de hoy, los 2,3 millones de barriles que está produciendo Canadá se extraen “con una marcada pérdida”, ha analizado la consultora canadiense TD Securities. El precio de equilibrio para la petroleras está alrededor de los 44 dólares. La explotación de las arenas petrolíferas supone una amenaza clara al medio ambiente debido al método de extracción y las demandas que impone para su transporte. Además del riesgo de vertidos.
Algo parecido le pasa al petróleo escondido en yacimientos subterráneos de esquisto. El petróleo obtenido por fractura hidráulica (fracking) también tiene un alto coste a la hora de sacarlo ya que impone la aplicación de grandes cantidades de agua y el consumo intensivo de energía. En muchos casos cuesta más del doble de lo que se está vendiendo. La analista Openheimer & Co cree que “más de la mitad de los productores se enfrentan a la bancarrota con un precio por debajo de los 70 dólares”.
La organización Transport & Enviroment considera que “es bueno para el medio ambiente que el precio de producción sea bajo” para evitar que se insista en buscar, extraer y transportar este tipo de petróleo que consideran una seria amenaza ecológica. Sin embargo, el doctor en Ciencias Ambientales y experto en economía verde Ignasi Puig Ventosa contrapone que, aunque se frenen estas técnicas, “con menor precio habrá mayor demanda y mayor uso. Es difícil que, de manera global, se dé un efecto netamente positivo”.
Impuestos para restarle atractivo
Lo que sí parece evidente es que el crudo asequible puede traducirse en una multiplicación del automóvil privado. En este campo, Puig Ventosa ve una oportunidad para aprovechar el precio bajo y poner al día los impuestos verdes ligados a los combustibles. España recauda comparativamente poco por los hidrocarburos, vende barato: “Está a la cola de Europa, especialmente en lo que se refiere al gasóleo. Ahí hay mucho margen”. Estos impuestos gravan a quienes más consumen (quienes más contaminan) y pueden ser destinados a la protección de la naturaleza, recuperación de entornos degradados o gestión de una movilidad limpia.
Tanto con la gasolina como con el gasóleo, España tiene uno de los precios más altos antes de aplicarle los impuestos. Muy por encima de la media de la UE en ambos productos. Sin embargo, más de 20 estados los venden más caros una vez aplicados los impuestos. Las dificultades surgen al explicar que aumentar los impuestos “depende de la voluntad política”, dice Puig Ventosa quien no se muestra muy convencido de que esta posibilidad se haga efectiva.
Respecto al apoyo político que reciben los derivados del petróleo, la OCDE ha explicado que los Presupuestos Generales del Estado español dispensan un fuerte apoyo a los combustibles fósiles. Se hace, sobre todo, mediante exenciones fiscales. En su análisis sobre España de 2015, la organización contabilizó en 394 millones de euros estas exenciones para los hidrocarburos que se centran en la aviación y navegación comerciales y los ferrocarriles.
El enemigo de las renovables está en el carbón
Una de las partes perjudicadas por inundar el mercado con petróleo a 30 dólares el barril parecería, a primera vista, las fuentes de energía renovables. Los expertos de T&E no están de acuerdo, al menos para España. “Las renovables ya se han vuelto realmente muy rentables y sufren mucho menos la competencia del crudo barato”. Además, subrayan que “el petróleo se utiliza mayormente para el transporte y poco en la generación de energía”. Las amenazas fósiles en la producción de electricidad vienen, así, por otras vías.
Red Eléctrica Española avala esta visión en su Informe del Sistema Eléctrico Español 2015. La fuente de energía fósil más utilizada el año pasado fue el carbón (un 20,1% de toda la electricidad generada). Solo le supera la de origen nuclear (21,7%). En tercer lugar viene la eólica con un 19% todo el sistema peninsular. Desde luego, en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero, en 2015 el gran foco estuvo en el carbón: de los casi 75 millones de toneladas de CO lanzadas a la atmósfera por el sector eléctrico (descontando las islas), prácticamente más de 50 millones las emitieron las centrales alimentadas con mineral.