La vicepresidenta aparta a Mato y toma el control de la crisis del ébola
La vicepresidenta se pone al frente de un grupo especial para combatir la enfermedad en el que estarán representados varios ministerios y en el que habrá también representantes de las CCAA. Su objetivo es coordinar la acción del Gobierno contra el virus del ébola. Se reunirá al menos una vez al día y sus miembros tendrán “dedicación exclusiva”.
En él estará también la ministra de Sanidad, Ana Mato, y cargos de los ministerios de Exteriores (para coordinar las relaciones con la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea), de Defensa, de Interior, de Presidencia, de Justicia y de Economía (en este caso, la secretaria de Estado de Investigación). También habrá un miembro del gabinete del presidente del Gobierno. Y responsables de la Consejería de Sanidad de Madrid, aunque la vicepresidenta no ha aclarado si será el actual consejero, Javier Rodríguez.
El Ministerio de Hacienda, aunque no está en ese grupo, ha habilitado una línea de crédito específica para este tema.
Santamaría ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad y se ha posicionado de facto como portavoz oficial en este tema, tras varios días de ausencia de la ministra Ana Mato, que esta tarde piensa ofrecer una rueda de prensa tras su reunión con los consejeros autonómicos. Allí “se van a revisar las medidas que puedan reforzarse”, ha explicado Santamaría.
“Es responsabilidad de todos y muy especialmente del Gobierno trabajar con transparencia”, ha asegurado Sáenz de Santamaría, para atajar las críticas sobre la falta de información y la fallida estrategia de comunicación oficial ante la crisis provocada por el primer contagio del virus en Europa. Hay una investigación abierta. Cuando estos datos sean concluyentes se trasladarán a la ciudadanía“, ha zanjado.
“Este país está preparado y sabemos que se puede hacer frente a esta situación”, ha asegurado Santamaría. La vicepresidenta ha puesto como uno de los objetivos del flamante comité indagar sobre la enfermedad y sus posibles efectos en España. “Es una enfermedad que no es muy conocida más allá de África– ha asegurado Sáenz de Santamaría–. Así que hay que saber las peculiaridades de la enfermedad en un entorno diferente y extremar las medidas que puedan adoptarse”, ha explicado. Para rematar con una explicación de esas 'peculiaridades' europeas: los ciudadanos “no tienen el mismo punto de partida de salud ni tienen los mismos tratamientos disponibles”.
