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Madrid blinda la rentabilidad de los hospitales privatizados

Lasquetty visita uno de los hospitales de gestión privada, el Rey Juan Carlos (Móstoles).

Raúl Rejón

La Comunidad de Madrid protege la rentabilidad para las empresas que se quedan con la gestión de los hospitales que privatiza. Según ha ido adjudicando la dirección de centros a sociedades privadas, la Consejería de Sanidad ha incorporado en los contratos fórmulas automáticas para que el precio que paga a las contratas sea revisado.

En esta línea, el borrador de pliegos que prepara para privatizar seis hospitales hasta ahora de gestión sanitaria pública, ha incorporado un apartado que dice: “Para asegurar la correcta financiación de las prestaciones (...) con carácter anual el pago capitativo se actualizará automáticamente”. El baremo que utilizará será el 85% de “el menor” Índice de Precios al Consumo, el español o el de la Comunidad de Madrid.

El precio total con el que parte el proceso privatizador es de 576 millones de euros, que sale de aplicar las cuotas por paciente y año publicadas por Sanidad para cada hospital. Al presentar este plan, el consejero Javier Fernández Lasquetty puso sobre la mesa un precio medio de 441 euros pero, al final, el más barato será 473 euros para el Hospital del Sureste y el más caro 518 para el Infanta Leonor. Lasquetty justificó este desfase en la obligación de las concesionarias de conservar la plantilla de sanitarios que a día de hoy atiende a la población.

En la anterior oleada de centros privatizados (los de las localidades de Torrejón de Ardoz y Móstoles) ya se siguió una fórmula similar según consta en los pliegos de concesión: el 85% que “con carácter anual los importes a abonar por la Administración (...) se actualizarán separada y automáticamente aplicando el Índice de Precios al Consumo de la Comunidad de Madrid, subgrupo servicios hospitalarios”. Mejor parado salió el primer proyecto de hospital con gestión totalmente privada de la red hospitalaria madrileña con cargo a los presupuestos públicos: Valdemoro. Allí, la cuota por el funcionamiento del Infanta Elena se revisa con dos puntos sobre el IPC.

Estas cláusulas blindan de alguna manera los ingresos de las concesionarias. La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública recuerda que los hospitales de gestión directa “han visto cómo sus recursos han ido disminuyendo en los últimos años mientras los privatizados los veían aumentados obligatoriamente porque estaba recogido en los contratos”. Así, en 2011 la caída promedio del resto de centros fue de un 9,5%, el 1,5% en 2012 y un 16% en las cuentas de 2013.

Rescate si la cosa va mal

Aunque los contratos que se firman entre la Consejería de Sanidad y las empresas concesionarias siempre se rotulan bajo el epígrafe “riesgo y ventura” para las contratas (es decir, que se meten en el negocio a sabiendas de lo que es), en los últimos pliegos preparados la Comunidad de Madrid especifican que “si la empresa concesionaria no puede hacer frente a sus obligaciones los hospitales pueden ser intervenidos temporalmente por el Estado hasta que la empresa resuelva sus problemas”. Además, tras dos años al frente del hospital, la empresa que gane el concurso ya podrá ceder servicios a terceros (en este caso serán siempre sanitarios porque es lo que se está adjudicando).

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