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Las superbacterias resistentes a las medicinas se extienden cada vez más por España

Klebsiella pneumoniae.

Raúl Rejón

Las superbacterias se hacen cada vez más fuertes en España. Los casos detectados con los dos patógenos más preocupantes, la Escherichia coli y la Klebsiella pneumoniae, resistentes a los antibióticos, han crecido un 4,7 y un 11.25% respectivamente el año pasado, según el último informe del Centro Europeo de Control de Enfermedades revelado este miércoles. Ambas bacterias son responsables de múltiples infecciones.

La resistencia antimicrobiana es una de las mayores preocupaciones de las autoridades sanitarias en todo el mundo. “Se está registrando un incremento en el número de brotes causados por bacterias resistentes a los antibióticos de última generación”, advierte el ECDC. La tendencia es que cada vez aparezcan más casos de infecciones con patógenos que no se ven afectados por las medicinas utilizadas contra ellos. En España, estos patógenos están en la zona de alerta naranja y roja para la mayoría de antibióticos.

La E. coli es un inquilino habitual de la microbiota intestinal humana pero también deriva en infecciones serias. Es la causa más habitual de las infecciones en la sangre y el sistema urinario. Es el principal patógeno de las enfermedades que se adquieren por la ingesta de alimentos. Más de la mitad de todos los casos de E. coli detectados en Europa son resistentes, al menos, a un antibiótico, explica el ECDC.

En España, esta bacteria ha desarrollado mayor resistencia durante 2016 en cinco de los seis medicamentos analizados. En algunos, como las aminopenicilinas, se ha llegado a un 64% de casos resistentes.

Klebsiella coloniza especialmente en individuos hospitalizados. Es un quebradero de cabeza ya que la mayoría de infecciones se da en pacientes dentro del sistema sanitario. “Puede extenderse rápidamente entre pacientes y mediante el contacto con las manos del personal sanitario”, explica el centro. Se aloja en el sistema urinario, las vías respiratorias y zona abdominal y la sangre.

Los laboratorios españoles han aislado un mayor porcentaje de klebsiella resistente en tres de cinco variedades de antibióticos. Aunque el incremento general de casos ha sido de ese 11%, la tasa general está aún por debajo de la media europea, lo contrario que con el E.coli que está por encima.

Las autoridades europeas advierten de que esta bacteria ha conseguido sobrevivir al colistin, uno de los pocos tratamientos que quedaban para los pacientes infectados con patógenos resistentes a la mayoría del arsenal antibiótico. “Es una gran preocupación”, explican.

Amenaza de primer orden

Las superbacterias son una amenaza de primer orden. La ONU lanzó hace poco más de un año una resolución alertando del peligro. Cada año mueren unas 700.000 personas por estas infecciones, pero, para mitad de siglo XXI se teme que el precio sean 10 millones de vidas.

El comisario europeo de Salud, Vytenis Andriukaitis, ha aprovechado este último informe del ECDC para trasladar a la población de la UE que “con el incremento de la resistencia incluso a los antibióticos de última generación, nos enfrentamos a un futuro amenazador donde las cirugías rutinarias, los nacimientos, la neumonía e incluso las infecciones de la piel podrían volverse de nuevo una amenaza para la vida”.

El sobreuso de medicamentos y el abuso de antibióticos en los animales para el consumo humano están detrás de los patógenos resistentes. A base de aplicar fármacos cuando no es necesario, las colonias evolucionan. Las que sobreviven extienden su resistencia haciendo inútil el uso de esas medicinas. Las siguientes infecciones se hacen cada vez más difíciles de controlar y curar.

El jefe del servicio de enfermedades infecciosas en el Hospital del Mar de Barcelona, Juan Pablo Horcajada, comentaba a eldiario.es en una entrevista que “nos estamos quedando sin antibiótios” por este motivo. La OMS pidió la semana pasada a los criadores que dejaran de usar químicos para favorecer el crecimiento de su producción y como uso preventivo ante eventuales infecciones (atiborrar a los animales de antibióticos por si pudieran enfermar, no porque hayan enfermado).

En este sentido, la directora del ECDC, Andrea Ammon, ha querido recordar que “aunque se han visto algunos progresos, causa una gran preocupación el incremento de casos de E.coli multirresistente porque deja a estos pacientes con opciones muy limitadas de tratamiento”.

Con todo, recientemente el laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología arrojó cierta luz para afrontar este problema al estar trabajando en un método para que estos patógenos, que se han convertido en casi invulnerables a los antibióticos conocidos, vuelvan a ser diana de las medicinas. El responsable del proyecto, Daniel López, resumió así su importancia: “Abre una posibilidad para retomar los antibióticos que estaban desahuciados y metidos en un cajón, porque todas las bacterias ya son resistentes a ellos”.

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