¿Callejón sin salida? La universidad pierde financiación pública y también fondos privados
La universidad española se desangra. Desde que empezó la crisis ha ido viendo como su presupuesto se reducía año a año. A finales del curso 2012-2013 ya había retrocedido de vuelta a los niveles de 2008, según el último informe presentado sobre la materia, elaborado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) sobre la contribución de las universidades al desarrollo económico y social de España.
El estudio corrobora que los recursos públicos de las universidades españolas han caído un 13,1% entre 2009 y 2012, cifra que otros informes elevan ligeramente ampliando también los años que se tienen en cuenta. En números brutos son más de 1.300 millones de euros los que se han perdido en estos tres años de financiación (de 10.100 millones de euros a 8.700 millones). El ministro de Educación, José Ignacio Wert, que participó en la presentación del informe CYD, ofreció su análisis del sector: “El modelo es insostenible”, afirmó.
Por eso Educación quiere realizar una reforma universitaria y cambiar, entre otras cosas, el modelo de financiación. Arguye el ministerio que no se puede mantener el mismo sistema en un entorno cambiante, los mismos recursos para más alumnos cada vez. “La colaboración del Gobierno y la universidad española tiene que tener presente el entorno de cambio en el que estamos inmersos e intentar hacerlo compatible con el esfuerzo de los últimos años”, sostuvo Wert este lunes.
Según ha afirmado en alguna ocasión su número dos, Montserrat Gomendio, parte de la idea de Educación es incrementar la financiación privada de la universidad, que actualmente apenas llega al 5% de los presupuestos universitarios. Sin embargo, el informe CYD señala que las empresas empezaron a retirarse de las universidades en cuanto le vieron las orejas al lobo.
En una especie de competición con la administración por ver quién sacaba más fondos, entre 2008 y 2012 la financiación empresarial de la I+D en la enseñanza superior retrocedió hasta casi niveles de 2006. La gráfica que muestra la captación de recursos de I+D+i con empresas y otras entidades tiene el mismo perfil que la anterior: pico en 2008 (700 millones de euros) y caída hasta 2011 en este caso (unos 550 millones, similar también a 2006). Las empresas colaboradoras con la universidad han bajado un 11% y los ingresos se han reducido un 14%.
“Una situación insólita e inédita”
Para Martí Parellada, coordinador del informe CYD, la situación resulta “insólita e inédita en España”. Parellada defendió que no se puede “seguir con la política de reducción de de recursos públicos en las universidades españolas. Si pensamos que son un elemento claro para mejorar la situación en el medio y largo plazo, no es razonable que no se priorice en el presupuesto”, señaló. En esta misma línea se manifestaron los rectores de las universidades hace unos meses, cuando exigieron que se reviertan los recortes si es cierto que la situación económica está mejorando, tal y como afirma el Gobierno.
Uno de los elemento más claros de estos recortes es la subida de las tasas universitarias en los últimos dos años, de hasta el 100% según la Comunidad Autónoma y el nivel de experimentalidad del grado. El CYD sostiene que este hecho “ha influido en la reducción del número de estudiantes universitarios en el curso 2012-2013”, cuando se matricularon en las universidades un 1% menos de estudiantes que el curso anterior. Wert matizó esta cuestión el lunes. Si bien es cierto que hay menos universitarios (un 1% menos), “de 2010 a 2013 ha habido una reducción de un 8% de este grupo de edad”, argumentó, “por lo que la tasa de acceso ha aumentado de forma sostenida y estable”.
Igual de cierto es mientras el número total de universitarios está prácticamente estancado –aunque sean más en relación al total–, el de alumnos que se apuntan a un ciclo formativo de grado superior ha subido un 50% en seis años para alcanzar un 22,7% del alumnado de la educación superior, según el CYD. Su responsable atribuye a la subida de tasas o el “empeoramiento” de las expectativas de encontrar un puesto acorde a la formación obtenida este cambio de tendencia. Casi uno de cada tres titulados trabajaba en 2012 en un puesto que requería una menor cualificación.
Calidad por cantidad
Entre las conclusiones que ofrece el CYD destaca que la universidad está perdiendo excelencia como consecuencia sobre todo de la caída en la financiación. El estudio alerta de que se está sustituyendo calidad por cantidad. Mientras el volumen de publicaciones mantiene una tendencia al alza, con más de 70.000 en 2012 (el 11% de las emitidas en Europa Occidental y un 3,15% del total mundial), “continúa la disminución ininterrumpida del peso que tienen los autores españoles (liderazgo) y cae el número de publicaciones entre el 10% de las más citadas a nivel mundial (excelencia)”, señaló Paradella.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, incidió especialmente en este aspecto durante la presentación del informe. “La calidad de la educación superior en España aún dista mucho de la de otros países de su entorno”, afirmó. Gurría se apoyó en datos como los que ofreció la prueba PIAAC de competencias en adultos, que situaba el nivel de competencias de los adultos españoles a la par con el de los estudiantes de secundaria japoneses.
El informe CYD trata de concluir en positivo. Destaca que “los expertos encuestados en el Barómetro del CYD de este año valoraron con un pequeño repunte una serie de tendencias significativas detectadas en la contribución de las universidades al desarrollo económico y social de España después de una caída en el nivel de mejora desde 2007”.