La Comunidad de Madrid expone a una niña con discapacidad a viajar sin cinturón de seguridad en la ruta escolar
Manuela recorre diariamente 19 kilómetros de ida y 19 de vuelta sin abrocharse el cinturón de seguridad. Tiene siete años, una discapacidad del 65% y la ruta escolar que la traslada a un colegio de educación especial no cuenta con este sistema de sujeción. “Padece trastornos del comportamiento con hiperactividad e impulsividad. Tiene una ausencia de percepción del peligro”, explica su madre.
Esta mujer se queja porque la adjudicación de ese transporte depende de la Comunidad de Madrid. Por lo tanto, no entiende que una administración pública se ciña al criterio económico, escogiendo la oferta más barata, sin tener en cuenta al realizar la convocatoria que estos alumnos presentan “diversas características: plurideficiencias, trastornos generalizados del desarrollo, discapacidad mental en distintos grados, motórica o visual”, según describe la propia web del centro.
Esta situación es legal, como asegura la Consejería de Educación a esta redacción. A pesar de esta contestación, a ella le parece una falta de “sentido común” que la normativa lo autorice. “Son niños que se mueven más de lo normal, se levantan y no siempre entienden aquello de quedarse quietos y sentados. Ante cualquier frenazo, pueden salir despedidos”, recuerda.
Más posibilidades de sufrir lesiones mortales
Un menor sin ningún tipo de retención multiplica por cinco las posibilidades de sufrir lesiones mortales, apunta la DGT. Además, según sus datos, actualmente más del 60% de este tipo de vehículos cuentan con este sistema de seguridad. En el vehículo que utiliza Manuela viajan 14 niños más, cinco de ellos en silla de ruedas, como figura en el pliego de condiciones de la licitación de este servicio. Los menores que tienen discapacidad motórica sí que están protegidos a través de anclajes que se enganchan a la silla.
La DGT y la asociación española de carroceros de autobuses (Ascabus) explican que está permitido que circulen autocares escolares sin cinturones, siempre y cuando se hayan matriculado antes de octubre del 2007. Los vehículos que estén registrados a partir de ese momento deberán contar con un sistema de protección, así lo establece la directiva europea 2005/40/CE. De acuerdo a la información que ha ido recabando la madre de Manuela, el minibús en el que se desplaza su hija fue matriculado en 2001. Por lo tanto, tiene 15 años y la vida útil de estos vehículos, según recoge el Real Decreto 443/2001, se puede alargar hasta los 16.
Prioridad económica en la adjudicación
“Le he pedido a la empresa que lo cambie. La legislación está exponiendo a nuestros hijos a un nivel de riesgo elevado ante frenazos bruscos y accidentes, que no parece admisible”, indica. La compañía adjudicataria de este servicio se ha negado a facilitar a eldiario.es información específica sobre este vehículo. Aún así, un portavoz ha recalcado que su actividad cumple la ley y que tienen pensado sustituirlo, aunque desconocen cuándo lo van a hacer.
El año pasado, el Gobierno regional adjudicó este servicio hasta el curso 2018-2019, destacando sobre todo el criterio económico. “El órgano de contratación adjudicará el contrato al licitador que, en su conjunto, presente la oferta económicamente más ventajosa, entendiendo como tal la de precio más bajo”, recoge la licitación. Un hecho que lamenta la madre de Manuela, ya que considera que se tendría que haber incluido como “requisito imprescindible” que las empresas tengan en toda su flota sistemas de retención adecuados.
Ante sus quejas, la Consejería le ha reiterado por escrito que el servicio cumple la ley y añaden en un documento emitido en noviembre que “como medida de mayor seguridad, la dirección del centro decidió que la acompañante de la ruta se situase próxima a la alumna y en la cabina de los usuarios”.
Sobre esta argumentación, la afectada destaca la falta de empatía de los responsables políticos: “Deberían ser sensibles ante una situación que es un riesgo serio para los niños. No dan una respuesta a mi inquietud, me parece que es una tomadura de pelo”. Además, reseña que ante un frenazo, la cuidadora de la ruta “no tiene capacidad de reacción, no puede proteger a todos los niños que van sin cinturón”.