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El gasto sanitario por habitante baja 100 euros desde 2008

Raúl Rejón

Cada año el sistema público de sanidad va menguando. Los datos sobre inversión, camas, profesionales, a priori fríos, se acumulan y dibujan una curva descendente que se aprecia al ponerlos en perspectiva. A pesar de repuntar un poco el esfuerzo económico sanitario, este año todavía hay un gasto medio que roza el centenar de euros menos que el de 2008. Además, no todas las administraciones siguen el mismo camino y crean unas diferencias acusadas entre la asistencia en unas comunidades autónomas y otras.

El descenso de recursos se traduce a la hora de la atención que se presta al ciudadano: las listas de espera, las citas demoradas, el colapso en urgencias. La Federación en Defensa de la Sanidad Pública recopila cada año datos sobre el sistema. Los últimos, de 2014, completan un ciclo de seis años de caídas desde 2008, donde los Gobiernos autonómicos han elegido recortar sus presupuestos sanitarios per cápita un 10% de media por comunidades entre 2008 y 2013 (para añadirle un 4% en la previsión de gasto de 2014).

La caída global de personal sanitario está en unos 52.000 profesionales. Ahora hay menos camas a disposición de la ciudadanía, 3,2 por 3,6. La variación por territorios provoca que haya zonas donde apenas se sobrepasen las dos camas, como Andalucía, frente a otras donde rozan las cuatro como en Cataluña. En ambos casos, los Ejecutivos han menguado los recursos. Y eso sin contar con los cierres estivales de alas hospitalarias que han arreciado este curso y que en algunos casos amenazan con ser definitivos.

Vistos en conjunto, los datos dibujan una panorámica de deterioro sostenido, al menos, en este periodo. De hecho, la peor puntuación durante el ciclo –obtenida al ponderar los presupuestos, las infraestructuras sanitarias, los recursos humanos, la calidad del servicio y la percepción de los ciudadanos– siempre coloca a la Comunidad Valenciana y Canarias en los dos últimos puestos. Y en el quinteto de peores sistemas se intercambian el resto de posiciones Madrid, Murcia y las Islas Baleares (con apariciones de Cataluña, Castilla-La Mancha y La Rioja). Son tendencias confirmadas.

Quizá no sea casualidad que la Comunidad Valenciana fuera la primera que cayó por debajo de los 1.000 euros por ciudadano de gasto en sanidad en 2012. O que su número de camas por cada 1.000 personas sea el segundo más bajo de España: 2,39, bastante por debajo de los 3,20 de media nacional en 2014. También anda por abajo en cuestiones de número de profesionales: el tercero por la cola en especialistas y enfermeras de hospital.

En esos últimos puestos que se repiten año tras año, se han instalado las dos comunidades autónomas que están marcando el ritmo a la hora de privatizar la gestión de sus sistemas sanitarios. Además de la Comunidad Valenciana, Madrid también asoma a la cola del ranking de puntuaciones. Esta elección de modelo, promovida en aras de la eficiencia, “crea altos sobrecostes”, analiza la FADSP.

Lo cierto es que a Madrid le cuesta cada alta hospitalaria 8.669 euros, 300 más que la media española (aunque la Región de Murcia rompe ese campo al costarle 11.387 euros). Otro de los criterios utilizados por el Ministerio de Sanidad para certificar la eficiencia sanitaria es el número de cesáreas por millar de mujeres: Valencia encabeza la lista negativa con 30,34. Dobla el baremo más bajo (más eficaz) que tiene el País Vasco en 14,8.

Aunque cada comunidad tiene su propia idiosincrasia, “al estar colocadas en comparación con el resto, una mejor posición no supone que no se hayan producido recortes y retrocesos en esos sistemas”, puntualizan los autores de la recopilación estadística. Las que mejor nota se llevan también se repiten: Navarra, Asturias, País Vasco y Aragón. Si se miran sus valores en detalle, se ve que su inversión anual está por encima de la media. Pero también el número de camas de hospital a disposición de sus ciudadanos. Navarra casi dobla a Valencia en su ratio de especialistas y de enfermeras. En el caso del criterio de las cesáreas, Navarra no llega al 17% y Asturias está en el 17,5%.

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