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El responsable de Sanidad del PP 'vende' las excelencias de la gestión privada

José Ignacio Echániz.

Raúl Rejón

El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha y secretario de Sanidad y Asuntos Sociales de la dirección nacional del Partido Popular, José Ignacio Echániz, está de tour de conferencias para hablar sobre el futuro de la sanidad española. Los títulos de sus intervenciones son: Innovación, Eficiencia y Buen Gobierno en la Sanidad o Sostenibilidad del Sistema Sanitario. Este lunes 24 de junio la ha presentado en la Real Academia Nacional de Medicina en Madrid. Pero hace quince días, también estuvo de exposición en el hotel Vinci Soho de la capital. Entre sus premisas está que la gestión sanitaria privada “es un ejemplo de cómo hacer bien las cosas”. Sin embargo, el descontento que se ha cristalizado en la marea blanca lo achaca a prejuicios ideológicos.

Cuando habla de innovación, no oculta que también se refiere a los ahora denominados “nuevos modelos de gestión”, que suele abarcar a la “colaboración público-privada”. No puede rechazarse, dice, “por motivos ideológicos y los anuncia como instrumentos para ”incentivar a los profesionales“. Es decir, asociarlo a retribuciones variables para los sanitarios. En ambas jornadas, Echániz ha defendido con vehemencia que las protestas que vienen conformando la marea blanca contra las privatizaciones están en la ”demagogia, de discursos irresponsables con olor a naftalina que dejan a España como una estatua de sal“. Estas expresiones se repiten literalmente en sus escritos.

La entrada generalizada de empresas privadas en la gestión de los recursos y centros públicos de atención sanitaria se acelera en los últimos años. Desde la Comunitat Valenciana a la de Madrid pasando por la castellanomanchega (ahora dirigida por María Dolores de Cospedal con Echániz al cargo de la salud). De hecho, Cospedal anunció antes incluso que Ignacio González (presidente de Madrid) su intención de subastar la dirección de médica de hospitales en su región para contratistas privados. Sin embargo, Madrid la adelantó en la redacción de proyectos y salida a concurso de seis centros. Este mes se cerró el plazo de ofertas en Madrid. No ha existido ninguna competencia entre ofertantes (punto clave para la mejora económica según contaba el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Fernández Lasquetty al presentar su programa de gestión privatizada de hospitales el 1 de noviembre de 2012: “Espero que se presenten muchas empresas y compitan entre ellas”, contaba para asegurar el ahorro que él presumía para las arcas públicas). Madrid no sedujo a muchas empresas. Sólo tres se presentaron: Ribera Salud, Sanitas e Hima Hospitales. Cada cual apuesta por hospitales diferentes. Reparto del mercado. De hecho, la Consejería de Sanidad redujo las exigencias económicas de los avales que las compañías deben presentar para allanar el camino a los contratistas.

El proyecto Cospedal-Echániz aún no ha echado a andar en forma de pliegos de condiciones, cuantía económica que pagará el Gobierno regional…etc. El dirigente popular en materia sanitaria insiste en que “no se privatizan hospitales” con la cesión a empresas. Lo que sí se ha producido es este despliegue por parte del que fuera también consejero de Sanidad de Madrid entre 1999 y 2003. Si la comparecencia de 10 de junio fue, según se relataba en la presentación de los convocantes, “ante una audiencia selecta”, la de Real Academia está patrocinada, según aparece en el programa por Br salud y el Grupo IMO. La primera es una unión de empresas que se adjudicó el laboratorio central de análisis público subcontratado por el PP de Madrid cuando Esperanza Aguirre era presidenta. Compuesto por Ribera Salud y Balagué, Unilabs sustituyó a esta última en el control de la contrata. El Grupo IMO se dedica al tratamiento oncológico y en 2011, el grupo de inversiones de capital riesgo Nazca pagó 20 millones de euros para ser accionista. Los cuatro años anteriores a este movimiento, IMO había experimentado “fuertes crecimientos de más del 20% anual”. Ese año declaró “ventas superiores a los 25 millones de euros”, según la justificación de la inversión que hizo Nazca.

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